20. Preparando galletas

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Anya y Nidia jugaban en el patio con algunos de sus juguetes, ahora que estaban de vacaciones ambas pasaban más tiempo juntas. Ari entraba a la cocina cuando vio a Temo alistando unas cosas.

-¿Qué haces, Tahi?- preguntó Ari abrazándolo por atrás y besando su mejilla.
-Voy a hacer unas galletas navideñas, ¿puedes hablarles a las niñas?- dijo Temo-. Les encantará hacer esto, especialmente a Nidia.
-Si, ahora las llamo. ¿Yo también te puedo ayudar?
-Claro amor, solo quiero que pasemos un momento en familia.

Ari le dió otro beso en la mejilla y fue al patio a buscar a sus hijas, le encantaba verlas jugar aunque aveces sentía que a sus hijas les faltaba a alguien más con quien jugar, pero ya después se encargaría de eso.

-Hola ratoncitas- dijo Ari al salir.
-Hola papi- saludaron las niñas.
-Si papá Temo me mandó a buscarlas porque vamos a hacer galletas navideñas.
-¡Si!

Las niñas muy emocionadas se metieron a la cocina, se lavaron las manos y se acercaron con sus papás, Temo explicó las indicaciones y comenzaron con la preparación. Era un lindo momento en familia, en ese momento Ari se había agachado para decirle algo a Anya en el oído y ambos sonrieron con complicidad. Nidia y Temo estaban concentrados preparando la masa cuando sintieron un puñado de harina caerles en la cabeza.

-Aristóteles y Anya Corcega- dijo Temo en modo de regaño.
-Papá Ari fue el de la idea- dijo Anya riendo.
-Perdón amor, solo que los vimos tan concentrados que quisimos hacerles una pequeña broma- dijo Ari riendo pero repentinamente le cayó harina en la cara y eso le causó risa a su esposo.
-Ahora entiendo por qué la venganza es dulce- dijo Nidia riendo, ella había lanzado la harina.
-¡De esta no te escapas, ratoncita!

Ari perseguía a su hija por toda la cocina hasta salir al patio, Temo reía por aquello y miró a su otra hija.

-¡Ni lo pienses, papá!- advirtió Anya.
-Nadie dijo que no podía vengarme- dijo Temo tomando otro puñado de harina.

Así fue como esta pequeña familia inició una guerra de harina, risas y gritos se escuchaban por todos lados hasta que se cansaron, después regresaron a la cocina para continuar preparando las galletas.

Cuando estuvieron listas y dejaron que se enfriaran comenzaron a decorarlas, Temo se recargó en el hombro de Ari mientras miraba a sus hijas con una sonrisa.

-¿Qué pasa Tahi?- preguntó Ari dándole un beso en la frente.
-Nada amor, solo que me encanta ver a nuestras hijas felices y eso es suficiente para mí- dijo Temo sonriendo.
-Para mí también y así quiero verlas siempre.

La pareja compartió un pequeño besito y continuaron ayudándole a sus hijas a decorar las galletas. Quedaron lindas cuando terminaron, Anya y Nidia estaban felices de haber hecho eso.

 Quedaron lindas cuando terminaron, Anya y Nidia estaban felices de haber hecho eso

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-Les quedaron lindísimas, mis niñas- dijo Temo abrazando a sus hijas.
-Gracias papá, aprendimos de ti- dijeron las niñas-. ¿Podemos comernos una?
-Claro, pero será después de darse un baño porque tienen harina hasta la cabeza.

Sin protestar ambas se fueron a bañar, Temo comenzó a recoger los utensilios que utilizaron cuando sintió que Ari lo abrazó por la cintura y besó varias veces su cuello.

-Te amo Tahi, eres el mejor papá del mundo- dijo Ari.
-Tú también eres el mejor papá del mundo, mi amor- dijo Temo besando a Ari en los labios.
-Oye, después de que las niñas se bañen ¿nos bañamos?
-¿Juntos?
-Obvio Tahi.
-Me parece buena idea, pero mientras salen las niñas vamos al sillón para que me abraces.
-Ni aunque me lo hubieras pedido.

Sin duda estos dos enamorados padres amaban a sus hijas.

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