28. Momento a solas

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5 años después...

Temo se encontraba acomodando unos documentos en compañía de los perros que ya eran unos adultos, en su rostro se mostraba una gran sonrisa y un inesperado beso fue depositado en sus labios.

-Ni cuenta te diste cuando llegué- dijo el rizado.
-No, estaba tan concentrado en esto- dijo Temo sonriendo bobamente-. Pero si me hubiera dado cuenta no habría recibido ese lindo beso.
-¡Ya llegué niñas!
-Las niñas no están, Tahi. Fueron a casa de una de sus amigas a realizar un trabajo, las traerán más tarde.
-Desde que nuestras hijas entraron a la secundaria están demasiado ocupadas con sus tareas.
-Lo sé, pero es parte de crecer y no por ello dejarán de ser nuestras pequeñas niñas porque nos siguen amando. No estés triste y ayúdame a acomodar estos documentos.

Temo le dió un pequeño beso y comenzaron a acomodar los documentos, Ari tuvo la curiosidad de saber lo qué eran esos papeles y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro al leer uno.

-¡¿Es neta, Tahi?!- preguntó Ari emocionado.
-¿Qué cosa, Tahi?- preguntó Temo un poco confundido.
-Lo que estoy leyendo en estos documentos ¿es cierto?
-Si Tahi, ¡finalmente lo logramos!

El rizado cargó a su esposo y dió varias vueltas, se sentía muy orgulloso de lo que había logrado. Al bajarlo lo miró a los ojos y le acarició la mejilla.

-Estoy tan orgulloso de ti, amor- dijo Ari mirándolo más enamorado.
-Gracias Ari, nada de esto sería posible sin tu apoyo- dijo Temo-. Las niñas también se pondrán felices cuando les diga esto.
-En estos momentos estamos solos, ¿por qué no...?

Temo besó a Ari captando su indirecta, poco a poco el beso comenzó a subir de tono hasta que tuvieron que separarse al sentir un par de miradas sobre ellos, Aleu y Duke los miraban sin entender nada porque eran solo unos perros.

-¿Qué nos ven?- preguntó Ari en medio de una risa.
-Mejor vayamos a nuestra habitación- sugirió Temo.

Sus labios volvieron a unirse, Ari alzó a Temo y sin dejar de besarse se dirigieron a su habitación.

Llegaron, cerraron la puerta y Ari acostó a Temo en la cama para continuar besándolo. Su beso era apasionado, ambos quitaron sus camisas y Ari besó el cuello de Temo que era su parte favorita. Ari entraba y salía de Temo a un ritmo suave y relajado mientras besaba su cuello, el castaño arañaba la espalda de su esposo por la sensación al estar haciendo el amor.

-Ya extrañaba sentirte- dijo Temo en medio de gemidos.
-Yo también extrañaba sentirte- decía Ari contra los labios de su esposo.

Era cierto, ambos habían estado tan ocupados los últimos meses que no habían tenido un momento para ellos y ese momento fue el indicado.

-Te amo mucho, mi amor- dijo Ari con la respiración agitada luego del reciente orgasmo.
-Y yo a ti Tahi, con toda mi vida- dijo Temo dándole un beso.

Después de un rato Ari y Temo se encontraban sentados en la sala en compañía de sus perros, pero disfrutando de su amor.

-Mi Ari- dijo Temo acariciando la mejilla de su esposo.
-Temo, el amor de mi vida- dijo Ari dándole un beso-. No sabes lo feliz que estoy de ser tu esposo.
-Yo soy el más feliz, mi amor. Eres el mejor esposo y un maravilloso papá.
-Mi amor.

Ambos juntaron sus frentes, no sabían lo qué sucedía pero luego de esa linda tarde que pasaron ambos se sentían más felices que nunca. Salieron de su burbuja cuando sintieron un pequeño peso en sus espaldas y varios besos en sus mejillas.

-Hola mis ratoncitas- dijo Ari.
-Hola papi- saludaron las niñas y fueron a su cuarto a dejar sus cosas.
-¿Lo ves, amor?- dijo Temo sonriendo-. Nuestras niñas siempre nos amarán aunque sigan creciendo.
-Yo los amo a ustedes tres.

La pequeña familia Corcega López pasó una linda tarde, los cuatro eran muy felices. Pero no contaban que la felicidad crecería más cuando una noticia inesperada estaba por llegar a sus vidas.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora