Capítulo 32

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¿Y si no lo estábamos contando bien? ¿Y si todo era al revés? Que Oliver no supiera nada, que Beatrice fuera la cabecilla de todo el plan, que mi madre supiera más de lo que decía... ¿Y si todo era más enrevesado de lo que parecía? Tal vez había información oculta, o las apariencias engañaban, y vaya que sí, pero fui atando cabos demasiado tarde y para cuando me quise dar cuenta...




Preparamos todo para la barbacoa, y como mi cabeza ahora mismo era un circo mezclado con ideas varias, decidí enfocarme en preparar y solo preparar. Seguí las instrucciones de Beatrice, coloqué todo en su sitio y cuando acabamos, subí a darme una ducha y lavarme el pelo. Toda chica sabe que lavarse el pelo es uno de los placeres ocultos femeninos, y que no solo relaja sino que te hace aclarar tus ideas. Y eso necesitaba yo, un organizador mental para todas aquellas piezas de puzzle sueltas y armar de una vez el rompecabezas, y de paso un borrador mental para eliminar cualquier cosa que no sirviera. Llegué a algunas conclusiones: como que mi plan debía continuar, más para cerrar una etapa que por otra cosa, que era hora de disfrutar de mi vida y por ende, dejar pasar a personas a ella. Y esto era más difícil que escalar la torre de Pisa, porque quería tener una vida normal con un chico normal (a medias) pero tenía que investigarlo a él y a su familia a escondidas.

Con el pelo aún mojado, me vestí cómoda y bajé porque tanto pensar me daba hambre. Cuando llegué a la cocina me encontré con Justin. No teníamos mucha confianza, y apenas habíamos hablado, pero era perfecto para recaudar información. Así que cogí un zumo de la nevera y me senté en el taburete frente a él, el cual comía unos sandwiches.

-Te gusta comer, ¿cierto?

-¿Cómo lo has adivinado?- Reímos. Primer paso para sacar información a una persona y no parecer sospechosa: Actuar normal y sacar conversación.- De pequeño tuve una tenia, ya sabes, esas lombrices que se comen tu comida.

-¿Y la sigues teniendo?

-Lo parece.- Rio.

-Oye y... ¿cuanto llevas con Beatrice?

-Pues...- Miró distraído hacia el techo.- La conozco desde hace un año y algo, y poco después empezamos a salir.- Volvió a morder su comida.

-Entonces no conociste a...

-Lilianne.

-¿Cómo sabes que iba a decir la madre de Beatrice?

-Es la gran incógnita.- No pude reprimir mi cara de asombro.

-¿La gran incógnita?


Asintió, miró a ambos lados y me señaló con la cabeza que lo siguiera. Aquí es cuando a la protagonista la conducen hacia un bosque o descampado para revelarle toda la verdad y a continuación matarla, con una pala, o una pedrada. Pero no, Justin se veía ingenuo y os puedo confirmar que lo es, nada de máscaras. Avanzamos hacia un lateral del recinto y se sentó en una de las tumbonas al lado de una fuente preciosa de mármol, supongo que pensó que a simple vista, solo charlábamos al aire libre mientras se comía un aperitivo.


-Cuando conocí a Beatrice... Bueno, ella siempre me hablaba de su padre y de Oliver, pero nunca mencionaba a su madre. Por aquel entonces no era muy consciente del imperio de los Knight, ni sabía de la existencia de Lilianne, así que simplemente no la mencioné. Pero lo curioso fue después cuando me llevó a casa para conocer a su padre...

¿De verdad iba a averiguarlo todo hablando con Justin? Si lo llego a saber antes...

-... Cuando entré ví fotos familiares, fotos con una mujer.

-¿Una mujer?

-Lilianne. Lilianne es la madre de Oliver y Beatrice, bueno, era.

-Beatrice me contó que murió en un accidente de avión hace un par de años.

-También me dijo eso a mi.

-¿Qué quieres decir? ¿Qué miente?

-¿Qué? No.- Retomó la historia.- Me quedé fijo en una foto, la mujer era rubia, con una melena larga y ondulada, y parecía tener los ojos claros. Estaban los 4 sonrientes delante del mar, y cuando me quise dar cuenta, Beatrice me miraba a mi lado. Así que me dijo que hacía poco su madre había fallecido, y que por esa razón no me hablaba de ella.

-Entiendo porque no quisiese contar nada.

-Pero lo extraño no era eso, era la reacción de Oliver, que con solo 16 años y la reciente muerte de su madre, parecía estar normal. O molesto.


¿¡Cómo!? Madre de dios Alexandra, dónde te estás metiendo... O más bien, ¿con quien te estás acostando?

-¿Oliver?- Asintió y quedé muda.

-Estaba yendo al psicólogo y seguía un tratamiento...- ¿Y si Oliver tenía algo que ver? Nada de eso, estoy delirando.- En unos meses vimos resultados en él y aunque desarrollase esa fachada de egocéntrico narcisista, en el fondo había mejorado.


Muda es poco para como me dejó toda esa información. Porque todo esto daba un giro de 360º a mi investigación y a todos los ideales que tenía sobre el caso, ahora no solo dudaba de los trapos sucios de la empresa, sino que también tenía que estar alerta con los integrantes de la familia con la que convivía. ¿Y si mi vida corría peligro? Estaba segura que si alguno de los interesados oía que yo estaba con la mosca tras la oreja, mi cuello peligraba. Mi estómago comenzó a encogerse de miedo, como cuando tienes un presentimiento de que todo va mal, o de que hay un peligro inminente.


-¿Por qué me cuentas todo esto?- Alcancé a decir.

-Porque no sé qué haces aquí exactamente, ni por qué te han acogido tanto, pero me caes bien y pienso que debes saber al menos lo que yo sé.


Tendrían que haberme tranquilizado esas palabras, haber hecho mella en mí y poder confiar en él, pero no me encontraba bien, no podía fiarme de nadie y de repente me sentía como si el cazador hubiera sido cazado. Me disculpé y salí casi corriendo hacia el interior de la casa. Necesitaba serenarme, respirar hondo, encontrar lo que me hiciese falta y salir de ahí lo antes posible.









Esto se está poniendo interesante, ¿No crees? Espero que os esté gustando, si es así no olvides darle una estrella, me motiva a seguir. Feliz vacaciones

~carcueru 🐢

El idiota que tanto amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora