-¿Que qué? Espera espera espera, que tu... ¿lo acosaste?-¿Puedes callarte? Como se entere alguien...
-Vaya, no me esperaba eso de ti.- Dijo la chica entre risas.
-¡Solo miré una vez! No cuenta como acoso.
-¡Lo viste quitarse la ropa! Si eso no cuenta como acoso...
-Hola chicas, ¿qué habláis?- La rubia se acercó a su oído mientras Illyak escuchaba abriendo mucho los ojos.
-No sabía que te gustaba.
-¡No me gusta!
-Ya claro, eso dices ahora.- Argumentó mi querida amiga.
-¿Podemos, ir a clases ya? No se para que os cuento nada.
Mientras mi amiga se reía, entramos a clase del señor Morgan, el cual daba filosofía, y por desgracia nuestra, nos daba 4 horas a la semana. La clase la pasé cogiendo apuntes, porque de lo contrario me vería obligada a pellizcarme para no quedar dormida. Aún quedaba una clase para historia del arte, la única clase que compartía con Oliver, y por ende, la única que me obligaría a no girarme en mi asiento. Las horas pasaron y llegó la hora de verlo en clase. Después de tocar el timbre apareció en mi campo visual: pantalones negros, sudadera azul con capucha, mochila al hombro y pelo revuelto. ¿Hay alguna razón por la que los hombres, sin peinarse, tengan el pelo tan bien visualmente? Sus ojos azules chocaron con los míos, bajé la mirada e intenté concentrarme en lo escrito en mi cuaderno como tapadera. Noté como se sentaba atrás y se incorporaba para hablarme cerca.
-Buenos días Jones.- No respondí.- Veo que no tienes resaca de ayer.
-¿Por qué iba a tener resaca?- Me giré.
-Bien, ya me hablas.- Se echó en el respaldo de su silla y sonrió sarcástico. Resople y me giré hacia delante.
-Buenos días, abrir el libro por la página 23, y que alguien me encienda el proyector.
Las clases de historia del arte eran... Demasiado visuales. Para la profesora, dar una clase bien impartida significaba apagar la luz y encender el proyector para llevarse toda la hora pasando imágenes y hablando sin parar. Eso acarreaba que gran parte de la clase se aburriese y acabase dormida. Por mi parte era la asignatura que más me gustaba, la materia me trasmitía y los cuadros y obras era preciosas, cosa que implicaba que fuera la que mejor nota tuviese en la asignatura.
-¿Como aguantas esto? -Dijo cerca de mi oído sobresaltándome.
-Porque es arte y me gusta.- No me giré, intentaba ignorarlo.
-Son cuadros.
-Exacto, cuadros que transmiten los sentimientos del artista en ese momento.
-Aburre.- Argumentó.
-Tu eres el que aburre.
Noté como volvía a apoyar la espalda en la silla y sonreí a medias satisfecha. Pasaron unos minutos cuando un trozo de papel cayó por encima de mi hombro. Miré hacia atrás de reojo y lo ví mirarme, abrí el papel y leí. "Y lo entiendes?" escribí un Si y se lo pasé. "Es absurdo" "tu eres absurdo, y Déjame" Me concentre en la clase y por ende en las imágenes, Botticelli. De pronto el trozo de papel doblado pasó de nuevo por mi lado derecho y sin mirarlo siquiera lo arrugué delante suya. Noté como se molestaba y me felicité por aquel zasca en toda su cara. Terminó la clase y recogí los libros antes de que me dijera algo más, pero me alcanzó nada más salí por la puerta. Para mi sorpresa no me dijo nada mientras caminábamos por los pasillos, cosa que era mucho peor que cualquier cosa que dijese porque el simple hecho de pensar que estaba maquinando en esa cabeza hueca me ponía de los nervios en ambos sentidos de la palabra. Llegamos a mi taquilla y guardé los libros.
-Vete.- Casi escupí.
-No has leído mi nota, quiero una respuesta.- Sonrió sarcásticamente y rodé los ojos.
-¿A qué?
-Léela.- Resople y la saqué de mi bolsillo. "Me enseñas? "
- ¿Qué te enseñe a qué?
-A ver arte.
-El arte no se "ve", no se enseña.- Dije seca para cortar la conversación.
-¿Como que no, y lo que hace la profesora que es?
-No me refiero a eso.- Cerré mi taquilla y resople.- El arte se transmite, y si a ti no te trasmite nada, yo no te puedo ayudar.- Comencé a andar y me siguió.
-Podemos probar.- Me miro con una sonrisa de las suyas.
-No gracias.
Conseguí dejarlo atrás y me reuní con Tori e Illyak. Terminaron las clases y me despedí de estos mientras cogía mi bici y pedaleaba hacia casa. Escuchaba música por los auriculares mientras observaba mi alrededor. Cuando llegué, deje la bici en el porche y metí la llave en la cerradura.
-Hola, ya estoy en casa.
-Estamos en la cocina.- Me acerque a esta y ví a mamá, a Rose y a Beatrice.
-Hola.
-Hola Alex.- Dijo la pelinegra alegremente.
-¿Y esto?
-Nos hemos puesto de charla.- Repuso Rose.
-Ya veo. ¿Os quedáis a comer?
-Si, se quedan. Hemos preparado macarrones con Carbonara.
-Perfecto, voy a dejar la mochila arriba.
Comimos y estuvimos charlando un buen rato, después las dejé en el Salón y subí a hacer mi tarea de literatura. Minutos después de acabar, como si el destino me observase, llamaron a la puerta y bajé.
-Yo abro, le dije a Tori si quería venir.- Argumenté mientras abría.
-Pues no soy Tori.
Su tono de voz recorrió mi cuerpo y el estómago me pellizcó. Me giré sobre mi eje y nuestras miradas se cruzaron, tenía su conocida sonrisa sarcástica y estaba apoyado en el marco de la puerta con una mano, mientras la otra permanecía dentro del bolsillo gris de sus pantalones. Llevaba una sudadera negra y sus zapatillas blancas.
-¿Que haces aquí?
-¿Esta mi hermana?
-Si, esta...- Entró sin más dejándome hablando sola.- Claro, pasa.- Dije molesta sin me que escuchara.
-Hola Oliver, ¿quieres algo, un café?- Pregunto mi madre.
-Muy amable Luci, pero solo venía a por mi hermana.- ¿Cómo podía ser un prepotente y el chico que aman todas las madres a la vez?
-¿Ya lo arreglaste?- Este asintió.- Bueno, gracias por la comida y lo demás.
-Nada, puedes venir cuando quieras.
-Adiós, adiós Alex.
Y tal y como el chico de ojos azules vino, se fue.
· · ·
Me encontraba en mi habitación, con el pijama puesto y sentada en el escritorio. Estaba escribiendo un par de cosas antes de ir a dormir. No dejaba de darle vueltas a la propuesta de Oliver, enseñarle arte, y por mucho que quisiese no podría. ¿Cómo puedes trasmitirle todo tu conocimiento a alguien que se pasa la clase mirando a las musarañas? Además, tan solo su presencia me moría de vergüenza y nerviosismo, cosa que no me convenía para mis planes próximos (aun no puedo adelantar ningún tipo de información). Cerré el portátil y apague la luz, iba directa a mi cama, pero mi vista se desvió a la ventana, justo a la que la noche anterior había observado a Knight. Su habitación estaba apagada, así que suspiré y me fui a dormir.
Estoy cambiando todas las partes para intentar hacerla más amena, espero que os esté gustando. A partir de ahora se vienen cosas muy interesante, creerme. 😘
- carcueru~🐢
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El idiota que tanto amo
RomanceAlex: decidida, alegre y con un pasado que no quiere recordar. Oliver: sarcástico, egocéntrico y terriblemente atractivo. ¿Podrán convivir juntos o su pasado removerá lo que ya estaba enterrado? Historia reformada entera.