31. El viaje de Ari

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El triste momento para la familia había llegado, Ari se iría a sus conciertos.

Ari terminaba de hacer su maleta cuando sintió unos brazos alrededor de su torso y le dieron pequeños besos en su mejilla. El rizado se dió media vuelta y juntó su frente con la de su esposo, notaba su mirada triste.

-Prometeme que vas a regresar pronto- dijo Temo.
-Sabes que siempre regreso pronto- dijo Ari y se sintió mal al ver muy triste a Temo-. Verás que estas tres semanas se pasarán muy rápido y cuando regrese no me alejaré de ti ni de nuestras niñas.
-Te amo Ari.
-Y yo a ti mi cielo.

Se dieron un beso que duró unos segundos y después Temo salió para dejar que Ari terminara de empacar su maleta. Al salir Temo corrió repentinamente al baño porque tuvo unas inmensas ganas de vomitar, trató de no hacer mucho ruido para no alarmar a Ari.

Horas después Ari y Temo se encontraban en su auto afuera de la escuela esperando a que salieran las niñas, el rizado volteó a ver un momento a su esposo y ahora lo notaba muy pensativo desde que salieron de la casa. Le dió un pequeño beso y eso lo hizo sonreír un poco más.

-¿Estás bien, Tahi?- preguntó Ari.
-Estoy bien, amor- dijo Temo abrazándolo-. Es raro que ande bipolar, sobretodo ahora que te irás por unas semanas.
-Pero yo sé que estarás bien y si algo quiero que recuerdes todos los días es que te amo.
-Yo también te amo mi amor.

Compartieron unos cuantos besos hasta que escucharon el timbre y esperaron hasta que vieron salir a sus hijas. Al subir al auto Anya y Nidia lo primero que hicieron fue abrazar a su papá Ari, las lágrimas tampoco se resistieron, Temo se unió al abrazo.

-No estén tristes mis amores- dijo Ari dándole un beso a su esposo y a sus hijas-. En tres semanas vamos a volver a vernos.

Luego de estar unos minutos abrazados se fueron a la central de autobuses para que Ari no perdiera su autobús.

Ya estando en el lugar Kika y el jefe ya se encontraban ahí, las niñas fueron a abrazarlos ya que los querían como si fueran parte de la familia, eso hacía sonreír a los Aristemo. Pero llegó el momento de las despedidas.

-Vengan mis niñas- dijo Ari abriendo sus brazos para abrazar a sus hijas-. Se portan bien y cuidan mucho a su papá porque parece que estos días se ha sentido mal. Pero si algo quiero que recuerden es que las amo mucho.
-También te amamos, papi- dijeron las niñas-. No nos perderemos tu concierto a través del directo y desde casa nos vamos a sentir emocionadas de verte.
-¡Ay mis ratoncitas!

Las niñas ya no se sentían tan tristes porque ellas solo querían que su papá se fuera feliz a sus conciertos. Ahora venía el momento más difícil que era despedirse de su pareja. Se acercó a él y juntaron sus frentes.

-¿Prometes llamar todos los días?- preguntó Temo.
-Ni aunque me lo pidieras yo los llamaré todos los días- dijo Ari y en ese momento notó los ojos cristalizados de su esposo-. No llores mi amor, estos días pasarán rápido.
-Perdón Tahi, no sé qué me pasa. Da lo mejor en tus conciertos como siempre lo has hecho y recuerda que te amo.
-Yo también te amo y mucho.

Ambos se abrazaron y se dieron muchos besitos, pareciera que no se querían separar, las niñas también se unieron al abrazo y Ari no podía dejar de darles besos a su familia.

-Los amo mucho.

Ari tomó su maleta y finalmente se fue, Temo abrazó a sus hijas mientras veían a Ari marcharse, Temo tuvo una sensación que lo hizo acariciar su vientre.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora