El Tesoro del Infinito.

Una amiga y ¿Hermanas?

Antes de empezar quería decirles algo, como vieron anteriormente había dado las candidatas para el harem donde ustedes votarían por su preferidas... Esa votación la iré haciendo por eliminatoria, esto lo hago para aquellos que lleguen a leer esta historia y quisieran votar por una chica, es más equitativo... Conforme avance la historia iré tomando de una en una a la chica más votada, como es el caso de este capítulo donde verán a una de las chicas más votadas anteriormente como también una dada por mi.

Sin más que decir, empecemos.

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El tiempo paso en un abrir y cerrar de ojos, los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años... La vida en la Residencia Ouroboros mejoró conforme pasaba el tiempo... En un principio fue difícil, más conciderando el poco conocimiento de Ophis sobre cuidar bebés y no ayudaba para nada el hecho de que ella no dejara que nadie tocará o tomará a su cría, siendo Gran Rojo el que resultaba herido por la madre Dragona sobre protectora cada vez que iba a visitar a su sobrino y trataba de cargarlo... La palabra clave es "trataba" porque siempre aparecía Ophis hecha una fiera y le daba una paliza a Rojo por pensar en tomar a su bebé... Pese a ello Issei creció en un ambiente saludable lleno de amor por parte de su madre.

Si, los primeros días no fueron fáciles para Ophis, su bebé lloraba constantemente y ella a el principio no tenía idea de qué era lo que le pasaba, ¿Tiene hambre? ¿Necesita un cambio de pañal? ¿Un cólico? ¿Quiere compañía? Esas eran las preguntas que atormentaba a la pobre de Ophis cada vez que Issei comenzaba a llorar... Si, a el principio no fue sencillo para ella, pero con el pasar del tiempo supo llevarlo con calma y aprender mejor la crianza de un niño... Gran Rojo también fue de gran ayuda y un buen soporte para la Diosa del Infinito, aunque al principio los dos eran una bola de inútiles para cuidar de Issei, con mucho esfuerzo, libros y trabajo en equipo pudieron llegar a ser una gran madre y un tío ejemplar para el pequeño castaño.

Issei se crió bajo el ala de Ophis, después de todo era su madre... En el caso de Gran Rojo, el solía llegar a visitar debes en cuando a su sobrino y de paso le traía un montón de regalos, algo que sacaba de quisio a Ophis al ver como el imbécil de su hermano trataba de alejar a su bebé de ella, eso era lo que creía Ophis cada vez que Rojo traía algún obsequio con él... Conforme Issei crecía, la felicidad de la Diosa Dragona también lo hacía, llegando al punto de que cuando el castaño dio sus primeros pasos y dijo sus primeras palabras que resultaron ser "Mamá", Ophis casi llega a destruir Asgard en un arranque de felicidad, por suerte en esa ocasión Gran Rojo estaba presente para colocar una barrera que impidiera la destrucción del mundo Nórdico.

Y se preguntaran, ¿Donde está Ddraig? Bueno, él se encontraba durmiendo en el interior de Issei a la espera de que él lo despertará, ya que Ophis lo había puesto a dormir... La Diosa del Infinito había sido muy clara en un punto y le había pedido tanto a Gran Rojo como a Ddraig un favor, el cuál era no revelarle a Issei su verdadera identidad ni la de él ni la de ella... Ophis temía que su hijo fuese tratado mal o temido si se supiera que él era su hijo o peor aún, que lo cazaran por su poder... Por esa razón había decidido mantener en secreto su naturaleza y para evitar problemas también había ocultado la presencia de la Boosted Geard... Ella había puesto a dormir a Ddraig, ya que no quería que su hijo se viera envuelto en problemas del mundo sobrenatural, también había ocultado mediante un hechizo el poder de él y el suyo para pasar inadvertidos en el mundo nórdico, el cuál para los ojos de su hijo sería su hogar.

Ophis no pretendía mantener a Issei oculto y negarle su verdadera identidad, no claro que no... Ella misma se lo revelaría pero cuando fuera el momento oportuno... Una vez su hijo tuviera una edad en la que ya no corriera peligro y fuera más que suficiente para defenderse y sobrevivir en este mundo lleno de retos... Ella solo quería lo mejor para él, así que por los siguientes años lo estaría protegiendo hasta que llegara el momento de la verdad... Pero así era la vida de la Diosa Dragona, una montaña rusa llena de subidas y bajadas, algunas más aterradoras que otras pero al final un sentimiento de alegría la esperaba.