Sentí una aplastante sensación en el pecho que ocasionó que todas las señales de alerta que había en mi organismo se encendieran cuando Taehyung se levantó de la silla sin romper el contacto visual conmigo. Se veía... Diferente. Era él, pero había algo en el aura que lo rodeaba que hacía que pareciera una persona completamente ajena a la versión que vivía en mi memoria.
Su cabello estaba un poco largo, su cara lucía más afilada y su piel estaba más pálida de lo que recordaba. Por otro lado, su ropa era muy sencilla y básica; una camiseta negra, unos jeans de mezclilla oscuros y una chaqueta marrón encima. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue el matiz impenetrable de sus ojos almendrados.
— Hola.
Casi doy un respingo al escuchar su voz por primera vez después de tanto tiempo. Di medio paso hacia atrás de forma instintiva y mire a Jimin y Tara en busca de respuestas.
— ¿Qué está pasando?
— Llegó hace menos de una hora... — dijo Tara.
Era obvio que estaba nerviosa.
— Estábamos por llamarte — le ayudó Jimin. Él parecía más compuesto, pero aún así estaba muy atento a cualquier movimiento o palabra que pudiera salir de mi parte. — Necesita donde quedarse-
— No — lo corte tajantemente.
— Sora-
— Dije que no — lo volví a interrumpir, ahora dando unos pasos hacia Taehyung, quien se mantenía impasible ante mis palabras. — ¿En dónde está tu pandilla de mierda, eh? ¿Ya no tienen espacio para ti en su guarida? ¿Los delincuentes con los que te fugaste se cansaron de cuidarte?
— No seas así, So — Jimin intentó tranquilizarme, pero Tae levantó la mano para que se detuviera.
Estaba privándose de una defensa para que yo pudiera gritarle a mi antojo... Eso solo me hizo enojar más.
— ¿Qué carajo estás haciendo aquí? — gruñí. — Tú nunca quisiste venir a Seúl. Jamás pretendiste estar con nosotros, ¿pero ahora llegas aquí con un hola, esperando que te recibamos con abrazos, serpentinas y una cama?
— Deberíamos sentarnos.
— Le estoy hablando a él, nada más — dije, haciendo menos las intenciones de Tara y manteniendo los ojos sobre el chico cuyo recuerdo había atormentado tanto mi mente las últimas semanas. — ¿Qué pasa? ¿No vas a contestar? ¿Vas a mantener tu estúpida ley del hielo otro poco más?
— Sora...
No fui capaz de soportar oír mi nombre salir de sus labios. Ni siquiera podía descifrar su rostro. Me parecía tan inexpresivo que fue como si no lo conociera.
— Prometiste que te mantendrías en contacto — continúe, dejando que mis rencores salieran a colación. — ¡Deje cientos de mensajes para ti pero nunca respondiste!
— Quise hacerlo — se apresuró a decir. — Mi intención siempre fue hablarles, Sora, pero era muy peligroso.
— ¿Qué coño estás haciendo aquí, entonces?
— Me enteré de lo que le pasó a Choi Sam y quise recuperar mi vida — dijo, turnándose para mirarnos a los tres. — Lo único en lo que pude pensar cuando oí la noticia fue en ustedes.
Apreté los labios. Me sentía furiosa. Era como si ver su cara otra vez hubiera destapado el hoyo de reclamaciones que llevaba dentro desde hace dos años.
— ¿En serio? — bufé. — Elegiste a tus compinches delincuentes antes que a nosotros.
Antes que a mí, pensé.
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sempiterno • kth
Fiksi Penggemar❝ Cuando eres joven solo corres, pero vuelves a lo que necesitas. ❞ Sora y Taehyung son amigos de la infancia que tuvieron que crecer en medio de pandillas, drogas y violencia callejera. Se permitieron soñar con salir de ahí y empezar vidas nuevas q...