3. Centro de adopción

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Minutos después de camino llegaron a la fundación, al bajar del auto Ari y Temo miraban el lugar ya que trataban de asimilar que cuando pusieran un pie su sueño comenzaría a cumplirse.

-¿Están listos?- preguntó Julieta.
-Si- contestaron ambos con una sonrisa.
-Pasen muchachos- les indicó Robert.

Los cuatro entraron y esperaron en recepción a la directora, las risas de algunos niños se escuchaban causándoles ternura a los Aristemo

-¡Estoy emocionado Ari!- dijo Temo emocionado.
-También yo Tahi, los niños parecen tiernos que va a ser difícil elegir a uno- dijo Ari feliz-. Pero haremos caso a nuestro corazón.

En ese momento una mujer de cabello castaño que vestía una blusa azul, saquito, pantalón y zapatos blancos llegó a donde estaban ellos.

-Doctor Cooper que gusto verlo por acá- lo saludó-. Hola Julieta, también me da gusto verte. ¿Cómo han estado?
-Muy bien directora, David le manda saludos- dijo Julieta.
-Rosa, ¿recuerdas a mi primo Aristóteles?- dijo Robert-. Vino conmigo cuando estábamos en proceso con la adopción de David.
-Claro que lo recuerdo. La última vez que te ví eras un jovencito y ahora ya eres todo un hombre.
-Pues ya fueron muchos años- dijo Ari soltando una pequeña risa y abrazó a Temo por los hombros-. Rosa, él es mi esposo Temo.
-Hola, mucho gusto- saludó Temo.
-Mucho gusto, joven. Me alegra que alguien haya ocupado ese lugar en tu corazón y seas muy feliz.

Ari abrazó más a Temo y besó su frente, los Oppas sonrieron al ver esa escena no dudando que serían aceptados para adoptar.

-Rosa, el motivo por el que estamos aquí es porque mi primo y su esposo tienen interés de adoptar a un niño- dijo Robert.
-Hicieron muy bien en venir, aquí con nosotros tenemos a muchos niños necesitados de amor, de estar en una familia- dijo Rosa-. Y no se preocupen muchachos, en este lugar toda pareja tiene derecho de adoptar. Vamos para que conozcan a los niños.

Ari y Temo se sintieron aliviados al saber que podían adoptar ya que ese era uno de sus más grandes miedos. Pero felices acompañaron a la directora.

Había algunos niños afuera de los salones jugando, la mayoría eran entre 11 y 13 años, algo que impresionaba a los cuatro adultos.

-¿Cómo es posible que puedan abandonar a niños que ya están grandes?- comentó Temo.
-Algunos son abandonados y otros huérfanos- dijo Rosa-. Cada uno con una historia diferente, pero siempre son dolorosas.
-¿De qué edad les gustaría adoptar?- preguntó Julieta.
-Nos gustaría adoptar a uno menor de 10 años, así podríamos verlo crecer y enseñarle muchas cosas- dijo Ari-. Podríamos enseñarle a andar en bicicleta, ayudarle con sus tareas de la escuela, leerle un cuento antes de dormir y lo más importante darle mucho amor.
-En ese caso vamos a que conozcan a los más pequeños.

En el trayecto al área donde estaban los más pequeños miraban a algunos que estaban jugando en el pasillo y dentro de los salones algunos hacían actividades.

-Va a ser difícil elegir, Ari- dijo Temo mirando a los niños jugar.
-Lo sé Tahi, pero sé que hoy encontraremos a nuestro futuro hijo- dijo Ari dándole un beso a su esposo.

Continuaron caminando cuando ambos tropezaron por accidente con algo, al mirar al piso encontraron un oso de peluche y una muñeca, los levantaron.

Continuaron caminando cuando ambos tropezaron por accidente con algo, al mirar al piso encontraron un oso de peluche y una muñeca, los levantaron

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-¿De quién son estos muñecos?- preguntó la pareja

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-¿De quién son estos muñecos?- preguntó la pareja.
-Aveces los niños dejan sus cosas en cualquier parte- dijo Rosa-. Seguramente ahorita encontraremos a los dueños, mientras tanto pasen a convivir un rato con los pequeños.

Ari y Temo entraron al salón donde había niños entre 2 y 5 años, jugaban con ellos pero sin saber por qué razón no soltaban los muñecos que se habían encontrado en el pasillo. Los niños se mostraban alegres pero la pareja aún no se decidía por alguien.

-¿Ya se decidieron por alguien?- preguntó Julieta.
-Es difícil elegir con tantos niños tan lindos- dijo Ari-. Solo imaginar la historia que tienen estos pobres niños me da tristeza.
-Hay muchos factores y cada historia es diferente- dijo Rosa-. Pero ahorita lo importante en lo que ustedes se deben concentrar es qué niño o niña les gustaría adoptar.

Mientras los Aristemo seguían conviviendo con los niños, afuera había algunos niños corriendo y jugando.

-¿Dónde está Teddy?- preguntó una tierna voz infantil-. Lo dejé aquí.
-Tampoco está Naty- dijo otra vocecita-. Vamos a buscarlos.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora