25. Apoyo de padres

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Solo faltaba un par de días para el evento de la escuela, pero las dos menores Corcega parecían aún no estar preparadas.

Temo entró a la cocina y se sorprendió al ver que había un gran desastre, pero su corazón se hizo chiquito al ver a su hija Nidia sentada en una silla llorando, se acercó a ella.

-¿Qué pasó mi niña?- preguntó Temo.
-Intente hacer un pastel pero solo hice un desastre- dijo Nidia triste-. Yo solo quiero ser como tú.
-Mi niña, para eso estoy aquí y te voy a enseñar, esto se trata de trabajar en equipo. Pero primero vamos a limpiar todo esto.

Entre Temo y Nidia limpiaron el desastre para después comenzar con la elaboración del pastel, la menor prestaba demasiada atención a todo lo que le explicaba su padre. Al terminar, Nidia comenzó a hacer uno ella sola pero contando con la ayuda de Temo y los metieron al horno.

-Esto no es nada difícil, mi chiquita- dijo Temo abrazandola-. Solo es cuestión de tener paciencia.
-Yo sé que si, papi- dijo Nidia mirándolo-. Estoy aprendiendo de uno de los mejores papás del mundo.

Cuando los biscochos estuvieron listos y se enfriaron comenzaron a decorarlos, pero padre e hija no podían dejar atrás las bromas y juegos con la crema para decorarlos.

Mientras tanto en el patio, Ari y Anya ensayaban su baile también para el concurso, pero la menor se sentía triste al ver que nada le estaba saliendo como esperaba.

-Me rindo, papá- dijo Anya sentándose en el sillón de la terraza.
-¿Por qué?- preguntó Ari sentándose a su lado-. El baile está saliendo muy bien.
-Lo dices porque es fácil para ti, pero yo solo me tropiezo, me equivoco e incluso ya van varias veces que piso a nuestros perros.

Anya también se sentía triste porque las cosas no le estaban saliendo bien, Ari se acercó un poco a ella y la abrazó para que se sintiera tranquila, se separó un poco para mirarla a los ojos y le regaló una tierna sonrisa.

-Mi amor, de eso se trata bailar- dijo Ari-. Podrás equivocarte y tropezar muchas veces, pero lo importante es divertirte. Yo también me equivoqué cuando tenía tu edad pero conforme fui practicando pude mejorar y mírame ahora. Yo te voy a seguir ayudando y si te caes yo me caigo contigo.

Anya sonrió ante esas palabras de su padre quien le tendió su mano y se levantaron nuevamente para ensayar su baile, tal como lo dijo Ari caía junto a su hija cuando tropezaba y reían hasta que si baile les había salido.

Esa noche Ari terminaba de arropar a sus hijas luego de que se quedaron dormidas, se habían cansado mucho en ese día. Se fue a su habitación y se acostó junto a Temo.

-¿Ya se durmieron?- preguntó Temo.
-Si, cayeron rendidas- dijo Ari-. Anya estaba demasiado cansada, pero su baile está quedando muy bonito aunque al principio se estaba sintiendo triste porque no le salía.
-Nidia también se sentía triste porque las cosas no le estaban saliendo bien, pero le dije que en equipo todo saldría mejor y todo sería más divertido.
-Yo también le dije eso a nuestra hija, nos vamos varias veces pero en lugar de verlo como una debilidad lo vio muy divertido.
-Me encanta que seas tan buen papá, Tahi. ¡Yo sabía que me tenía que casar contigo!
-Yo también me casé contigo porque sabía que serías un maravilloso papá.

Ambos compartieron muchos besitos y se fueron a dormir, felices porque sabían que estaban siendo los mejores papás del mundo.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora