10. Conociendo a la familia

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Faltaba poco para que llegara la familia, Anya y Nidia ya estaban arregladas con algo de ropa que sus padres les habían comprado, ellas de verdad estaban felices en su nuevo hogar.

-Hola niñas- saludó Temo al entrar al cuarto.
-¿Cómo nos vemos, papi Temo?- preguntaron las niñas.

Outfit Anya

Outfit Nidia

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Outfit Nidia

-Se ven muy hermosas

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-Se ven muy hermosas. La familia les caerá muy bien.

Temo miraba a las niñas de manera muy dulce, aún no podía creer que fuera papá de ellas. El timbre de la casa sonó anunciando que la familia había llegado.

-Bueno, iré a abrir porque su padre está terminando de arreglarse- dijo Temo-. En un momento vengo por ustedes.

Temo salió de la habitación y al abrir la puerta efectivamente ya había llegado toda la familia, la mayoría llevaba muchos regalos como si fuera navidad o el cumpleaños de las niñas.

-Hola familia, perdón, me terminaba de arreglar- dijo Ari llegando a donde estaban todos.
-No te preocupes Ari- dijo doña Blanca-. ¿Y dónde están mis nuevas sobrinas?
-Que alegría que la familia crece cada vez más- dijo doña Imelda-. Pero Blanca tiene razón hijos, ¿dónde están mis bisnietas?
-Ahora las conocerán, vamos Tahi.

La familia se quedó ahí esperando por unos segundos hasta que vieron a los Aristemo regresando nuevamente a la sala pero ahora con las niñas en brazos, todos sonrieron al verlas.

-Familia, les presentamos a las nuevas integrantes de la familia- dijo la pareja-. Ellas son nuestras hijas...
-Anya Corcega López- dijo ella presentándose.
-Nidia Corcega López- dijo la otra niña.

Toda la familia se acercó para cargarlas, abrazarlas y llenarlas de mucho cariño, lo cual ponía a las niñas muy felices. Se sentaron en la sala para comer pastel del que había preparado Temo y platicaron para conocer más a las niñas, en ese momento ellas se encontraban sentadas en las piernas de su abuelo Pancho.

-Ay hijo, sin duda tengo unas nietas hermosas- comentó Pancho con una sonrisa.
-Lo sabemos papá- dijo Temo acariciando las caritas de sus hijas-. Estas pequeñas nos robaron el corazón desde el primer momento en que las conocimos.
-Hola, ¿quieren jugar con nosotros?- preguntó Santi al acercarse con Anya y Nidia.
-¿Podemos ir, papá?- preguntaron las niñas.
-Si princesas, convivan con sus tíos y primos.

Las niñas muy felices salieron a jugar al patio con los demás niños, en la fundación nunca habían jugado con los demás niños en grupo porque eran un poco tímidas, pero ahora que tenían una familia todo era diferente.

-Oigan, ahora que Anya y Nidia ya son parte de la familia, ¿por qué no las invitamos a formar parte de la tropa Unidos?- dijo Frida.
-¡Si, es buena idea!- dijo Lupita.
-¿Qué es la tropa Unidos?- preguntó Anya.
-Es un grupo que nosotros formamos junto con sus papás y Yolo, pero ahora que ellos son más grandes solo quedamos nosotros- explicó David-. Nuestra misión es seguir manteniendo a nuestra familia unida.

A las niñas les pareció una linda idea y aceptaron unirse al grupo, después continuaron jugando.

A los pocos minutos Anya y Nidia fueron llamadas por sus padres para que fueran a abrir sus regalos. La mayoría era ropa y otros pocos juguetes, los que más les gustaron fueron unas pelotas que les había regalado Grecia y las bicicletas que les regaló Pancho.

 La mayoría era ropa y otros pocos juguetes, los que más les gustaron fueron unas pelotas que les había regalado Grecia y las bicicletas que les regaló Pancho

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-Papás, ¡¿mañana podemos ir al parque a jugar con nuestras pelotas y nuestras bicicletas?!- preguntaron las niñas emocionadas.
-Claro niñas, así podemos aprovechar que mañana es mi último día de descanso- dijo Ari sonriendo ante la petición de sus hijas.

La convivencia familiar continuaba, las niñas se sentían envueltas por el amor de una familia ya que eso les hizo mucha falta. Repentinamente las niñas se levantaron y pasaron al frente donde toda la familia pudiera verlas.

-¿Les podemos decir algo?- dijo Nidia y todos voltearon a verlas-. En la fundación nuestros compañeritos y nosotras siempre comentábamos lo lindo que sería tener una familia y una fiesta como esta, con pastel, regalos y toda clase de comida.
-Pero si algo nos decían las maestras cuando estábamos tristes era que nunca perdieramos la fé porque cuando menos lo esperaramos tendríamos una familia- dijo Anya-. Nosotras nunca la perdimos porque felizmente estamos aquí con ustedes.

Todos aplaudieron por las hermosas palabras que habían dicho las niñas, Ari y Temo se sentían orgullosos de tener unas hijas como ellas.

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