-Bien, he decidido tomar medidas.- Sentenció la pelinegra, dejé el café en la mesa.
-¿Y cuáles son?
-Esto no puede seguir así.- Por un momento pensé que se había enterado.- Voy a hacer un grupo de whatsapp, los 3.- Y os reiréis, pero tener su número me ponía muy nerviosa, aunque llevase dos días durmiendo a pocos metros de él.
-Bien.- Respondí y comenzó a mover sus dedos por la pantalla, en poco me sonó el móvil y leí "219 de Green-Tea".- ¿Green-Tea?
-Me gusta.- Reí y dejé el móvil para coger de nuevo la taza.- Bueno, hoy os quedáis solos.
-¿Qué?- La solté. Por favor, necesitaba una tregua, un día normal y tranquilo.
-¿No te lo ha dicho Oliver?
-No lo veo desde ayer.
- Y por eso necesitamos un grupo.
Reímos al unísono. Me sorprendía la confianza que habíamos agarrado en tan poco tiempo. Tecleó una vez más en la pantalla y envió el mensaje. "Os quedáis solos hoy"
-Bueno, ayer no me contaste.
-¿De qué?
-¿Qué tal con los chicos?
-Bastante bien.- Me miró con una sonrisa pícara y negué.- Ah no, no es lo que piensas.
-¿Y qué pienso?
-Que me ha gustado alguno.
-Quizás... ¿Nate?- Sonrió.
-Que, no no. Me ha caído muy bien, pero yo no...- Comenzó a reir.
-Tranquila, ya se que no te ha gustado ninguno de ellos.
-¿Y cómo estás tan segura?
-Bueno, he tardado un poco pero al fin lo averigüé.
-¿El qué?
-Que te gusta mi hermano.
-¡¿Qué?!- Sin darme cuenta me había levantado de mi asiento. La pelinegra rió.
-Vale, vale tranquila, siéntate.- Me senté y noté como me ardían las mejillas.
-Yo...
-No voy a decir nada, ¿qué dices? Nos estamos llevando bien los tres, solo implicaría estropearlo todo.
-Bien, gracias.- Dije un poco avergonzada.
-Y bueno y aunque sea mi hermano, es un poco...idiota. ¿Cómo te fijaste en él?
-Me empujó, corriendo.- Admití rendida.
-Vaya, diría algo como "cosas más raras he visto" pero no, no he visto cosa más rara. Suerte.
-Cuántos ánimos.
-Es experiencia, lo conozco de hace mucho.
En ese instante la puerta se abrió y entró el chico rubio con la camiseta gris oscura por el sudor, las calzonas negras y los auriculares blancos. Me quedé embobada mirándolo.
-¿Pasa algo?- Miré a Beatrice y esta me miró reprimiendo una sonrisa.
-No.- Dije sin más.
-Vale.- Se encogió de hombros y subió a ducharse. Resoplé y la pelinegra rió.
-Paciencia.
Y con ese comentario se fue dejándome en la cocina. Terminé de desayunar cuando me llamaron al teléfono.
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El idiota que tanto amo
RomanceAlex: decidida, alegre y con un pasado que no quiere recordar. Oliver: sarcástico, egocéntrico y terriblemente atractivo. ¿Podrán convivir juntos o su pasado removerá lo que ya estaba enterrado? Historia reformada entera.