Mis dedos tenían constantes espasmos por sostener la aguja por tantas horas pero no me importaba tenia que terminar la encomienda y solo quedaban un par de días; se podría creer que con el camino recorrido ya no tendría tiempo para las sorpresas pero a medianoche, Kiyomi y Hange me cortaron la cinta del moño: mis días de maiko habían terminado. No encuentro palabras para describir la mezcla de sentimientos que luchaban por tomar la luz en mi mente, delante de ellas, me permití derramar silenciosas lágrimas que eran de la más completa felicidad.El cambio de peinado significaba que había entrado en la adultez a paso decidido. Mis clientes lo interpretaron como una señal de que me acercaba a la edad de casarme y comenzaron a hacerme proposiciones nupciales. No en su nombre, desde luego, sino en el de sus hijos o nietos, según dicen entre los susurros de las ochayas, siempre las grandes familias intentan obtener como propiedad a la flor mas bella del Hanamachi, eso les da prestigio, les asegura relaciones fructíferas y por supuesto los hace acreedores de un linaje de distinción y belleza.
Como excelente Matriarca y dada la situación de mis pies, Okasan contrato una poltrona para llevarme hasta las casas de te, se aprovechó de la ultima maldad de mis agresoras para elevar al tope mi popularidad, Hange hacia lo propio resaltando mis virtudes cuando el señor Erwin la presentaba a sus colegas, no era extraño que medio barrio compitiera por mi mano, solo había un problema, yo no pensaba en casarme, ni siquiera experimenté un novio, creí estar enamorada y por como resultó esa breve historia yo aún guardaba mis reservas.
Un dia antes del "Sakazuki" que es la ceremonia donde al fin dejaría atrás los carmines cuellos que durante años me acompañaron,Okasan me llamo a su oficina.
—Como es bien sabido, Tu eres la única de aquellas nueve muchachillas que hace años recibí , sucias y desnutridas— No lo decía con soberbia, hablaba desde el corazón, lo sabia porque su mano derecha temblaba ligeramente.
—De todas ellas fuiste la única que prevaleció al ritmo frenético de esta vida— Hange hablaba con la voz entrecortada y lágrimas cristalizando sus ojos.
—Tu hermana mayor ha declinado mi máximo honor a tu favor, Mikasa, mañana cambiaras tu cuello y anunciaremos que eres mi Atotori.
Sasha ahogó un gritito y abrazo a Pieck que lloraba abiertamente, no me di cuenta cuando llegaron pero la calidez de su amor me irradió; ahora yo, una niña extraña y triste que no sabia nada de la vida, por soportar los obstáculos de mi destino me convertía en acreedora de una casa, una familia y un prestigio.
Con el dolor aun fresco en mis plantas me coloqué de pie, mis manos trianguladas frente a mi cuerpo, y comencé el ritual, la Iemoto nos enseña la lección fundamental al inicio de sus clases: muestra respeto a tu familia, honra el esfuerzo que drena en ti. Y así lo hice, me agache con mis muslos juntos quedando con el cuerpo ladeado frente a ella y muy despacio coloque las rodillas en el tatami, mi cabeza bajo hasta rozar mi barbilla con mi extremidad inferior y mis manos se extendieron rectas con las palmas hacia arriba, Okasan lo entendió y me imito colocando su frente en mi cabeza.
Cuando el acto reverencial terminó me dio el que yo creí seria el último nombre que utilizaría— A partir de hoy tu nombre es Azumbamito, Mikasa.
Cuando bajamos descubrimos una selva fragante y elegante de conjuntos florales, mas de los que podía contar a simple vista, crisantemos, rosas, flores exoticas competían por ser el conjunto mas bello, solo uno saltaba a mi vista, un delicado y pequeño ramo de flores de "pensamiento" azules y violetas en una bellísima bombonera de cristal. Todo hombre criado en las tradiciones y en el seno japonés conoce el "lenguaje de las flores", un código no escrito del cortejo pero que es pasado de generación en generación, esto es imprescindible si se quiere llegar a buenos términos con una dama, una flor incorrecta en la estación equivocada puede mandar el mensaje contrario al que se espera.
ESTÁS LEYENDO
MAIKO
FanfictionJapon 1900. La vida de las mujeres en los distritos pobres siempre era incierta, ser mujer en ese territorio era casi una vergüenza para unos pues su valor no era apreciado. Pero detrás del pabellón de las sakuras se esconde un mundo donde la femi...