22. Navidad

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El sol ya había comenzado a salir anunciando la mañana de navidad, Anya y Nidia fueron los primeros en despertarse, así que muy alegres fueron al cuarto de sus padres para despertarlos.

-¡Arriba papás, despierten, ya amaneció!- dijeron las niñas brincando en la cama.
-Buenos días mis niñas- dijo Temo sonriendo y entreabriendo los ojos.
-Buenos días papito.
-¿Qué hacen levantadas tan temprano?- preguntó Ari comenzando a despertarse.
-Hoy es navidad y queremos abrir los regalos junto a ustedes.
-Ya lo sabíamos hijas, solo que estábamos esperando este momento. Vayan a la sala y ahorita las alcanzamos.

Anya y Nidia se fueron muy alegres, los Aristemo solo sonreían ya que les encantaba ver a sus hijas muy felices.

-Que la inocencia de nuestras hijas nunca se pierda- dijo Temo sonriendo.
-Estoy de acuerdo contigo- dijo Ari y enseguida le dió un beso a su esposo-. Feliz navidad mi amor.
-Feliz navidad Tahi, te amo.

Después de un enorme abrazo y unos cuantos besitos los Aristemo se levantaron para ir a abrir los regalos junto a sus hijas.

Las niñas estaban muy alegres abriendo sus regalos, recibieron muchos juguetes y ropa, los papás también abrían sus regalos.

-¿Les gustaron sus regalos, hijas?- preguntó Temo.
-Si papá, Santa Claus supo exactamente lo que queríamos- dijeron las niñas muy alegres.
-Eso es porque han sido buenas niñas este año- dijo Ari y miró a Temo-. Por ello su padre y yo les tenemos una sorpresa.
-¡¿Qué es?!
-Cierren los ojos.

Anya y Nidia cubrieron sus ojos, los dos adultos salieron al patio por un momento y cuando regresaron llevaban algo en sus brazos.

-Abran los ojos- indicaron los dos sonriendo.

Las niñas abrieron sus ojos y sus rostros se volvieron de asombro al ver lo que sus padres tenían en brazos, eran dos cachorros de husky.

Las niñas abrieron sus ojos y sus rostros se volvieron de asombro al ver lo que sus padres tenían en brazos, eran dos cachorros de husky

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-¡¿Son nuestros?!- preguntaron las niñas emocionadas.
-¡Si mis niñas!- dijo Temo sonriendo y entregándole a cada una un perrito, las niñas estaban en shock.
-Pero...
-Nosotros les vamos a explicar- dijo Ari-. Ustedes han sido buenas niñas desde que llegaron a la familia, sacan buenas calificaciones en la escuela y son lo suficientemente responsables para cuidar de un perrito.
-Su padre me comentó que ya hacía falta un integrante en la familia, entonces los dos lo hablamos y tomamos la decisión de adoptar un perrito. Su tía Dani nos llevo a un lugar donde los estaban dando en adopción, no sabíamos cuál elegir y estos dos pequeñitos se acercaron a nosotros, se nos hicieron tan tiernos que no dudamos en adoptarlos. Además así no se estarán peleando, "que tú ya te llevaste al perrito", "que a mí me toca dormir con la perrita".

Las niñas miraron a sus perritos y estos comenzaron a lamerles la cara, las lágrimas de felicidad no se pudieron evitar y ambas abrazaron a sus padres, Aristemo correspondieron al abrazo y secaron las lágrimas de sus hijas.

-No lloren mis amores- dijo Temo sonriendoles-. Mejor elijan su perrito.

Para elegirlo, las niñas pusieron a los perritos en el suelo y dejaron que solos eligieran, el machito se había ido con Anya y la hembrita con Nidia.

-¿Cómo se llamarán los cachorritos?- preguntó Ari.
-Él se llamará Duke- dijo Anya abrazando al cachorro.
-Y ella se llamará Aleu- dijo Nidia dándole muchos besos a la perrita.

Los Aristemo les entregaron dos collares que eran para los perritos y se los colocaron, más adelante comprarían unas placas con los nombres. Continuaron abriendo los regalos, todos tenían sonrisas en sus rostros.

Al terminar, recogieron todos los papeles de las envolturas y guardaron sus regalos en sus habitaciones.

-Papás, ¿podemos estar en el patio jugando con nuestros nuevos juguetes y con los perritos?- preguntaron las niñas.
-Claro niñas- dijo Temo-. Jueguen mientras su padre y yo preparamos el desayuno.

Las niñas salieron al patio y los perritos las siguieron. Desde la ventana de la cocina la pareja observaba a sus hijas divertirse mucho, Temo recargó su cabeza en el hombro de Ari sin borrar su sonrisa.

-Sin duda Duke y Aleu le traerán mucha alegría a nuestras hijas- dijo Temo.
-Yo sé que si- dijo Ari y le dió un beso a su esposo-. Te amo.
-Y yo a ti, te amo hasta el infinito.

Familia Corcega López Donde viven las historias. Descúbrelo ahora