El partido duró 10 o 20 minutos más, quedando ganadores Nate y el pelinegro. De camino dijeron de ir a comer a una pizzería y los perdedores pagaban así que... Era la forma más fácil de fastidiar al idiota. Por lo visto ahora nos basábamos en meternos con el otro, y no me desagradaba del todo. Llegamos a una pizzería y juntamos dos mesas.-Bueno, ya sabéis, los perdedores pagan.- Dijo Jacob encogiéndose de hombros.- Así que quiero 4 pizzas y dos refrescos, familiares.- Nate y yo nos reímos.
-Claro, si eres feliz creyendo eso...- Esbozó Knight con los brazos cruzados.
-A ver, ¿qué queréis? y la verdad.- Preguntó el rubio.
-Yo una cocacola.
-Dos
-Yo también.- Dije levantando mi dedo índice.
-Bien, 5 entonces. ¿Y pizzas?
-¿Cuáles te gustan Alex?- Me preguntó amable Nate.
-Pues... Mi favorita es la de barbacoa.
-¡Que casualidad, como la de Oliver!- Soltó Jacob. El mencionado anteriormente le lanzó una mirada fulminante que el pelinegro captó.
-¿Y alguna más?- Preguntó Gabriel intentando quitar tensión al silencio de Oliver.
-Pepperoni.- Dijo el pelinegro.- Y 4 quesos.
-Entonces pepperoni, barbacoa y 4 quesos.- Se levantó y casi serio andó al mostrador.
-Bueno, ahora que el perdedor enfadado no está...- Se acercó.
-Jacob no seas cotilla.- Apeló Gabriel
-¿Queréis saber que hago aquí, no?
-Nos has caído muy bien.- Dijo Nate.
-Y nos gustaría verte más por aquí.
-Creo, que eso no va a ser complicado.- Dije cortada.
-¿Y eso?- Preguntó el pelinegro justo cuando apareció Oliver repartiendo bebidas.
-Pues... porque estoy viviendo en su casa.
El rubio tosió casi ahogándose con su bebida y pensé que quizás no había sido buena idea sincerarme tanto con sus amigos. El resto se limitó a mirarme sorprendidos y después, echarse unas miradas entre ellos.
-Nos traen las pizzas ahora.
Y fue lo último que habló en toda la tarde. Estuvimos en la pizzería hasta las 19, hablando y comiendo, sobre todo ellos, eran los que hablaban de cosas que yo desconocía. Salimos del local mientras los tres en discordia hacían tonterías y se molestaban entre ellos. Oliver y yo salimos a la vez. Su semblante era serio, miraba al frente y sus manos se hallaban guardadas en sus bolsillos. Nos despedimos de los tres con la promesa de volvernos a ver y andamos hasta casa.
-Hey, ¿qué tal ha ido todo?
-Bien, ha estado...bien.- Sentenció y subió las escaleras dejándonos allí.
-¿Que le pasa? Estaba bien...
-No le des importancia, él es así.
-Creo que voy a subir un rato, ¿Necesitas ayuda?
-No te preocupes, sube tranquila.
Subí los escalones repasando la salida con sus amigos, y llamadme ciega, pero no ví nada a lo cual responder ese cambio de humor tan repentino. Llegué a la puerta de la habitación y lo ví tumbado en la cama con los auriculares puestos, los brazos tras su cabeza y los ojos cerrados.
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El idiota que tanto amo
RomanceAlex: decidida, alegre y con un pasado que no quiere recordar. Oliver: sarcástico, egocéntrico y terriblemente atractivo. ¿Podrán convivir juntos o su pasado removerá lo que ya estaba enterrado? Historia reformada entera.