Japón / Pueblo de Kouh.Inhóspita y desolada, así era como se encontraban las calles de la ciudad tras caer la noche en ellas... Ningúna alma se veía recorrer los caminos pero era entendible, ¿Quién andaría en las afueras de sus hogares a altas horas de la noche? ¿Nadie verdad? O eso es lo que uno quisiera pensar, pero en la plaza del pueblo, la cual era rodeada de restaurantes y centros comerciales con una torre de reloj gigante en el centro, se encontraba un típico parque con árboles, estanques y campos de hierba... Y en el medio de este se encontraba una fuente de agua donde se podía ver a una linda jovencita de largo cabello negro hasta sus caderas y ojos grises, con orejas puntiagudas, aunque su largo cabello negro hacia que esta característica fuera difícil de notar, sus ojos grises tenían pupilas de reptil rajadas y su atuendo consistía en un estilo de Lolita gótica.
Pesé a su apariencia infantil la realidad era muy diferente a lo que se veía, ya que esa niña era la Diosa Dragona conocida como la Dragona de Ouroboros y la Diosa Dragona del Infinito... Esta mujer de gran prestigio y poder en el mundo se encontraba sentada en la orilla de la fuente mientras miraba su propio reflejo en el agua sin expresión u emoción alguna en su rostro... Y mientras se miraba a ella misma en el agua buscaba una razón de ser, una razón para existir, ya que desde hace ya mucho tiempo ha venido buscando alguna respuesta pero siempre terminaba de la misma forma, nada.
- En algún momento del pasado lejano, yo nací en el Espacio Dimensional y viví allí como si fuese mi hogar. No tenía a dónde ir ni una razón de existir, estaba sola en ese espacio vacío e infinito, así como yo. Vague durante mucho tiempo en ese espacio flotando a la deriva sin algún propósito. ¿Porque vivo? ¿Cuál es mi razón de existir? ¿Cuál es mi importancia en esta vida? ¿Porque estoy sola? ¿Quién soy? Miles y miles de preguntas me hacia constantemente mientras vagaba en ese espacio sin fin, pero no había respuestas para ella, no había nada para mí más que la infinita y fría soledad. Vi incontables mundos formarce y destruirse, incontables especies nacer y morir, pero no importaba lo que viera seguía estando sola. Sola en una infinita oscuridad. Un día llegó un ser igual a mi, era un enorme dragón rojo occidental con un cuerno en el hocico y un par de alas en su espalda y con un poder igual o superior al mío, fue ahí donde supe que no era la única en esta vida. Lo nombre Gran Rojo, por su tamaño y color.
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El Tesoro del Infinito.
FanfictionEn un mundo donde la soledad y la tristeza habían tejido las sombras que cubrían la vida de una mujer, la llegada de una luz inesperada supuso un cambio profundo en su existencia. Había aceptado resignadamente que la eternidad sería su compañera, un...