La decisión era estricta cuando se trataba de esos dos queriendo hacerme par.
Arrogante, cínico y quizá el nuevo asesino en serie, uno de mis mayores delitos porque no quería, ni podía dejarle ir tan pronto aún sabiendo que besarlo era un acto ilíci...
Estaba algo asustado, pues no es lo mismo matar un zombie que matar a una persona.
Gwi-Nam se quedó en el piso sacando sangre de su boca y apretando la herida que le había hecho en el cuello, me miraba y sus ojos estaban como si se fuera a quedar dormido, después de eso él murió.
Gyeong-su y yo nos fuimos de ahí siguiendo la dirección para llegar a la montaña, nos faltaba un poco así que no había que apresurarse.
Llegamos a un local de belleza y estuve con Gyeong-su ahí, nos limpiamos la suciedad y sangre que teníamos
-¿Crees que me veo linda así?
Dijo Gyeong-su haciendo voz aguda y posando afeminado mientras tenía unas pestañas postizas y maquillaje en su rostro.
Yo me reí y los dos nos comenzamos a reír también.
—¿Qué carajos te hiciste?
Me acerqué a él y aún seguía riéndome.
—Déjame ver.
Me acerqué y sus ojos se veían bastante bien, tenía brillos al rededor de sus ojos y las pestañas mal puestas, también llevaba puesto un gloss color rojo pasión. Increíble de ver si estuvieras aquí.
Después se quitó las pestañas y el labial, se dejó los brillos porque dijo que se le veían muy bien.
—Me pondré un poco más, se ven tan bien.
Se puso un poco de esos brillos y se miraba al espejo como si fuera el hombre más guapo del mundo.
—Oye Gyeong-su.
Le dije, me senté arriba de una mesa y proseguí.
—¿Te acostaste con Ji-hye?
Su mirada estaba helada al igual que su cuerpo, se acercó a mí nervioso sin dirigirme la mirada y perderla en los productos del lugar.
—Contesta.
Le dije y entonces volteó para seguido asentir.
—Yo siempre supe que te gustaba Ji-hye, pero no pensé que fueras a hacer eso.
—En verdad lo siento, yo creí que no salían.
Me levanté de la mesa en donde estaba y me recargué en ella.
—Exacto eso, está bien, creo que no hay problema en eso. Pero me parece como traición.
Gyeong-su iba a hablar, pero no lo hizo, escuchó algo y puso su dedo en su boca para que yo guardara silencio.
—Alguien se acerca...
En voz baja dijo y después me miró algo aterrado, pues era alguien que conocíamos.
—¿Qué pasa?
Le pregunté en voz baja.
—Gwi-Nam.
Contestó.
—Su-Hyeok.
Era Gwi-Nam cantando mi nombre.
Salimos silenciosamente del lugar y cuando creímos habernos deshecho de Gwi-Nam, él me tomó por atrás de mi sudadera y me aventó a una de las paredes.
Fue con Gyeong-su y le dió unos golpes para dejarlo en el piso, cuando quise recuperar mi postura,vino corriendo hacia mí y me tomó del cuello poniéndome recto y sin moverme, pues me faltaba la respiración.
—No intentes gritar o vendrán.
Miré al mi alredor y habían unos cuantos zombies, eran como cuatro, pero con esos tenía para quedar muerto.
—Así que quisiste robarme a mi chica, ¿No?
Dijo y presionó más mi cuello.
—Ella vino conmigo, fue... Fue su decisión.
Tenía mis manos intentando quitar la suya de mi cuello, era algo casi imposible pues con la fuerza que tenía me lo ponía difícil.
Gyeong-su se levantó y con una piedra le dió a Gwi-Nam en la cabeza, yo caí al piso intentanto recuperarme y lo logré.
Él le pegaba a Gwi-Nam en el estómago con su pie, en si le daba patadas.
Gyeong-su me levantó del piso y me llevo para seguir el camino a la montaña.
Gwi-Nam nos estaba persiguiendo, estamos corriendo tratando de escapar de él.
Como en cámara lenta, Gwi-Nam le disparó a Gyeong-su que estaba detrás mío, atrevesando su pecho cerca del corazón, provocandole una muerte casi instantánea dándole pocos segundos de vida a Gyeong-su.
Gwi-Nam se quedó recargando su arma, era un idiota que no sabía recargar bien.
Tomé a Gyeong-su de sus brazos antes de que cayera al piso y tociendo sangre, intentó hablarme. Sus lágrimas de dolor eran brillantes a causa del maquillaje que llevaba puesto.
—¿Me veo bien?
Dijo Gyeong-su con todas las fuerzas que podía.
Yo estaba llorando, estaba perdiendo a uno de mis amigos con los que compartí momentos inolvidables, ¿Quién fue el creador de este caos y por qué?
Asentí en respuesta a la pregunta que hizo Gyeong-su.
—Vete, porfavor.
Dijo.
—Perdóname, porfavor, perdóname.
Le dije llorando a Gyeong-su y él asintió.
—Eres un buen amigo, te quiero, Su-Hyeok.
Fueron las últimas palabras que escuché de él para que su mirada se perdiera en las estrellas que el cielo nos dejó ver.
Lo abracé y le cerré los ojos.
—Lo-lo siento mucho.
Lo dejé recostado y Gwi-Nam seguía poniendo bien las balas, ese idiota de haber sido humano ya hubiera muerto.
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