Ari y Temo ya habían cumplido su sueño de casarse. Ahora están por cumplir otro sueño más, ambos serán papás de dos hermosas niñas.
Acompaña a esta familia en sus aventuras.
Ari y Temo no dejaron de pensar en las niñas desde el primer momento en que las conocieron, ellos estaban seguros de que serían las elegidas para formar parte de la familia. Hoy sería el día en que realizarían la primer visita para comenzar con los trámites de la adopción.
Temo se encontraba en la cocina terminando de decorar un pastel pequeño para las niñas, Ari salía del cuarto con un folder en sus manos.
-Ya vámonos Tahi- avisó Ari. -¡Voy amor!- gritó Temo desde la cocina y salió con el pastel en sus manos-. ¿Llevas los documentos que nos pidieron? -Si amor, con ello comenzaremos todo bien. ¿Y ese pastel? -Lo hice especialmente para las niñas ya que les prometí una sorpresa. ¿Crees que sean las indicadas? -Yo sé que si, ambas me robaron el corazón los primeros minutos de haberlas conocido y esas sonrisas cuando les entregamos sus muñecos fueron las más tiernas que he visto. -Lo sé, ambas son unas niñas maravillosas.
Se dieron un beso y subieron a su auto para irse a la fundación.
Llegaron y pasaron directo a la dirección donde se encontraron con Rosa quien les sonrió al verlos.
-Hola muchachos, ¿listos para la primer visita?- dijo la mujer. -Si, y ya hemos traído los primeros documentos- dijeron al entregarle el folder. -Bueno, mientras llevo esto con la trabajadora social pueden pasar a ver a las niñas.
La pareja muy feliz se dirigió al patio para buscar a las niñas, efectivamente las encontraron jugando con la muñeca y el oso de peluche. Silenciosamente se acercaron a ellas y se agacharon a su altura.
-Hola niñas- las saludaron. -¡Ari, Temo!- dijeron las niñas muy felices y los abrazaron-. Si volvieron. -Como se los prometimos y también les trajimos esto.
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-¡Pastel!
Los corazones de los jóvenes se derretían por lo tiernas que eran, cortaron cuatro rebanadas y las sirvieron en unos platos para comerlas. Las niñas tenían unas enormes sonrisas en sus rostros.
-¡Está delicioso!- dijeron ambas-. ¿Quién lo preparó? -Yo lo hice, mis niñas- dijo Temo sonriendo. -¿Después me puedes enseñar a hacer uno?- preguntó Nidia. -Claro Nidia.
Los jóvenes estuvieron jugando con las niñas por un rato, cada minuto que pasaba se iban ganando su corazón. Ari y Temo supusieron que ya era momento de preguntarles sobre sus gustos para conocerlas un poco más.
-Oigan niñas, desde el otro día que las conocimos nos cayeron muy bien- dijo Temo. -Y queríamos saber ¿si les late que vengamos a platicar con ustedes?- preguntó Ari. -Si, son nuestros únicos amigos y nos hace feliz que nos visiten- dijo Anya. -¿Y nos vendrán a visitar todos los días?- preguntó Nidia. -No es seguro princesa, pero si estaremos viniendo a verlas porque queremos conocerlas más, saber qué colores les gustan, cuál es su comida favorita y todo lo que les gusta. -Todos los colores nos gustan.
Las niñas estuvieron platicando con Ari y Temo sobre sus gustos, había buena comunicación como si se conocieran desde hace mucho tiempo.
Estaban pasando una linda tarde pero el timbre que anunciaba la hora de la merienda los interrumpió.
-Bueno niñas, vayan a merendar y las veremos después- dijo Temo. -¿Volverán de nuevo?- preguntaron las niñas. -Si, aún no sabemos cuándo pero será pronto- dijo Ari-. Las queremos mucho. -Y nosotras a ustedes.
Se dieron un abrazo y las niñas se fueron, la pareja sonreía ya que de verdad estaban encantados con ellas. En unos segundos Rosa estuvo con ellos y vió las sonrisas en sus rostros.
-¿Cómo les fue?- preguntó. -Ay Rosa, son unas niñas únicas- dijo Temo-. Lo estuvimos pensando por unos días y mi esposo y yo estamos decididos a que Anya y Nidia son las niñas que queremos adoptar. -Si, son las niñas que queremos amar, educar, abrazar- dijo Ari con gran ilusión. -Me encanta su entusiasmo muchachos. Bueno, ya le entregué los documentos a la trabajadora social y después se comunicará con ustedes para decirles que otros documentos ocupará. Mientras tanto vayan preparando el cuarto de las niñas porque la trabajadora social hará una visita a su casa para verificar que el ambiente sea el adecuado para las niñas.
Ari y Temo sonrieron, estaban entusiasmados de dar el siguiente paso.
