4. Anya y Nidia

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Ari y Temo entraron a una habitación donde extrañamente solo se encontraban dos niñas en sus camas, ambas se encontraban llorando.

-Esta es una de las habitaciones donde se supone que deberían estar las demás niñas- dijo Rosa-. ¿Dónde están, pequeñas?
-No sabemos a dónde se fueron- contestaron las niñas.
-Voy a buscarlos, con permiso.

Rosa salió de la habitación dejando a las niñas en compañía de los cuatro adultos. Al ver que las niñas seguían llorando Ari y Temo se acercaron a ellas, sus corazones les habían dicho que lo hicieran.

-¿Por qué lloran?- preguntó Temo con dulzura.
-Porque no encontramos a Teddy y a Naty, son nuestros únicos amigos- dijeron las niñas aún tristes.
-¿Acaso Teddy y Naty son estos dos muñecos?- dijo Ari mostrando el oso de peluche y la muñeca.
-¡Si, los encontraron! ¡Gracias!

Las niñas muy felices abrazaron sus muñecos, fue una tierna escena para Ari y Temo. Ambos se sentaron en aquella cama y secaron las lágrimas de las niñas.

-Tienen unas caritas muy bonitas, no deben llorar- les dijo Temo sonriendo.
-Gracias, tú también tienen una carita bonita- dijeron las niñas-. ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Cuauhtémoc, pero me pueden decir Temo. Y él es mi esposo Aristóteles, pero le pueden decir Ari.
-¿Y ustedes cómo se llaman, pequeñas?- preguntó Ari sonriendo.
-Yo me llamo Anya- dijo una de ellas.

-Y yo me llamo Nidia- dijo la otra niña

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-Y yo me llamo Nidia- dijo la otra niña.

-Y yo me llamo Nidia- dijo la otra niña

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-¿Cuántos años tienen?
-Tenemos 9 años. ¿Quieren jugar con nosotras?

Ari y Temo tomaron otros dos muñecos de una caja de juguetes para jugar junto a las niñas, era un lindo momento que Robert y Julieta no resistieron a tomarles una foto. Los Aristemo al estar jugando con las niñas comenzó a surgir un lindo sentimiento, creían que podían ser las indicadas.

Los cuatro estuvieron jugando un buen rato hasta que la hora de visitas había terminado, los Aristemo se habían divertido y les habían tomado mucho cariño que no querían irse.

-Niñas, ya nos tenemos que ir- dijeron ambos con pena.
-No se vayan, ustedes son nuestros únicos amigos- dijeron las niñas un poco tristes.
-No estén tristes niñas, les prometemos volver pronto- dijo Ari.
-¿Lo prometen?
-Lo prometemos, y la siguiente vez que vengamos les traeremos una sorpresa.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de las niñas y los abrazaron, en medio del abrazo la pareja cruzó mirada moviendo la cabeza en modo de afirmación.

Se dirigieron a la dirección y se sentaron frente al escritorio donde estaba la directora anotando algo en la computadora.

-¿Y qué les parecieron los niños?- preguntó la directora.
-Pues todos nos parecieron lindos, pero hubo dos niñas en especial que se nos hicieron tiernas- dijo Ari.
-¿Cuál es la historia de Anya y Nidia?- preguntó Temo.
-Anya era hija única, sus padres la querían mucho pero un día un accidente automovilístico la dejó huérfana.
-¿Y Nidia?
-Nidia era una niña sin atención, sus padres no la atendían bien y el día que la niña llegó aquí una vecina que la trajo nos contó que fue a preguntarles algo pero solo encontró a la niña llorando y le dijo que sus padres se habían ido dejándola sola.

Los cuatro presentes sintieron tristeza al escuchar las historias de las niñas, Ari y Temo fueron los que sintieron más tristeza ya que no les gustaba que los niños sufrieran de esa manera.

-Es feo por todo lo que tuvieron que pasar las niñas- dijo Temo-. Rosa, las niñas nos agradaron y queremos conocerlas más a fondo.
-Perfecto, comenzaré a agendar las fechas para visitas y si hay una buena aceptación comenzaremos con la documentación para la adopción- dijo Rosa.

Los cuatro se despidieron de la mujer y salieron del lugar para irse a sus casas, los Aristemo estaban muy felices.

-Nos encanta verlos felices- dijo Julieta-. Verán que todo va a salir bien y cuando menos lo esperen las niñas estarán con ustedes.
-Gracias por acompañarnos, son los mejores- dijo Ari-. Solo una cosa, aún no vayan a comentar nada con la familia ya que queremos que sea sorpresa, claro, si todo sale bien.
-No se preocupen primo, no diremos nada- dijo Robert-. Y claro que todo saldrá bien porque ustedes serán los mejores papás del mundo.

Las dos parejas se despidieron y cuando los jóvenes iban a subir a su auto se besaron por un momento, estaban muy felices.

-Te amo Ari- dijo Temo acariciando si cara.
-Y yo a ti mi amor- dijo Ari dándole otro beso-. Vamos a ser los mejores papás.
-Si amor, seremos los mejores.

Se dieron otro beso y se fueron a casa para comenzar con algunos planes para la adopción.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora