-Alex-
Me desperté con un dolor de cabeza horrible, y se agravó más cuando abrí la puerta y el ruido de las aspiradoras llegó a mis oídos. Mi primera reacción fue cerrar la puerta y volver a tirarme en la cama, y cuando lo hice me giré a Beatrice que acababa de levantarse.-Me duele la cabeza.
-A mí también.- Sentenció con una mano en la frente.- Creo que los años me están pasando factura.
-Pero si aun te quedan años para los 30.- Ambas reímos a pesar de arrepentirnos después por el dolor.
-¿Vosotras también estáis hechas mierda?
Preguntó Justin abriendo un poco la puerta. Con un gesto la pelinegra lo invitó a pasar y mientras él avanzaba hacia la cama, yo salía por el lado contrario. Dejándolos allí con un poco de intimidad cerré la puerta e instintivamente miré en dirección a su cuarto, ¿por qué? Pues no lo sé, quizás porque ayer necesitaba a alguien y él se quedó a mi lado, quizás porque me apetecía verlo, quizás me estaba pillando demasiado y eso, no era bueno. Avancé hacia él y miré en la penumbra de la habitación ya que la persiana estaba bajada casi por completo.
-¿Vienes a darme los buenos días enana?- Reprimí una sonrisa.
-Justin y Beatrice están un poco acaramelados en la cama.
-¿Y vienes a hacerles la competencia?- Destapó un poco las sábanas en señal de que me acercara y lo hice. Me tumbé a su lado no sin antes cerrar la puerta.
-No, simplemente pasaba por aquí.
-Mmm, ya.- Chasqueó la lengua. Estaba sin camiseta, y su piel se veía aún más bronceada entre las sábanas blancas.
-Que si tonto.- Reí y coloqué mi mano en la frente como un resorte.
-¿Te sientes mal?
-Solo me duele un poco la cabeza.- Me giré para tenerlo de frente.- Gracias por lo de anoche.
-No podía dormir.
-Eso no es verdad.
-Claro que lo es.
-Mientes fatal.- Reí y sonrió.- Aún así, gracias.
-¿Te estás ablandando pequeña cotilla?
-Jamás.- Esta vez fue él quien rió con esa sonrisa tan bonita. Si que me estaba pillando demasiado.- Deberíamos salir ya.
-Entonces, ¿no quieres hacerles la competencia?- Dijo con una sonrisa sarcástica de las suyas a la vez que me atraía hacia él. Peligro.
-No venía a eso.- Sonreí, la verdad que me parecía gracioso.
-¿Sabes que estás increíblemente sexy con ese pijama?- Colocó una mano en mi cintura y comenzó a bajar.
-Para, nos van a pillar.- Dije reprimiendo una sonrisa.
-Eso no es un no.- Dejó caer la mano en mi culo.
-Oliver estate quieto.- Reí cuando comenzó a hacerme cosquillas en los costados.- Para, para que nos van a descubrir.
-Le quitas la emoción enana.- Me levanté de la cama.
-Es que te levantas muy gracioso.- Desvió su mirada a mi escote.
-No puedes salir así.
-¿Y eso por qué?
-Digamos que tu pijama es de una tela... Muy fina y transparente.- Noté arder mis mejillas cuando ví que efectivamente, se me veía todo.
-Justin me ha visto así.
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El idiota que tanto amo
RomanceAlex: decidida, alegre y con un pasado que no quiere recordar. Oliver: sarcástico, egocéntrico y terriblemente atractivo. ¿Podrán convivir juntos o su pasado removerá lo que ya estaba enterrado? Historia reformada entera.