KATSUYAMA

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⚠️Antes que nada, esta actualización es para agradecerles todo el apoyo y las lecturas a Maiko, que hoy llegó a 1k de vistas, gracias por seguir conmigo en esta aventura donde dreno mi corazón para ustedes. ✨✨✨✨✨✨

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estamos a mes y medio de los Miyako O Dori, me encontraba haciendo ejercicios de respiración cuando Okasan mando a llamarme, pensé que tal vez tendría que ver con algunas cosas que había encargado, nada excesivo, unos pares de tabi y listones para el cabello, realmente lo hacia por el gusto de comprar, solo tenia que entrar a cualquier establecimiento y tomar lo que apeteciera y podía irme sin pagar siempre y cuando mencionara que era para la okiya Azumbamito.


—Es hora de que cambies de peinado, debes ir hoy con el peluquero— fue lo único que me dijo; pense que bien me habia podido crecer un tercer brazo y no hubiese tenido la importancia con la que me indico esta tarea.

—Pronto cambiarás de cuello, debemos comenzar a preparar el Erikae, y es nuestro orgullo mostrarlo a Hanamachi.

Esa tarde todas asistimos a la casa de baño, donde compartimos un agradable tiempo, aunque también me lleve unas reprimendas por mi aspecto, mis costillas podian contarse fácilmente, mi vida seguía con el ritmo caótico que yo misma le había implementado, me pregunto ¿por qué era tan exigente conmigo misma?. Tal vez mi actitud tuviera que ver con la inmensa soledad que sentía. Estaba convencida de que la disciplina era la solución para todos los problemas y que ésa era la clave de la belleza.


Dentro del local del peluquero, tomaron mi largo cabello que llegaba ya debajo de mis glúteos, el esteticista hizo una elegante coleta sujetando en cabello justo debajo de mis escápulas y le tendió la tijera a Kiyomi.

Con total maestría okasan corto mi coleta, entre lagrimas y aplausos comenzaron a peinarme por fin al estilo Sakkō, uno de los más elaborados y elegantes, se reconoce fácilmente por la coleta cortada que sobresale de entre mechones de pelo trenzados y colocados en el centro de la cabeza, esto marcaba mi primer paso fuera del mizuage y anunciaba a todas voces que pronto me volvería oficialmente una geisha.



Todo estaba muy emotivo hasta que comenzaron a aderezar mi nueva "peluca", entonces ni Pieck ni Hange pudieron evitar destornillarse de risa al ver mis gestos, si bien el Sakkō es un peinado de alta clase, también es uno de los mas pesados e incómodos. Lleva un adorno floral que determina el mes y la estación del año, un adorno de caparazón de tortuga, una campanilla tintineante y el adorno de aguja,y por si fuera poco  en el lado izquierdo del peinado una grulla dorada, yo pedí que no me la colocaran y en su lugar pusieran uno de los bellos adornos de cerezo que mi nee-san me llevó. Remataron todo con un peine y una aguja redondeada de dos extremos, finalmente tres lacitos rojos y tres hilos plateados atados tanto en la parte delantera como en la parte trasera del moño.


Sali del lugar con una migraña de perros y me enfrente al principio de la larga hilera de retos que convergerían en este mi camino por Miyako: la cabeza me pesaba, demasiado para caminar con elegancia, de manera inconsciente levantaba mis hombros para compensar mi equilibrio y mis pasos se volvieron cortos y mecánicos así que fui siendo reprendida por todo el camino a casa por ese grupo de mujeres molestas.

—!Levanta la cabeza!—Kiyomi ocultaba su risita en la manga de su atuendo.

—Comportate ¡No eres una tortuga! ¡Muestra tu cuello!—Hange se carcajeaba abiertamente sin pudor mostrando la belleza de su boca sin reservas. A pesar de mi frustración esa escena tras de mi llenó mi corazón de alegría y me permiti reír con ellas.

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