Tiempos de Paz antes del desastre.

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Había una vez un poderoso Dragón cuyas escamas relucían cual noche. Este Dragón vivía en un reino encantado lleno de exuberantes bosques y cascadas mágicas. Sin embargo, detrás de su imponente figura, este Dragón guardaba un gran secreto: su noble corazón estaba lleno de valentía y bondad.

En aquel reino, también vivía una hermosa Princesa. Su belleza irradiaba como la luz de la luna en una noche despejada. La Princesa era conocida por su dulzura y compasión hacia todas las criaturas del reino. Aunque vivía en un espléndido castillo, rodeada de sirvientes y lujos, su mayor deseo era encontrar un verdadero amigo con quien compartir sus alegrías y tristezas.

Un día, el destino unió los caminos del Dragón y la Princesa. El dragón, con sus alas majestuosas, avistó a la Princesa en medio de un castillo mientras ella comía con ternura un tazón de galletas. Fascinado por su ternura, decidió acercarse con cautela para no asustarla.

La Princesa, al ver al imponente Dragón acercándose, no sintió temor ni rechazo. Sus ojos se iluminaron de asombro y curiosidad. En lugar de apartarse, extendió su mano hacia el Dragón, invitándolo a acercarse aún más. El Dragón sorprendido y emocionado, extendió su garra y permitió que la Princesa acariciara suavemente sus escamas.

A partir de ese momento, se forjó una amistad inquebrantable entre el Dragón y la Princesa. Juntos, exploraron el reino encantado, descubriendo maravillas ocultas y compartiendo momentos de alegría y complicidad. El Dragón protegía a la Princesa de cualquier peligro que acechase en su camino, mientras que la Princesa llenaba el corazón del Dragón con amor y gratitud.

Sin embargo, en lo más profundo del bosque, había un malvado ser conocido como el "Hombre Pájaro". Era una criatura de aspecto grotesco, con garras afiladas y ojos oscuros llenos de malicia. El Hombre Pájaro estaba celoso de la amistad entre el Dragón y la Princesa, pues anhelaba tener todo el poder y la atención para sí mismo.

Un día, mientras la Princesa y el Dragón disfrutaban de un paseo por el bosque, el Hombre Pájaro los emboscó, tratando de separarlos. Sin embargo, el Dragón con su aliento de fuego, creó una barrera protectora alrededor de ellos, manteniendo al Hombre Pájaro a raya.

El Dragon valiente y decidido luchó valientemente contra el Hombre Pájaro. Su determinación y amor por la Princesa lo llenaban de una fuerza sobrenatural. Finalmente, logró derrotar al Hombre Pájaro y alejarlo para siempre del reino.

El reino entero celebró la valentía de la Princesa y el Dragón. Todos se unieron para rendirles homenaje y agradecerles por su amor y protección. Y así, el Dragón y la Princesa continuaron viviendo en el reino encantado, compartiendo aventuras y enseñando a todos la importancia de la amistad y el coraje.

Y así concluye el cuento...

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En aquel lugar, en una soleada tarde, una figura misteriosa decidió contarles a sus hijos un cuento especial. Los niños se acomodaron en el suelo, ansiosos por escuchar la historia que su padre o madre les iba a contar.

- ¿Que les pareció la historia del valiente Dragón y la hermosa Princesa?

- ¡Quiero saber más sobre el Dragón y la Princesa! ¿Qué pasó después?

- ¡Ah, mis queridos hijos, aún hay mucho por contar! La aventura del Dragón y la Princesa está lejos de terminar.

El Tesoro del Infinito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora