—Dos semanas, después de los Miyako Odori, por fin cambiaras de cuello—Kiyomi lucía muy complacida.Mikasa estaba muy entusiasmada ante este nuevo reto, se encontraba cosiendo una grulla dorada y añadiéndola a su colección, cuando el timbre de la casa sonó, era una okasan de una ochaya vecina, Pieck rápidamente les informó.
Kiyomi y la recién llegada estuvieron reunidas un par de horas, no supieron de manera inmediata lo que ahi se concerto, solo se les encomendó asistir a un ozashiki esta noche, como siempre se arreglaron y junto a Hange salieron al compromiso.
En el karyūkai se promueve la independencia femenina, y ser madre soltera no es ninguna deshonra. Como ya he expresado, es una comunidad donde resulta más fácil criar niñas que niños, eso lo teníamos muy claro, pero había otra cosa que también se podía lograr: Matrimonio.
No era común pero un porcentaje de geishas era capaz de eclipsar a un benefactor y este podía pedir su mano para casarse con ella, a la mujer no se le obliga a abandonar su oficio solo por contraer nupcias pero es usualmente lo que termina pasando, la feliz pareja se muda lejos de Gion kobu y ella se olvida de los días en los que servia sake o tocaba el shamizen.
Nos sorprendimos muchos cuando llegamos a la reunión y solo estaba un personaje conocido pero poco distinguido, el general Watanabe era un cliente asiduo de Nanaba Onee-san y recordaba que gustaba que Nanatsuki le atendiera, nos acercamos, lo saludamos y nos dispusimos a servirle cuando la geisha Sotaharu de la casa de te nos detuvo.
—Estamos agradecidos de que acudieran a esta reunión—nos desconcertó mucho saber que solo nosotras estábamos invitadas. — yo como okasan de este recinto serviré de mediadora.
—La okiya azumbamito está dispuesta a la negociación— le respondió Hange y eso nos alarmó pues significaba que sabia lo que estaba sucediendo.
Sacándonos de nuestras cavilaciones nos dijo—Nanatsuki el general Watanabe desea casarse contigo, si tú aceptas, claro.
La cara se me congelo a media sonrisa, todo me pasaba en cámara lenta ¿Alguien se quería casar con Suki? no quiero malinterpretarme, es solo que jamas la vimos interesada en nadie y nunca la solicitaban de manera especial así que hasta ella estaba horrorizada e interesada a partes iguales.
—El general desea procrear su descendencia, así como encontrar compañía en tan elegante dama— Sotaharu hablaba para quitar el ambiente incómodo — es por eso que está dispuesto a pagar tu deuda en totalidad, dar el dote que tu okiya considere, lo único que desea es que una vez concertado el compromiso te retires del kaburenjo.
Esta demás decir que las tres regresamos totalmente desconcertadas a casa, veía a Nanatsuki con los pies entre la piletilla del jardín y me di cuenta de cuan cotidiana es esa imagen, si ella se casará dejaría de vivir aquí, si ella se casa no volvería a hundir sus pies fatigados en la pequeña fuente. Me he acostumbrado a la perdida, primero Kada, luego mis padres y por ultimo Nanaba, ¿quien diría que las Geishas siempre estamos rodeadas de muchas personas... pero a la vez siempre estamos solas?
Eche un vistazo por ultima vez para guardarla en mi memoria, yo se que odia ser Maiko, su respuesta esta naturalmente inclinada a aceptar la oportunidad, así que a prudencial distancia comencé a despedirme de ella, en la marea de mis pensamientos eleve una oración para que el destino la haga sonreír siempre y que ese dichoso general aprecie la flor que Gion Kobu le va a a obsequiar, Las geiko somos las esposas ideales para los hombres ricos y poderosos, sobra decir de los beneficios que conllevaría la unión con un general. No se puede pedir una anfitriona más hermosa y refinada, sobre todo si viaja por el mundo y se mueve en círculos diplomáticos o comerciales. Además, ella aporta una magnífica dote, que ninguno de ellos podría obtener de ninguna forma: los contactos que ha cultivado durante su trayectoria profesional pues las relaciones que se establecen en las ochayas son perdurables y la armonía se aprecia más que cualquier otro valor social.
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MAIKO
FanfictionJapon 1900. La vida de las mujeres en los distritos pobres siempre era incierta, ser mujer en ese territorio era casi una vergüenza para unos pues su valor no era apreciado. Pero detrás del pabellón de las sakuras se esconde un mundo donde la femi...