Cuando solo quieras huir,
piensa en aquello que te hace feliz.Estaba bastante agobiada, y saber que toda esa gente estaba a su alrededor, lo cierto era que no ayudaba en absolutamente nada. Quería intentar escabullirse de allí de alguna forma. No soportaba estar en esa estúpida fiesta. Ese no era su mundo, era el de sus padres, y ella lo odiaba con toda su alma. Tanta hipocresía, tantas sonrisas falsas, tantas miradas altivas. Simplemente le desquiciaba asistir a ese tipo de eventos. Pero allí estaba, con ese vestido rojo que su madre le había obligado a ponerse y esos tacones que no sabía cómo era capaz de soportarlos.
—De verdad, Liv, me parece tan bonito tu collar —dijo Liah, chica del grupo de su edad de aquella fiesta y del que para variar, estaba obligada a estar presente por su madre.
—Gracias.
—¿De dónde es? —preguntó, acercándose un poco para poder tocarlo.
En ese momento, saltaron sus alarmas y se apartó bruscamente de la rubia, apretando con fuerza el collar. Había sido puro instinto, pero el simple hecho de pensar que alguien podría tocarlo, la ponía nerviosa. Se lo había dado él. Era parte de él. Y ahora era de ella. Con una curiosa historia detrás, aquél tenía un importante significado, y no iba a permitir que nadie pudiese apreciar lo que ese collar escondía.
—Es un regalo —acabó contestando, forzando una sonrisa. Tenía que portarse como una señorita si no quería que su madre volviese a gritarle en cuanto pisaran su hogar, como ya había pasado en contadas ocasiones.
Cada vez sujetaba con más fuerza el collar contra su pecho. Cada vez que lo tocaba se sentía un poco más tranquila. Le gustaba esa sensación de paz, por lo que estar con la mano en el diamante, se había convertido en una tonta costumbre. No sabía si realmente se podía tratar del corazón de Lucas, ni siquiera si esa piedra tenía poderes. No lo sabía, pero sin duda, podía afirmar la seguridad que este le causaba con un simple roce.
La conversación en su grupo no podía ser menos de su interés, por lo que, aunque por fuera podía parecer incluso interesada, la realidad es que tan solo estaba haciendo escenarios en su cabeza de cómo huir de allí, solo saliendo de sus ensoñaciones en momentos concretos para hacer algún típico comentario y parecer presente en lo que parecía ser el cotilleo de como una "zorra sin futuro", había sido capaz de besar al chico guapo, hijo de grandes empresarios. Un notición.
Entre todo el murmullo presente en la sala, Olivia fue capaz de distinguir el suave rumor de las cuerdas de una guitarra. La primera vez que lo escuchó, pensó que era algo de su cabeza por el extremo aburrimiento, pues sabía de sobra que allí solo se tocaban instrumentos refinados, de los cuales, la guitarra no era uno de ellos. Pero volvió a escuchar las cuerdas sonar una segunda vez, y en esta ocasión, no fue un simple susurro, sino que fue acrecentando por momentos y se le añadió una ronca y melódica voz.
Todo el mundo se calló, y el grupo de chicas con el que estaba sentada, dio por finalizada su conversación, para mirar detrás de Olivia con expresión asombrada e ilusionada. Giró su cabeza, queriendo descubrir qué era lo que había dejado a todos tan atónitos, y cuando lo vio, prácticamente saltó de la silla para ponerse de pie, mirando fijamente a la persona que a paso lento se estaba acercando a ella.
Y ahí estaba él, acercándose a Olivia paulatinamente, con la mirada fija en sus orbes, mientras que sus dedos se desplazaban a lo largo de la guitarra y de sus labios salían unas bellas palabras que habían conseguido que la castaña sonriese de felicidad. Esa sí que era una sonrisa verdadera. En ese momento no debía de fingir nada: verle vestido de traje, cantando Shivers, de Ed Sheeran, que bien él sabía que era su canción favorita, era suficiente para tener una sonrisa de oreja a oreja, que hiciese que incluso le doliesen las mejillas.
Cuando no faltaban más de tres pasos para que fuesen capaz de tocarse, Lucas se paró, y aún con el contacto visual presente, cantó para ella la parte de la canción que decía que quisiera besar sus ojos y tener el alma ardiendo. Era una simple canción, pero la cantaba con el corazón, pues el diamante que residía en el pecho de Olivia, estaba brillando con fuerza, y ya sabía por anteriores madrugadas, que cuando eso ocurría, significaba él estaba sintiendo de verdad.
Paró de cantar y llevó la guitarra hacia su espalda, y acto seguido, sin mirar a nadie más, cogió la mano de Olivia y comenzó a correr con ella hasta que sus pies no pudieron más y tuvieron que parar. Tomaron aire, sobre todo ella, que no estaba acostumbrada a correr, y mucho menos con tacones, pero eso no impidió que su risa se expandiese por la carretera en la que habían parado.
—¡No me puedo creer que lo hayas hecho! —jadeó Olivia entre risas. De todos los escenarios que se pudiese haber imaginado para escapar de allí, sin duda ese no lo había previsto ni de lejos.
—Bueno, me estabas llamando, y la situación no era demasiado prometedora, así que tenía que hacer algo para sacarte de allí, princesita.
Sabía que su madre la mataría en llegar a casa, pero en ese momento no podía importarle menos. Se sentía eufórica. Había escapado de esa mierda de sitio, y lo había hecho con Lucas. Sin duda, en ese momento ya podrían decirle que J.D Salinger había resucitado y que quería conocerla, que no le importaría en lo más mínimo. Ahora solo quería vivir esa noche, en mitad de esa calle que no tenía ni idea de dónde estaba y disfrutar de la compañía de Lucas.
—Es la primera vez que apareces fuera de mi habitación —comentó mientras se sentaba en la acera y se quitaba los tacones.
—Hay una primera vez para todo. —Se sentó a su lado, mirándola con una bonita sonrisa que hubiese derretido a cualquier persona, viva o muerta, daba igual. Esa sonrisa hacía milagros.
—¿Pero por qué? O sea, ¿por qué siempre apareces en mi habitación y tan tarde?
—Hoy no es tan tarde, y la vez que entraste en la habitación llorando tampoco lo era.
Olivia rodó los ojos.
—Entonces, cambio mi pregunta, ¿por qué si siempre apareces a la misma hora, ese día y hoy apareciste más pronto?
—¿Bailamos?
—¡Me estás evitando el tema!
—Princesita, sigo siendo un demonio, y, por ende, no estoy libre de pecado, así que sí, te estoy evitando el tema y no pienso hablar de ello. —Se levantó y se puso delante de Olivia, ofreciéndole la mano —. Así que mejor que dejes de hacer preguntas sin respuesta y aceptes mi proposición de bailar juntos ante la luz de luna y sus estrellas.
—No hay música.
—¿Acaso importa?
Iba a contestar, pero Lucas la cogió en sus brazos antes que pudiese hacerlo y comenzó a dar vueltas por la carretera con ella cogida como princesa. Olivia se cogió a su cuello con fuerza y dejó que otra vez, la sonrisa fuese la protagonista en su rostro, bailando bajo un cielo estrellado y siendo como siempre, la luna la única testigo de lo que surgía entre un alma recomponiéndose y un corazón cada vez más cálido.
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(( ❤️🔥;; Cuidado con lo que deseas
Teen FictionSecretos. De aquellos que destrozan sueños. De aquellos que avivan el fuego. De aquellos que son un total peligro. De aquellos por amor. De aquellos que matan. Terrible desgracia si fueran descubiertos. No permitirás que eso ocurra, ¿verdad? So...