48. El cuarto de las bebés

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Todas las cosas para el cuarto de las bebés ya habían llegado, lo que habían comprado eran los muebles porque la mayoría de las cosas habían sido regalos de la familia.

-¿Qué tramas Ari?- preguntó Temo riendo ya que Ari lo llevaba caminando cubriéndole los ojos.
-Ya verás, Tahi- dijo Ari dándole un beso en la mejilla-. No quise decirte porque quería que fuera sorpresa. Faltaban las cunas para nuestras bebés, yo me encargué de conseguirlas y por fin hoy llegaron.

Ari quitó sus manos y cuando Temo abrió los ojos vio dos hermosas cunas, las cunas de sus dos bebitas. El castaño quedó sorprendido y abrazó a su esposo dándole muchos besos.

-Ay Tahi, son hermosas- dijo Temo-. Quiero que el cuarto se quede así en color blanco porque las decoraciones se verían más bonitas.
-La verdad apoyo tu decisión, el cuarto se verá hermoso- dijo Ari-. Lo dejaremos así y ya cuando las niñas tengan unos 3 años podemos pintarlo como ellas quieran.
-¡Ya llegamos!- avisaron Anya y Nidia al entrar a la casa.
-Niñas, vayan a cambiarse y vienen a ayudarnos para decorar el cuarto de sus hermanitas.
-¡Si! ¡Ya vamos!

Anya y Nidia se cambiaron para ayudarles a sus papás con el cuarto, ¡manos a la obra!

Ari acomodaba los muebles con ayuda de sus hijas mientras Temo sacaba unas cosas de unas cajas, así no hacía muchos esfuerzos al mover cosas pesadas. Hacían un gran trabajo en equipo, Ari se encargaba de acomodar las cosas que tuvieran que ir en un lugar alto, Temo puso los colchones junto con las mantas y almohaditas en las cunas.

-Estas cortinas quedarán lindas con las cunas- dijeron las niñas mientras ayudaban a colgarlas.
-Doña Imelda y doña Crissanta dicen que en aquellas épocas estos se ponían en las cunas pero con otra tela, y esto cubría a los bebés cuando había mosquitos- dijo Temo.
-Es algo lindo tener decoraciones antiguas con un poco de modernidad- dijo Ari-. Así las bebés sentirán que tendrán una linda infancia.
-Así nos sentimos nosotras cuando llegamos aquí- dijo Nidia-. Aunque en nuestro cuarto ya no están nuestros juguetes seguimos siendo felices y supimos que tuvimos una linda infancia.

Ari y Temo sonrieron al recordar eso, era lindo lo que sus hijas habían dicho.

Todo ya estaba acomodado, solo estaban acomodando unas cosas y guardando la ropita en los cajones, parte de la ropa eran vestiditos que Linda y Yolo les habían regalado. Ari se acercó a Temo y lo abrazó por atrás, sonrió al recordar algo.

-¿Sabes qué me hace recordar todo esto?- preguntó Ari.
-Cuando preparamos el cuarto de Anya y Nidia, ¿cierto?- comentó Temo.
-Si, hace algunos años comenzabamos a decorar el cuarto de nuestras hijas mayores y ahora estamos decorando el cuarto de nuestras bebés. Nuevamente estamos viviendo esta etapa.

Ambos juntaron sus frentes, sonrieron al recordar esos momentos y al saber que volverían a revivirlos. Sus hijas se unieron al abrazo.

Después de unos minutos el cuarto quedó listo y estaba hermoso. Hicieron un gran trabajo en equipo.

Esa noche, Ari terminaba de arropar a sus hijas que ya se habían quedado dormidas y les dió un beso en sus frentes

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Esa noche, Ari terminaba de arropar a sus hijas que ya se habían quedado dormidas y les dió un beso en sus frentes. Ari estaba regresando a su habitación cuando vio a Temo parado en la puerta del cuarto de las bebés.

-Creí que ya estabas acostado- dijo Ari abrazándolo.
-Estaba por hacerlo, pero quise venir una vez más a ver el cuarto de nuestras bebitas- dijo Temo y en ese momento entraron los perros para acostarse en el piso del cuarto-. Parece que Duke y Aleu serán unos excelentes perros guardianes.
-Si. Daniela me comentó que cuando la llegada de un bebé está cerca los perros comienzan a quedarse en su cuarto y cuando el bebé llega a casa se convierten en sus guardianes.

La pareja miró a sus perros y sabían que la llegada de sus bebitas estaba cerca.

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