14. encuentros clandestinos

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Debía parecer una loca por estar atravesando el vecindario a toda velocidad, pero no me importó ninguna de las miradas que me echaron algunos de los vecinos. Ni siquiera cuando estuve a punto de estrellarme contra la señora Jung mientras subía las escaleras del edificio de mi amigo.

Jimin no tardó en abrir cuando estuve en su puerta.

— Parece que acabas de correr un maratón.

Me dejó pasar mientras yo terminaba de recuperar el aliento y casi di un brinco al ver a Taehyung sentado en el sofá. Me apresuré a ir con él.

— ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Cuando me miró fue como si los rayos del sol se hubieran posado en mi piel. No había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que lo había visto, pero por todo lo que estaba pasando, todos nuestros encuentros se sentían valiosos.

— Lo estoy. Tranquila.

Suspire aliviada, todavía un poco cansada. Vi a Jimin acercarse a mí con un vaso de agua.

— ¿Y Tara? — pregunté, dando un sorbo.

— También la llame pero está castigada por haber gastado su dinero de la semana en álbumes — dijo Jimin. — Su mamá no la dejó salir.

Deje el vaso en la mesa de centro.

— Bueno, ¿por qué me pidieron venir? — pregunté, pero ninguno de los dos me contestó de inmediato. En lugar de eso, Taehyung se puso de pie y metió sus manos en el bolsillo delantero de su sudadera. Jimin, cerca de la mesa, me miró de reojo. Era como si estuviera esperando a ver cuál sería mi próxima reacción. — Ya-ah, me están poniendo nerviosa. ¿Qué es lo qué pasa?

Tae suspiró y relamió sus labios.

— Voy a irme de la ciudad.

Mis ojos se intercalaron entre ambos chicos y me levanté como si eso pudiera agudizar mi oído, pues tenía que haber escuchado mal. Jimin miró a Tae con preocupación.

— ¿Qué?

— Me iré, Sora — repitió. — Mañana a la noche en uno de los autobuses de la estación.

Sacudí la cabeza.

— No. ¿Adónde pretendes ir?

— Es mejor que no lo sepa nadie. Primero iré a Jeonju, pero solo es una escala.

Fruncí el ceño.

— No puedes irte.

— Ya tengo mi boleto.

— Pero... — me pase una mano por el cabello. — ¿Cómo es que... ¿Qué?

— Me iré con Lee Woong. El chico con el que te dije que me quedaba, ¿recuerdas? — asentí aún bastante desubicada. — Él y su hermano se van a ir de aquí. Papá cree que lo mejor es que vaya con ellos.

Y caí.

Si quieres una solución, ve a buscarlo. Seguro te tiene buenas nuevas.

— A esto se refería... — musité para mí misma, uniendo los cabos.

— ¿Cómo?

Los mire nerviosa, pues iba a tener que confesar mi arranque de hace un rato.

— Escuchen, hablé con Jaewon.

Taehyung reaccionó al instante. Se sacó las manos de los bolsillos y me miró enfadado.

— ¿Hiciste qué? — exclamó.

— Sora, tienes que estar jodiendo — Jimin reclamó. — ¡Hablamos sobre eso! Dijiste que no lo buscarías.

— Solo cállense. Es importante-

sempiterno • kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora