El Final de una Misión / El comienzo de una Crisis.

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Un nuevo y reluciente día había llegado al pueblo donde actualmente se encontraban en una importante misión "El equipo del Sekiryuutei", cuyo grupo se había quedado sin su líder al llegar la mañana y ser una impactante noticia para los demás integ...

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Un nuevo y reluciente día había llegado al pueblo donde actualmente se encontraban en una importante misión "El equipo del Sekiryuutei", cuyo grupo se había quedado sin su líder al llegar la mañana y ser una impactante noticia para los demás integrantes al no haberlo encontrado en su habitación asignada.

Es por ese motivo que, en medio de lo que se podía decir que era un maravilloso día, en donde todos los pueblerinos iban de lado a lado haciendo sus actividades y rutinas diarias… Todos ellos se quedaban impresionados cuando sobre sus cabezas pasaban volando tres sombras de figuras femeninas con gran rapidez, dejando sólo a su vista un borrón negro pero para sus oídos, bueno…

— ¡Háganse a un lado maldita sea! ¡Sepan caminar imbéciles!

Los borrones negros en el cielo se alejan y muchos de los pueblerinos escuchaban de fondo varios gritos algo vulgares de una mujer... Por todo el pueblo, estos borrones pasaban de lado a lado, pisando tejados destruyendolos en su carrera o más bien búsqueda por...

— ¡Ingvild cuidado!

— ¿Eh?

En cuestión de segundos, lo que fue un puesto ambulante móvil se transformo en una pista de impacto un... Dicho carrito portador de varias flores, fue impactado por el cuerpo de la única Leviathan presente en dicho pueblo.

Siendo Ingvild Leviathan quién tras destrozar el puesto de ventas con su cuerpo, dio varios giros en tierra antes poder terminar sentada en el suelo cubierta de pies a cabeza por pétalos de flores.

— ¡Quién en su sano juicio coloca un puesto mercader en medio del camino!

Protestó la pelipurpura al ver a una anciana mirándola a ella con impresión y enojo, gracias a esto supo que era la dueña de lo que destruyó y por ende...

— ¡Fijate por donde vas abuela!

Si bien, en esa situaciones las que estaban causando destrozos eran ellas, Ingvild no estaba dispuesta a dar el brazo a torcer aún si la culpa había sido suya... Luego de mostrar su queja a la pobre anciana, se levantó sacudiendo su ropa y cabello para poder quitarse de encima los pétalos de flores.

¡Diablos! Incluso habían llegado unos dentro de su escote, por lo que tuvo que apartarlos no sin antes de haberse asegurado de que no hubiese ningún fisgon por ahí que la vieran a ella estar metiendo su mano dentro de su blusa.

— ¿Estas bien?

Al acabar y alzar su mirada, la bella Demonia notó como descendiendo del cielo aterrizaban Rossweisse y Nyx... Siendo la segunda nombrada, la que se mostraba más tensa y molesta que la primera que le dio su atención y preocupación.

— Si, solo un poco cubierta de pétalos pero nada que lamentar, Rossweisse. Ahora bien, ¡A ti que te pasa por la cabeza, estúpida!

A pesar de haberse mostrado dulce y cariñosa con su mejor amiga, el estado de ánimo de Ingvild dio un giro de 180° grados cuando observó y le reclamo a su hermana.

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