UN AÑO ATRÁS
Llevaba tanto rato esperando en esta cafetería que se había vuelto inútil intentar hacer la sumatoria total del tiempo. Tal vez había pasado una hora, o incluso dos. Aún así, a pesar de las enormes ganas que tenía de salir de aquí, la imagen de Tara rogando que asistiera a esta boba cita a ciegas no me dejaba irme sin tener remordimientos. Estaba segura de que, si no le daba al menos una oportunidad, la chica estaría jodiendome el resto de la semana... O hasta que encontrara a otro chico con el cual arreglarme un encuentro.
Me acomode por séptima vez la falda que había elegido usar. Estaba ansiosa, no podía negarlo.
Durante el primer año en la ciudad me mostré reacia a mantener cualquier tipo de contacto romántico. No me sentía preparada para ello después de lo que pasó con Taehyung, pero eso no le impidió a Tara poner todo su empeño para abrir otra vez la categoría del romance en mi vida. Insistió tanto que no tuve más remedio que acceder para hacerla callar.
En parte sabía que tenía razón. No podía continuar estancada en el pasado cuando toda mi vida me obligaba a avanzar. Si no comenzaba a olvidarlo, ¿cuándo iba a dejar de soñar con la noche de su partida, una y otra vez? No había nada que deseara más que borrar la imagen de aquel autobús yéndose calle abajo y desapareciendo en la oscuridad.
Mire la puerta cuando la escuche abrirse. Era un grupo de chicas, así que me sentí estúpida mientras le echaba otro vistazo al reloj.
— ¿Esperando por alguien?
Giré la cabeza hacia la derecha cuando el chico sentado en la mesa de al lado se dirigió a mí. Tenía cabello azabache y ojos brillantes. No le había puesto mucha atención hasta ahora, pero si me había percatado de que venía solo.
— No. Me gusta sentarme en cafeterías sin ordenar nada.
Ante mi brusca contestación, el chico pareció pillar mi mal humor.
— Perdona.
Me sentí una bruja al instante. Cerré los ojos un segundo y exhale con frustración.
— No, lo siento — le hablé de nuevo, esta vez con un tono más amable. — Es que... No está siendo un buen día. Me plantaron, parece.
El chico volvió a mirarme.
— Vaya, que L.
Arqueé las cejas.
— ¿L?
— Loser — respondió. — Así se dice perdedor en inglés.
Me aguante un bufido, pero lo inspeccioné mejor. Llevaba puestos unos pantalones de vestir negros, pero lucia casual gracias a la chaqueta que llevaba encima de su camisa.
— Bueno, no soy la única que vino a comer sola — conteste, a la defensiva. — ¿Qué hay de ti?
— No, no. Lo decía por él — aclaró con una sonrisa, señalando la silla vacía frente a mí. Yo me reí. — ¿Ahora qué pasa? ¿Dije algo gracioso?
— Es que, ¿quién dice L, así? ¿Eres un adolescente, acaso?
Él suprimió una sonrisa más grande.
— Perdón. Mis primas pequeñas me pegan la jerga.
— Supongo que eso ayuda a mantenerte joven.
— Se equilibra — se encogió de hombros. — Me sacan canas verdes siempre que las cuido.
Nos sonreímos, genuinamente divertidos. Luego de soltar un par de risillas más, suspire.
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sempiterno • kth
Fanfiction❝ Cuando eres joven solo corres, pero vuelves a lo que necesitas. ❞ Sora y Taehyung son amigos de la infancia que tuvieron que crecer en medio de pandillas, drogas y violencia callejera. Se permitieron soñar con salir de ahí y empezar vidas nuevas q...