La cita fue bien, realmente bien. Khan no podía estar más feliz. Cuando dejaron el café eran casi las doce y él se ofreció a llevar a Arthur hasta su casa, pero entonces recordó el estado del pelirrojo cuando bajó de la moto, temblando y asustado. Arthur insistió en que podía llamar un taxi pero Khan se negaba a dejar al menor en manos de desconocidos, así que le indicó que aguardara dentro del café mientras él hacía una llamada.
Luego de 20 minutos un auto lujoso se detuvo frente a la cafetería y tocó bocina. Khan y Arthur se acercaron a el.
-Gracias por venir- dijo el mayor.
-Gracias a ti, la noche estaba siendo fatal, necesitaba salir- comentó Patrick.
Khan le abrió la puerta a Arthur de los asientos traseros para que subiera al auto y él lo siguió dejando libre el asiento de copiloto.
-¿Y quién es el niño?- preguntó Patrick volviendo a conducir.
-Arthur. Arthur, él es Patrick, un amigo- explicó al pelirrojo.
-Hola- saludó el menor.
-Un placer- respondió el castaño. -¿Entonces qué hacemos? ¿Va a tu casa, a la suya o al burdel?
-¿Burdel?- cuestionó Arthur.
-A su casa- respondió Khan con tono duro. -Dinos la dirección, Arthur
El pelirrojo les indicó como llegar y el viaje fue mas largo de lo esperado. Con cada minuto que pasaba Khan se preguntaba porque Arthur se había tomado la molestia de viajar tanto hasta la tienda de tatuajes otra vez sólo para verlo a él y había estado dispuesto a esperar hasta que terminara su turno y volver entrada la noche a su casa para disfrutar la cita. Miró al pelirrojo dormir apoyado en su hombro y le corrió un cabello rebelde del rostro, ¿por qué él?
-Llegamos- avisó Patrick deteniendo el auto.
Ambos miraron por la ventana. El hogar de Arthur era una casa solitaria en medio de la nada, con dos pisos, mal diseñada y nada complaciente a la vista. El campo a su alrededor estaba muriendo, el césped estaba seco y muy corto. La carretera de tierra se abría hacia un lado guiando el camino hasta la entrada de la casa, cerca de allí había una casa rodante blanca estacionada. La imagen en la noche se veía melancólica y gris, como una vieja postal.
-¿Vivirá solo?- se preguntó Patrick.
-No lo sé
Khan miró a Arthur. Cuando lo conoció imaginó a un chico con una gran familia, padres que trabajaron duro para pagarle los estudios y quizás tres o cuatro hermanos pequeños que se emocionarían cada vez que el pelirrojo regresara a la casa. Jamás imaginó que tan dulce y bella persona viviera sola en el medio de la nada. Le hacía doler el corazón imaginar las cenas silenciosas y las noches solitarias que vivía el chico cada día.
-Regresemos- susurró a Patrick.
El castaño asintió y puso el auto en marcha.
-¿A dónde vamos?
-A mi casa
Recorrieron varios kilómetros de regreso a la ciudad y llegaron a la casa de Khan a las 4 de la madrugada. Khan bajó al pelirrojo en brazos sin querer despertarlo y se acercó a la ventanilla del conductor
-Gracias, Patrick. Lamento ocupar tu noche
El castaño se encogió de hombros.
-Estaba aburrida de todas formas. Cuídate, y no dudes en llamar si necesitas algo
El auto desapareció al final de la calle mientras Khan forcejeaba por abrir la puerta con el pelirrojo en brazos. Una vez hecho eso, el resto fue fácil. Dejó a Arthur con cuidado en su cama, le quitó el chaleco dejándolo solo con su remera y removió sus zapatillas. Luego agarró una almohada y una manta para sí mismo y se acomodó en el sofá esquinero, que por suerte era lo suficientemente largo como para caber con cuerpo completo.
🌻🌻🌻
Arthur despertó y parpadeó tres veces antes de sentarse sobresaltado. La cama grande de sabanas grises no era la suya, el cuarto grande que lo rodeaba no era el suyo, lo único que lo hizo sentir seguro fue ver su chaleco verde cuidadosamente doblado a sus pies y sus zapatillas juntas perfectamente colocadas a un lado de la cama. Se levantó con cuidado, completó su atuendo y salió de la habitación. La sala parecía estar vacía hasta que vio un bulto en el sofá y se acercó con precaución, Khan estaba durmiendo pacíficamente con un ceño relajado que hasta el momento no había visto. Lo movió suavemente y se sobresaltó cuando Khan abrió los ojos y se sentó enseguida.
-B-Buenos días
-Buenos días- contestó Khan y se puso de pie. -¿Tuviste buena noche?
-Si,pero.. ¿por qué estoy aquí?
-No quería que pasaras la noche solo
-Oh. Ya veo..
Arthur no pudo evitar formar una sonrisa y rascar avergonzado su cuello. A Khan le pareció simplemente adorable.
-¿Quieres desayunar?
-Si, gracias
Khan fue hasta la cocina que se abría al otro lado de la sala y comenzó a agarrar lo necesario para un desayuno completo. Mientras tanto, Arthur se sentó en el sofá todavía cálido por el cuerpo del más alto. No podía creer que una simple cita haya terminado en una noche fuera de casa y con un chico guapo haciéndole el desayuno. Todo pasaba tan extrañamente rápido que no podía relajarse, en cualquier momento algo tenía que pasar que arruine o detenga ese momento de fanfiction que estaba viviendo.
-¿Vives solo?
Arthur pasó la mirada de las piedras en la mesa de café a Khan cuando éste le habló.
-Sí, vivo solo
-¿No tienes familia?
-No- respondió apenado.
-Tampoco yo
Khan se alejó de las hornallas y amagó para encender la cafetera cuando recordó algo, a Arthur le gustan las cosas dulces.
-¿Bebes café negro?
-No. ¿Tienes té?
Khan frunció el ceño tratando de recordar y asintió.
-Sí
Encendió la cafetera para él y aparte se puso a preparar una taza de té.
-¿Khan?
-¿Mm?
-¿Eso es una mariposa?
Khan volteó a verlo, el pelirrojo lo estaba señalando. El mas alto tenía el brazo estirado para alcanzar algo de la alacena y su camiseta con la que había pasado la noche se levantó dejando a la vista un pequeño tatuaje en su espalda baja. Bajó el cereal que buscaba y se acomodó la ropa.
-Polilla
-Es bonita
-Gracias
-¿Dónde más tienes tatuajes?
Khan miró su pecho unos segundos y luego al chico antes de acercarse y pararse frente a él con una leve sonrisa ladina.
-¿Quieres ver?
Arthur formó una sonrisa tonta.
-¿Huh?
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Dark Boyz (Freebatch Crossover)
FanfictionExisten lugares que incomodan a cierta gente; cómo una tienda de tatuajes, una Sex Shop, un burdel o un antro. Pero la gente necesita dinero, para ganarlo se requiere tener trabajo y algunos se conforman con lo que venga. Cuatro jóvenes trabajadores...