Capítulo 15

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-Oliver-

Sonó mi alarma de las 5 de la mañana y me incorporé en la cama frotándome los ojos cuando escuché moverse a Alex. La miré extrañado, ¿por qué se había levantado tan temprano?

-Buenos días.- Alcancé a decir, pero no obtuve respuesta.- ¿Alex?

Me levanté aún cansado y me acerqué a ella, se frotaba los ojos.

-¿Estás bien?

-Tengo sed.- Dijo muy despacio y suave.

-Voy a ir a por uno, te traigo otro...- Pero no me dejó terminar la frase cuando se levantó y tambaleándose un poco comenzó a andar.

La seguí detrás porque, no os voy a mentir, podía caerse en cualquier momento. Tras bajar las escaleras de forma peligrosa, se dirigió a la cocina, cogió un vaso de agua y lo rellenó en la nevera mientras sus ojos estaban cerrados. Lo dejó en la encimera y se quedó ahí para, segundos después, desplomarse sobre mi.

-Alex, Alex.- La llamaba mientras la sujetaba, pero nada, se había quedado cuajada. Así que pasé un brazo por detrás de su cuello y el otro por sus piernas y la cogí llevándola al cuarto. La dejé en la cama y la tapé.

-Duerme enana.- Terminé de taparla y me alejé de ella justo cuando lo oí.

"Te quiero"

"Te quiero", "Te quiero", esas dos palabras retumbaban dentro de mí mientras se me encogía el estómago. La miré de nuevo sin apenas moverme, estaba dormida, con una sonrisa y tapada tal y como la había dejado. Había dicho te quiero, ¿lo había dicho en serio? ¿A mí? ¿En sueños o estaba consciente? Y ahí estaba yo, de pie mirándola como un idiota, como ella me llamaba. Cuando reaccioné habían pasado 10 minutos y decidí irme antes de que se despertase y me viese ahí parado frente a su cama con una sonrisa a medias.

-Alex-

Me desperté por la luz del día que me daba en la cama, miré a mi izquierda y su cama estaba vacía. Esperaba que no se hubiese enfadado por ser tan seca anoche, considerando que lo último que le dije fue brusco...Bajé las escaleras y me topé en la cocina con Beatrice.

-Buenos días.

-Buenos días, ¿qué tal has dormido?

-Bastante bien, ¿qué tal tu cita con Justin?

-Muy bien, llegamos bastante tarde.

-Me lo imagino.

-¿Te importa...si se queda algún día a dormir? Te lo quería preguntar antes porque como ahora "vives aquí"...

--Claro, no hay problema. No te preocupes por eso.- Hubo una pausa mientras bebía un sorbo de café. Miré a un lado y a otro.- ¿Y Oliver?

-Ha ido a correr.

Como si nos hubiera escuchado, apareció cerrando la puerta tras él. Camiseta negra de mangas cortas, pantalones de deporte cortos en gris, deportivas, pelo mojado..., respiración acelerada..., ojos azules... Alex por dios.

-Buenos días, ¿café?- Éste negó con la cabeza.

-Buenos días.- Respondió y acto seguido dirigió su mirada hacia mí.- Que aproveches.- Sonrió a medias y centré mi vista en el plato de pancakes intentando ocultar mi cara de color rojo.- Voy a ducharme.

-Okey.- Subió las escaleras. Bebimos en silencio durante un rato.- ¿Soy yo, o hay mucha tensión?

-¿Qué?

-Tensión.- Miró el pijama y casi muero.

-¿Dónde?

-Entre vosotros.

-No, bueno, no lo sé.- Pinché un trozo y me lo llevé a la boca. Hubo una pausa.

-Es buena gente.

-Ya...- Susurré. "Y un egocéntrico, y prepotente, y un idiota"

-Cuando lo conozcas bien, te caerá genial.

-Si... Estoy segura.

-¿De qué habláis?- Bajó las escaleras con el pelo mojado.

Llevaba la sudadera negra con bolsillo, unos pantalones grises y zapatillas blancas, tenía el pelo mojado lo que lo hacía más oscuro y contrastaba con el azul de sus ojos. Durante unos segundos hubiera jurado que se me había caído la baba, pero por suerte para mi eso no había pasado.

-Hablábamos de cosas.- Alcancé a decir.

-¿Cosas?- Alzó una ceja.

-Si, cosas como... los amigos de Alex.

-Exacto.- Quise remarcar la cuestión.

-¿Y si te la llevas con los chicos?- Mi mirada hacia ella lo decía todo, ansiedad, nervios, desmayo...

-¿Qué?- Respondí casi gritando.

-Si, te puedes ir con ellos, al fin y al cabo vais a pasar las vacaciones juntos.- Y ahora entendía. Beatrice confundió mi obsesión por su hermano con que era tímida para ser su amiga. Pero la cosa no se quedó ahí.

-Vale, pues nos vamos ya.- ¿Qué, qué? Mire a Beatrice un poco sorprendida y sonrió.

-Bien, me dices si al final venís a comer.

-Posiblemente no.

-Vale, pues me dices y...

Espera, espera, espera, analicemos la situación por favor. La hermana de mi venino y compañero de habitación cree que quiero ser amiga de éste, pero que soy muy tímida, así que ha sugerido que me meta en la boca del lobo. Y el lobo ha aceptado. ¿Sabes lo que me causa todo esto? Es jugar con fuego, es saltar la valla y entrar directamente a la trampa. Mi estómago ya estaba revuelto, mis neuronas andaban quemando su pequeña oficina, y me sudaban las manos como nunca.

-Alex.

-¿Si?- Beatrice me miró, miré a ambos.- Subiré a cambiarme.- "Que vergüenza, ¡que vergüenza!"

Estaba aun perdida en todo aquello, entré en el cuarto y abrí el armario para buscar algo que ponerme. Una sudadera roja oscura con capucha y cremallera, camiseta de mangas cortas de rayas de colores, vaqueros y converses verde claro. Aun no me acostumbraba al corte de pelo, hacía poco que me lo había cortado, lo dejé suelto y ondulado.

-¿Nos vam...- Paró en seco y me miró.

-¿Que?- Metí las manos en los bolsillos rojos. Cambió su cara y sonrió sarcásticamente.

-Estás guapa, enana.- Rodé los ojos.

-Idiota.- Dije cogiendo el bolso y saliendo de la habitación.

Lo oí reirse y resoplé. Un idiota, un maldito idiota, prepotente...pero un prepotente demasiado irresistible.






Hola buenas, espero que os este gustado esta nueva historia, podéis contarme vuestra opinión acerca de la novela o dudas que os surjan. NO habrá un día concreto de actualización durante las vacaciones, muchos besos y feliz verano.

- carcueru~🐢

El idiota que tanto amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora