Secretos.
De aquellos que destrozan sueños.
De aquellos que avivan el fuego.
De aquellos que son un total peligro.
De aquellos por amor.
De aquellos que matan.
Terrible desgracia si fueran descubiertos. No permitirás que eso ocurra, ¿verdad?
So...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando te das cuenta que vuelves a sonreír, justo en ese momento, eres feliz y más fuerte.
—¿Qué se supone que ibas a hacerle? —Olivia se cruzó de brazos sentada en la cama.
Lucas se rio, sabiendo que se refería al evento de aquella mañana.
—Por Lucifer, princesita, no iba a hacerle nada malo. Solo iba a borrarle la memoria desde que me ha visto esta mañana y me iba a ir para evitar problemas.
Ella suspiró, dejándose caer de espaldas en la cama.
—Lleva todo el día preguntando por ti.
—Lo sé —dijo Lucas, tumbándose a su lado.
Olivia le lanzó una mirada acusativa, alzando una de sus cejas de manera bastante graciosa.
—¿Qué se supone que has hecho?
—No tenía nada mejor que hacer, así que me pasé el día espiando a tu hermana. —Sonrío y y se sentó, comenzando acariciar el abdomen de Olivia.
—Ya...No sé si es muy buena esa costumbre que estás cogiendo de espiar a mi familia.
Lucas se rio a carcajadas.
—Sus amigos le han preguntado que por qué estaba tan contenta, y ella les ha dicho que es porque su hermana está últimamente más sonriente que de costumbre —la miró y se mordió el labio de manera seductora —. Dice que posiblemente es por el chico guapo del baile, y que eso la pone todavía más feliz porque significa que ella tendrá un amigo nuevo y que posiblemente le den un bebé y así ella ya no será la pequeña.
La cara de Olivia en ese momento era un cuadro. ¿Había escuchado bien? ¿De veras había dicho su hermana que Lucas y ella tendrían un hijo? Por favor, que locura. Sin duda alguna, la pequeña Amelia a veces tenía unas ideas que te dejaban atónito. O sea, no es que no quisiese tener hijos, pero en ese momento no, y no sabía si los tendría con Lucas, aunque, sí es cierto, que serían unos niños muy bonitos. Madre mía, ya estaba divagando de más cuando ni siquiera sabía qué es lo que ocurría entre ellos, y además, ¿sería posible tener un hijo entre un demonio y un humano?
Dios, se iba a volver loca con tanta cosa en la cabeza.
Por otro lado, cayó en la cuenta de lo primero que había dicho Lucas. Amelia estaba más feliz porque ella sonreía más, lo que significaba, que se había dado cuenta de su estado. Desde que todo empezó, se volvió mucho más callada de lo que solía ser, y aunque con su hermana intentaba comportarse igual que siempre, sabía que todo había cambiado.
Miró a Lucas con una sonrisa triste en los labios. Era verdad, desde que él llegó, sonreía más.
Se giró un poco hasta que el tacto caliente de sus cuerpos se sintió, y tras mirarse fijamente a los ojos durante unos segundos y rozar dulcemente la punta de la nariz de él con la suya propia, redujo su distancia a cero y se fundieron en un beso.
Era un demonio.
Era oscuro.
Había hecho cosas terribles.
Pero Olivia le estaba tan agradecida.
Al final, se había enamorado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
