30. Nuevos conciertos

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Ari se encontraba en su oficina, pero no podía concentrarse por pensar en la salud de Temo luego de lo que había ocurrido esa mañana.

-¿Estás bien, Ari?- preguntó Kika.
-Perdón Kika, ni cuenta me di cuando llegaste- dijo Ari.
-Si lo noté, ¿qué te ocurre?
-Temo se sintió un poco mal y me preocupa haberlo dejado solo.
-Tranquilo amigo, si Temo se llegara a sentir mal lo primero que haría sería llamarte. Solo venía a avisarte que el jefe quiere hablar contigo.
-Ahora voy.

Ari se tranquilizó un poco y fue a la oficina de su jefe, su corazón decía que Temo iba a estar bien porque solo era un "malestar estomacal". Llegó a la oficina de su jefe y se sentó frente a él.

-¿Qué pasa, jefe?- preguntó Ari.
-Bueno Ari, recordarás que teníamos que esperar confirmación para tus siguientes conciertos- dijo el jefe y Ari asintió-. Pues no me esperaba que fueran a ser tan pronto y estas siguientes tres semanas estaremos fuera de Oaxaca.

El rizado estaba entusiasmado por los conciertos, en el último que había tenido llevaron a sus hijas porque estaban de vacaciones y había sido la mejor experiencia ver a sus papás en un escenario. Pero sabía que en esa ocasión iría solo porque las niñas irían a la escuela y no sabía cómo seguiría Temo con su salud.

-¿No habría ningún problema si Temo no se presenta en esta ocasión?- preguntó Ari-. Lo digo más que nada por el tema de las niñas.
-No te preocupes por eso, Ari- dijo el jefe-. La familia es lo primero y ya haremos algo para la canción de Temo.

Ari se sintió más tranquilo por el tema de su familia y estaba entusiasmado por el concierto, pero extrañaría a su familia esas tres semanas.

En casa, Anya y Nidia ya se encontraban haciendo sus tareas y Temo terminaba de preparar la comida.

-Niñas, vayan a lavarse las manos porque ya vamos a comer- dijo Temo.
-Si papi- dijeron las niñas..

Temo iba a regresar a la cocina cuando de repente tuvo un mareo que lo hizo tambalearse, Anya y Nidia se percataron de eso que inmediatamente acercaron una silla para que se sentara.

-¿Estás bien, papá?- preguntó Nidia preocupada.
-Si mi niña, solo fue un mareo- dijo Temo aún con los ojos cerrados.
-¡Ay papá, estás muy pálido!- dijo Anya un poco asustada-. Voy por alcohol para que no te nos vayas a desmayar.

Anya tenía un algodón humedecido con alcohol cerca de la nariz de Temo mientras que Nidia le echaba aire con un plato.

-¿Dónde andan mis amores?- preguntó Ari al entrar.
-Estamos en la cocina- dijeron las niñas.

Ari entró a la cocina esperando a ser recibido por su familia como todos los días, pero en lugar de eso encontró a su esposo muy pálido.

-¿Qué tienes, mi amor?- preguntó Ari preocupado.
-Nones nada mi amor- dijo Temo sonando un tanto tranquilo.
-Papá, estuviste por desmayarte.
-Vamos al doctor, Tahi.
-No es necesario Tahi, ya me siento mejor.
-¿Seguro? No quiero irme con la preocupación por tu salud.

Anya, Nidia y Temo se quedaron callados por el inseperado comentario de Ari. El rizado se acercó para abrazar a su esposo y sentar a sus hijas en sus piernas.

-¿A dónde irás, papá?- preguntaron las niñas.
-¿Recuerdan los conciertos de los que les había hablado?- dijo Ari y los tres asintieron-. No conté con que los iban a adelantar y me iré durante tres semanas.
-¿Cuándo te irás, Tahi?- preguntó Temo.
-Me iré pasado mañana, pero no quiero irme con la preocupación por tu salud, Tahi.
-No te preocupes por mí, voy a estar bien. Además, ya me siento mejor.
-Si papi, te prometemos que vamos a cuidarnos entre los tres.
-Gracias mis amores, los voy a extrañar mucho pero me iré con la tranquilidad de saber que van a estar bien.

Los cuatro se reunieron en un enorme abrazo, después de todo ellos eran una familia feliz.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora