14. Primer día de clases

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Pasaron algunos días en los que Anya y Nidia se habían adaptado en su nuevo hogar junto a sus padres, también les encantaba visitar a la familia y jugar con la tropa. Pero ya había llegado el día en que las niñas entrarían a la escuela.

Después de ser llamadas por su papá Temo ambas se levantaron y comenzaron a ponerse su uniforme.

Después de ser llamadas por su papá Temo ambas se levantaron y comenzaron a ponerse su uniforme

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-¿Crees que hagamos amigos?- preguntó Nidia.
-Tal vez hoy no, papá Ari dijo que mientras eso sucede podemos juntarnos con la tropa- dijo Anya.

En la cocina Temo preparaba un licuado para sus hijas y guardaba sus almuerzos en sus loncheras, sonrió al sentir un beso en su mejilla.

-¿Cómo amaneció mi lindo esposo?- preguntó Ari sonriendo.
-Feliz porque tengo conmigo a mi amado esposo- dijo Temo dándole un beso a Ari-. Solo faltan unos días para una fecha muy especial.
-La más especial en mi vida y te aseguro que la pasaremos de maravilla.

Se dieron un beso que duró unos segundos y al separarse continuaron con lo suyo, en ese momento una pequeña duda no dejaba tranquilo a Temo.

-Oye amor, me preocupa un poco el tema de la escuela- dijo el castaño.
-¿Por qué Tahi?- preguntó Ari.
-Las niñas entrarán a cuarto de primaria y me preocupa que se atrasen mucho en los temas porque estuvieron mucho tiempo sin estudiar.
-No te preocupes por eso, amor. Hablé con Diana y me dijo que iba a hablar con todos los maestros para que las apoyaran mucho. Además, en la fundación también les enseñaron muchas cosas que las ayudarán en sus clases, nosotros también las apoyaremos.

Ambos se regalaron una sonrisa y volvieron a besarse, sin que ellos se dieran cuenta sus hijas los observaban con una sonrisa ya que a ellas les encantaba ver lo enamorados que estaban. Recordaron lo que les dijo su abuelo Pancho y podían hacerlo en ese momento.

-¡Chiflando y aplaudiendo!- gritaron ambas y sus padres se separaron.
-Ay niñas, que susto nos dieron- dijo Ari riendo-. Pero que bueno que llegan porque ya es hora de irnos.

Las niñas fueron por sus mochilas y antes de irse se despidieron de su papá Temo.

-Tengan un lindo día mis niñas, en la salida voy por ustedes- dijo Temo-. Las amo.
-Y nosotras a ti papá- dijeron las niñas.
-Nos vemos en la tarde Tahi, te amo- dijo Ari dándole un beso.
-También te amo Tahi, se van con cuidado.

Ari y las niñas se fueron, Temo comenzó a limpiar la casa pero también aprovecharía para continuar trabajando en su proyecto.

Ari dejó a sus hijas en la escuela y al entrar ambas se sintieron un poco tímidas ya que no conocían a nadie, en ese momento la maestra Diana se acercó a ellas.

-Hola niñas, ¿ustedes son las hijas de Aristóteles y Cuauhtémoc?- dijo ella.
-Si, somos nosotras- dijeron las niñas.
-Soy la directora de la escuela, cualquier problema o asunto pueden hablarlo conmigo o con Hugo. Vengan, las llevaré a su salón.

Las niñas siguieron a Diana hasta llegar a su salón, mientras Diana hablaba con la maestra las niñas miraron adentro del salón y vieron a muchos niños aproximadamente de su edad.

-Pasen niñas- dijo la maestra con una sonrisa y las niñas entraron-. Niños, quiero presentarles a sus nuevas compañeras Anya y Nidia Corcega López, espero que todos sean respetuosos con ellas.

Ambas se fueron a sentar y sacaron un cuaderno para comenzar la clase.

El día transcurría normal, las niñas participaron mucho ya que sabían un poco sobre los temas que estaban viendo en la clase, hasta que llegó la hora del recreo. Anya y Nidia se sentaron en una banca para comer su almuerzo, al terminar no sabían qué hacer cuando un grupo de niñas se acercaron a ellas.

-Hola, ¿quieren jugar con nosotras?- preguntó una de ellas mostrando una cuerda.
-Claro- dijeron Anya y Nidia-. ¿Cómo se llaman?
-Yo me llamo Clara- dijo una niña de cabello oscuro.
-Yo soy Valeria- dijo una niña de cabello claro.
-Y yo soy Nahomi- dijo una niña de ojos claros.

Las cinco niñas comenzaron a jugar brincando la cuerda, Anya y Nidia se estaban divirtiendo mucho ya que nunca habían hecho amigas. Estuvieron brincando mucho rato hasta que se cansaron.

-Ustedes nos agradan- dijo Clara-. ¿Quieren ser nuestras amigas.
-¿De verdad quieren ser nuestras amigas?- preguntó Anya sonriendo.
-Si, nos cayeron muy bien y estando juntas todo es más divertido- dijo Nahomi-. ¿Qué dicen?
-Claro que queremos ser sus amigas.

Ese primer día de clases fue un éxito, las niñas no tuvieron ningún problema con las materias y ya habían hecho tres amigas.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora