La tienda de tatuajes

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La aguja vibraba contra la piel mientras dejaba marcas negras. La sangre goteaba de los orificios frescos de las perforaciones.
Los voces se escuchaban por toda la tienda desde los clientes con trabajos en proceso hasta los que buscaban diseños en el catálogo y las muestras en las paredes. La tienda estaba más llena de lo usual por las ofertas de sábado, por lo tanto todos los empleados debían estar ocupados, o esa era la idea. Muchos de los clientes se negaban a ser atendidos por los demás y esperaban su turno con el talentoso y apuesto chico del mostrador.

Alto, misterioso y de ojos neon; Khan se había vuelto popular entre los clientes regulares. De su apariencia destacaba todo y nada; de gran altura, con cabello y vestimenta oscura, un piercing redondo bajo el labio y múltiples en sus orejas, tatuajes bajo las mangas de su camisa y quizás en la espalda. Una apariencia regular entre los concurrentes del lugar pero llamativa para todos por igual. Khan era un joven de pocas palabras y poca paciencia, un perfeccionista en cuanto al trabajo se refiere y alguien con quien nadie quería meterse. Los otros empleados desconocían si tenía familia y nada mas sabían que vivía sólo.

-¡Khan, sigue uno grande!- le avisó Kirk, su compañero.

-De acuerdo

Acabó de cubrir el tatuaje recién hecho y dejó ir al cliente para seguir con el próximo. Así fueron toda la mañana y el mediodía hasta acabar con todos los pedidos. Todos estaban limpiando y esterilizando los instrumentos cuando escucharon la campanita del lugar. Alzaron la mirada y las cejas al ver algo inusual, no eran de juzgar, pero la apariencia de esos clientes era algo que nunca habían visto por ahí y nunca lo esperarían.

Tres jóvenes ingresaron a la tienda. Uno bajito de cabello blanco, uno alto de piel oscura y uno pelirrojo de altura media. Éste último llamó la atención de Khan por dos razones, su brillante cabello y adorable apariencia. Llevaba una remera blanca bajo un chaleco de lana verde con patrón de rombos, unos jeans sueltos y zapatillas blancas. Sus brazos eran como lienzos en blanco para un artista de tatuajes y su rostro.. Estaba seguro de que esos labios podrían quedar bien con un aro de adorno. Básicamente, Khan se enamoró a primera vista de aquel muchacho.

-Vamos Arthur, ven a ver

El mas alto tiró de sus amigos hasta la pared de tatuajes para ver los diseños. De a poco se fueron separando por la tienda y Khan aprovechó eso para acercarse al pelirrojo.

-¿Ves algo que te guste?

-No realmente- contestó sin verlo.

-¿Por qué estás aquí?

-¿Qué?

Al voltear a verlo, Arthur quedó sorprendido por la apariencia del mas alto. Se veía como un artista contemporáneo, o eso pensaba él.

-Esto no llama tu atención, ¿por qué estás aquí? ¿Curiosidad?

-Uhm, en realidad Ford quería celebrar que acabamos los estudios haciendo una locura

-¿Ford?

-Mi amigo- Arthur señaló al de piel oscura que hablaba solo mirando los piercings.

-Ya veo. ¿Y estás de acuerdo?

-No me siento cómodo pero acordamos hacerlo

Khan miró al pelirrojo unos segundos antes de correr su cabello para apreciar su oreja izquierda.

-Creo que un arete será lo mejor. Es sencillo y si no te gusta puedes dejar que cicatrice

-¿Tú crees?

Arthur formó una pequeña sonrisa y sus mejillas se pusieron rojas. Khan no estaba errado, estaba completamente seguro de que se había enamorado. Asintió en silencio y quitó la mano del rostro ajeno

-Si quieres yo puedo hacerlo

-Eso me haría sentir mejor, gracias

-Pero..

-¿Pero?

-Aun falta el diseño

-Oh. Ya vuelvo

Arthur fue con sus amigos a ver los piercings mientras Khan regresaba al mostrador. Sus compañeros se acercaron curiosos

-¿Desde cuando hablas tanto con los clientes?- preguntó Spock.

-Normalmente te quedas callado jugando al misterioso hasta que te toca hacer un trabajo- dijo Kirk.

-Yo no juego

-¿Entonces ese papel del chico misterioso y serio es real? No inventes, es patético

Khan golpeó el mostrador con los puños y apretó los labios para contenerse. Kirk alzó las manos y se alejó.

-No le hagas caso, solo está celoso

-Claramente. Es obvio que yo soy mejor

-¿Tatuando?

-En todo

-Tiene sentido

Spock asintió en silencio, se alejó del mostrador volviendo al trabajo y Arthur se acercó en su lugar. Khan enderezó la espalda y relajó los puños.

-Creo que éste estará bien

-Es bonito

-Gracias

-¿Vamos?

Khan lo guió hasta un cuarto aparte y lo hizo sentar en una silla reclinable de cuero. A su lado había una mesa con instrumentos necesarios para la perforación y el cuidado del sangrado. Arthur se mordió el labio nervioso y apretó la tela de sus pantalones.

-Todo estará bien- Khan posó su mano sobre la del pelirrojo y le sonrió levemente. -Confía en mí

Arthur asintió y formó una sonrisa torcida que hizo a Khan soltar una pequeña risa. Preparó a Arthur, preparó su oreja, preparó la aguja y comenzó. El punzante dolor golpeó al pelirrojo inesperadamente, sacándole un gemido de dolor. Khan intentó no moverse cuando sintió a Arthur aferrarse a su ropa. Removió la aguja con cuidado y limpió la sangre, Arthur seguía con los ojos cerrados y los nudillos blancos de tanto apretar los puños. Khan tomó el arete escogido y lo colocó con todo el cuidado que pudo. Antes de acabar, se inclinó y dejó un suave beso corto en los labios de Arthur para que este abriera los ojos

-Ya terminé

Arthur relajó su cuerpo, soltó la ropa de Khan y llevó la mano a su oreja, pero el mayor le agarró la muñeca

-No lo toques, está sensible

-Oh. Gracias

-No hay problema

Arthur salió del cuarto y encontró a sus amigos con aretes también. Los tres agradecieron por la atención y se fueron del lugar, no sin antes tomar una tarjeta del negocio. Khan soltó un suspiro y volvió al mostrador para continuar su tarde hasta que un mensaje lo interrumpió de hacer nada.

Dark Boyz (Freebatch Crossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora