Capítulo 14: Rosas de papel

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Un beso bajo la lluvia es lo más romántico que la literatura y el cine jamás ha narrado y que lo compartamos en una despedida, no es algo que merezca la pena.

Un beso bajo la lluvia es lo más romántico que la literatura y el cine jamás ha narrado y que lo compartamos en una despedida, no es algo que merezca la pena

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Despierta.

El despertador pitaba sin parar, intentó darse cuenta de la vuelta y taparse con la almohada, pero nada funcionaba, el dichoso despertador seguía pitando.

Despierta.

Despierta.

Despierta.

Odiaba ese sonido. Estiró el brazo sin abrir los ojos, buscando el maldito botón.

Despierta.

Despierta.

Despierta.

Sigue pitando.

–Joder.

Con un gruñido se quitó la almohada de la cara, abrió solo un ojo en busca del despertador. Marcaba las 7:45am y sus pocas ganas de levantarse le pedían 15 minutos más.

¿Qué importaban 15 minutos?

Pestañeó tratando de decidir si se quedaron o se levantaba, hasta que sus ojos se toparon con algo. Unas rosas sobre la mesilla. No pudo evitar sonreír, Hasan siempre era muy detallista, sabía cómo hacerla feliz nada más despertar. Abrió los ojos del todo, mirando la habitación. Se sentía vacía sin él, pero, sus detalles hacían que lo olvidara y que se sintiera acompañada. Recorrió la habitación con la mirada, hasta quedarse atascada en una caja blanca que había encima del escritorio.

Una caja blanca–pensó.

Claro, mañana era la boda. Cerró los ojos mientras esperaba, tenía sentido que la caja estuviera en la habitación, mañana era su boda. Al darse cuenta de lo que significó, se levantó de golpe.

¡Hoy tenía la ceremonia!

Tenía mucho que preparar antes del gran momento. Se bajó de la cama, subió las persianas y corrió hacia la caja.

–¡Por dios, que no lo hayas visto!

Sobre la caja había una nota. La tomó con ansia esperando que Hasan no hubiera chafado la sorpresa por un pequeño despiste. La leyó con el corazón acelerado.

Tranquila, no he visto nada.

Sea cual sea el vestido, sé que estarás preciosa.

Tuve que salir a terminar unos recados, nos veremos esta tarde.

Que tengas un buen día mi bella rosa.

Emma río con el apodo, era un juego de palabras con su apellido. Hasan era de muy pocas palabras, pero, sin embargo, tenían gran significado. Dejó felizmente la nota sobre la caja, aquel vestido había conquistado su corazón y, cuando Hasan la viera, no esperaría mucho para quitárselo. De eso estaba segura.

El Caso MünchbergDonde viven las historias. Descúbrelo ahora