Entre Kitsunes y revelaciónes.

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Soy Nyx, la Diosa Primordial de la Noche

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Soy Nyx, la Diosa Primordial de la Noche. Nací del Caos, en un tiempo donde la oscuridad dominaba y solo los Dioses Primordiales caminaban por el universo. No tengo recuerdos de una infancia con hermanos; fui única en mi existencia, la solitaria soberana de la noche. Los mortales me temían y veneraban por igual, susurraban mi nombre con reverencia y terror, pues sabían que mi presencia era omnipresente, cubriendo el mundo con el manto de la noche.

Mi vida estaba llena de soledad y poder. Gobernaba las sombras, misurraba las estrellas y observaba el mundo desde las alturas, nunca realmente formando parte de él. La eternidad parecía inmutable, hasta que un día, la Diosa Dragona del Infinito, Ophis Ouroboros, irrumpió en mi existencia.

Fue ella quien me trajo a un nuevo capítulo de mi vida, uno que nunca imaginé. Me adoptó, aunque más parecía un secuestro, llevándome a su hogar y presentándome a su hijo, Issei Ouroboros.

Issei, mi querido hermano y primer amor. La conexión entre nosotros fue instantánea e irrefrenable. Al principio, la relación era pura curiosidad y fraternidad, pero pronto se transformó en algo mucho más profundo y significativo. Issei me mostró una faceta del mundo que desconocía, una de amor, calidez y, sobre todo, humanidad.

Con el pasar de los años aquel dulce niño creció y me convertí en su novia, algo que jamás pensé posible para una Diosa de mi calibre. Fue con él que perdí mi virginidad, uniendo nuestras almas en un vínculo inquebrantable.

Sin embargo, con este nuevo amor, llegaron nuevos temores. Nunca había conocido la sensación de celos hasta que vi a otras mujeres acercarse a Issei. Mi pecho se llenaba de una angustia irracional, especialmente hacia aquellas con pechos más grandes que los míos. Temía que las preferiría a ellas, que su mirada se desviaría de mí hacia esos atributos. Este miedo me hacía protegerlo con más fervor, ser más cariñosa y mimada, queriendo asegurar mi lugar en su corazón.

Toda mi existencia, desde la creación hasta el día que Ophis me trajo a su lado, no me preparó para lo que vendría. Las experiencias que viví junto a Issei, las emociones que descubrí y los desafíos que enfrentamos juntos, fueron más complejas y enriquecedoras de lo que cualquier eternidad solitaria podría haberme ofrecido. Ahora, cada día es una nueva aventura, y estoy lista para enfrentar cualquier cosa, porque sé que lo hago con Issei a mi lado.

-DxD-

La primera luz del día se filtraba a través de las cortinas de la habitación de nuestra hermosa Diosa Nyx, llenándola con un suave resplandor dorado. El sol comenzaba a ascender en el cielo, dispersando los tonos anaranjados y rosados del amanecer con la promesa de un día claro y brillante. Afuera, los pájaros cantaban alegremente, sus trinos resonando en el aire fresco de la mañana. Un nuevo día había comenzado, lleno de expectativas y promesas.

- ¿Mmmmgh?

Nyx, aún sumida en el mundo de los sueños, comenzó a despertar lentamente. Se estiró entre las sábanas de seda, un suave bostezo escapando de sus labios. Llevaba puesta una camisa de Issei, que le quedaba extremadamente grande, y su ropa interior por debajo.

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