Recibí al menos diez proposiciones serias de hombres que me pidieron que considerase la posibilidad de casarme con un hijo o un nieto, las rechacé todas sin pensármelo dos veces. Estaba esperando el plazo acordado con el señor Ackerman, a veces me sentía una tonta por esperar pero ya habían pasado cinco meses y seguía buscándome donde pudiera aparecer.Acababa de cumplir los dieciocho y era incapaz de tomarme en serio la idea del matrimonio, no podía imaginar una vida sin el baile. Por consejo de Madre salí con algunos jóvenes prometedores. Sin embargo, estaba acostumbrada a una compañía tan sofisticada que los hombres de mi edad me parecían sosos y aburridos. Nadie podía llegar a equiparar su galantería, su conversación astuta y sus acciones desinteresadas.
—Debes ser humilde y aceptarlo de una vez—Madre me instaba—el amor es en dos vías Musume.
Haciendo caso omiso a las instrucciones medicas, despues de dos semanas comence a trabajar de manera frenetica, ahora acompañada de mi pequeña Saiko, decidí que ya era hora de tomarme en serio su debut y pasaba las noches enseñándole con calma y objetividad como salir avante entre las flores. Me sorprendía su capacidad de antelación y la humildad que tenia cuando le pedia que hiciera algo, su voz era preciosa, así que el canto seria algo que explotaríamos. Era una chica preciosa y vivaracha, me completaba perfectamente.
Estábamos regresando a la okiya cuando volví a sentir ese espasmo frío que me arrojó directo a la inconsciencia. Cuando desperté estaba rodeada de las damas de mi casa, mi hermana menor en una esquina enfriando paños para mi frente, unos ojos verdes como de un gato curioso también me observaban.
—Dr. Jaeger— dije por inercia.
—Me ha reconocido, es bueno saber que no tiene una contusión pero si una excelente memoria— quizo bromear pero nadie entendió. —quítese la blusa— me ordenó.
Al ver que titubeaba, Madre intervino—Haz lo que el doctor te pide hija.
Hice una mueca y obedecí. No pasó nada, aunque tampoco sé qué esperaba que ocurriese con exactitud. Lo cierto es que el médico me coloco unas pegatinas alrededor del pecho. Cuando me percaté de que no estaba interesado en mi cuerpo, me olvidé de eso y eché un vistazo al consultorio,
—¿consultorio? ¿Porque no estoy en casa?— todas rodaron los ojos para proceder a ignorarme. Había una máquina extraña, con un montón de cables colgando. El médico lo encendió y aquello comenzó a escupir una tira de papel en la que aparecía impreso un gráfico. Había dos líneas, una recta y otra zigzagueante.
—Esa línea es bonita —comenté—. Me refiero a la recta.
—Me temo que para ti no Mika-chan, tu corazón tiene un soplo funcional.Salí de ahí mas triste que nunca, tenía prohibido trabajar durante un mes, ya que también había estado ocultando mis episodios de dolores de cabeza e insomnio, el doctor Jaeger me dió un ultimatum: o cuidaba enserio mi salud o me internarían.
Muchas amigas Geikos acudieron a visitarme para hacerme compañía y animarme a cuidarme. Reiko, mi bella colega, llegó una fresca mañana con un curioso obsequio.
—Gracias —dije tomando el oscuro ramo—, pero habría preferido algo ligero— le dije mientras frotaba mis dedos pulgar indice y medio haciendo referencia al dinero
—¡Eres una ingrata!Con lo que me ha costado traerte estas flores...
—No, me refería a una comida ligera. Estoy muerta de hambre. Muero por golosinas de Odun Nuri.
—Ay, pobrecilla. Pero apuesto a que estos "pensamientos" tendrán el poder de hacerte sentir mejor —anunció envuelta en misterio—No los pagué yo: ALGUIEN me pidió que te los trajese. Así que concéntrate en las flores y veremos qué pasa.
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MAIKO
FanfictionJapon 1900. La vida de las mujeres en los distritos pobres siempre era incierta, ser mujer en ese territorio era casi una vergüenza para unos pues su valor no era apreciado. Pero detrás del pabellón de las sakuras se esconde un mundo donde la femi...