La decisión era estricta cuando se trataba de esos dos queriendo hacerme par.
Arrogante, cínico y quizá el nuevo asesino en serie, uno de mis mayores delitos porque no quería, ni podía dejarle ir tan pronto aún sabiendo que besarlo era un acto ilíci...
Estaba preocupado por Ji-hye, en realidad no sabía si ir por ella o quedarme aquí como un completo inútil, habíamos peleado por que yo insistí en acompañarla, ¿Seguiría enojada conmigo?
Les dije que debíamos salir, pero era imposible, pues no teníamos con qué defendernos.
Al amanecer, Ji-hye llegó junto con el bebé, ella llegó junto con Gwi-Nam, estaban tomados de la mano y sentí cómo algo se partía dentro de mí, eran los restos que quedaban de mi corazón.
—Ji-hye...
Le dije con un nudo en la garganta.
—Debemos irnos, ¿Todos están listos?
Dijo Ji-hye para después proseguir.
—Saben que tengo que manejar, entonces alguien tiene que llevarse a este pequeño.
Entonces Mi-Jin se ofreció a cargarlo.
—Debemos ir a la montaña, tal vez ahí puedan rescatarnos.
Dije nervioso para que así, pudiera prestarme atención, lo único que hizo fue mirarme y asentir.
Antes de salir, Gyeong-su escuchó algo.
—¿Qué mierda?
Se quedó quieto y escuchó más con atención lo que nosotros no podíamos percibir.
—Yo también escucho, pero no entiendo mucho.
Dijo Ji-hye.
—Dicen que debemos buscar un lugar para refugiarnos, van a bombardear Hyosan mañana a las diez de la mañana.
Después de un rato, salimos al carro y cuando teníamos que irnos, este ya no tenía gasolina.
—¡Mierda! No tenemos gasolina.
—¿Qué haremos entonces?
Dije y ella me ignoró, se quedó pensando y después me miró por el espejo.
Gwi-Nam volteó el espejo y la miró a ella celoso, ¿Volvieron a salir juntos? Qué mierda.
—Tendremos que encontrar un lugar en dónde refugiarnos y después, saldremos, ya no habrá zombies con ese bombardero.
Dijo Ji-hye hablándonos, pero sin mirarnos.
¿Por qué me está ignorando? Ese imbécil solo te trae problemas y aún así lo prefieres a él, ¿Qué carajos pasa por tu maldita mente?
Sus actitudes me hicieron sentir mal, entonces decidí salir del carro y Cheong-san trató de detenerme.
—Suéltame.
Quité su brazo del mío.
Dae-su y él salieron después de que yo lo hiciera.
—¿Eres idiota o qué? Te comerán.
Dijo Dae-su.
—No soportaré que me esté ignorando.
Le contesté.
—Esto es de vida o muerte, no puedes dejar que eso te detenga, iré contigo.
Dijo Cheong-san refiriéndose a lo de Ji-hye y Gwi-Nam.
—Iré solo, me dirigiré a la montaña solo, no quiero exponerte. Quédate con los demás.
—No seas ridículo y entra al auto.
Era la voz de Ji-hye que me miraba.
Yo completamente la ignoré y me dirigí a caminar solo por esa calle, de pronto me salió un zombie corriendo y Gyeong-su que estaba siguiéndome, lo distrajo para que yo entrara de nuevo al auto.
—Bueno, no nos vamos a quedar toda la vida aquí.
Dijo Ji-hye mirándonos por el espejo y proseguir.
—Iré a buscar un lugar cerca para poder refugiarnos ahí y yo iré junto con...
Se quedó en silencio un momento paea después decir mi nombre.
Bajamos los dos juntos, con cuidado de no hacer ruido y pudimos entrar a una pequeña tienda de ropa que estaba a una cuadra de donde habíamos dejado el auto.
—Mierda.
Dije del cansancio después de haber escapado de algunos zombies.
—¿Te encuentras bien?
Me preguntó o Ji-hye acercándose lentamente hacia a mí.
—No, no estoy bien, estoy confundido. ¿Quieres a ese idiota o a mí es a quien quieres?
Pregunté molesto.
—Tú me terminaste, no puedes reclamarme nada, si no hubiéramos terminado no me hubiera acostado ayer con él.
Mi corazón latió rápido, pues parecía que la chica de la cual he estado enamorado ha estado jugando conmigo, ¿Qué hacía mal? ¿Tenía que tratarla horrible para que me amara?
—Lo hice para no arruinar la relación como tú lo hacías a cada rato.
Le dije y ella molesta se acercó a mí y me dió una bofetada.
Me burlé de ella y le contesté a su repentina y violenta respuesta.
—Bien, te molesta que te diga tus cosas.
Dije para tomar un palo de escoba y romperlo para así poder defenderme de los zombies que estuvieran afuera.
—Pues me voy para que no te molestes más.
Dirigí mi mirada al mapa que estaba en una mesa para poder localizarme y así yo solo poder irme a la montaña.
—Su-Hyeok.
Me dijo antes de que abriera la puerta.
—Si yo fuera Gwi-Nam, ahorita estarías rogando para que no me fuera.
Fue lo último que le dije para cerrar la puerta e irme corriendo, pues habían zombies ahí, no pude corres demasiado, pues mis piernas estaban cansadas.
Caí al piso y uno de ellos vino hacia mí, yo ya esperaba mi muerte, pero Gyeong-su llegó de la nada.
—Levántate.
Me dijo y salimos corriendo de ahí y nos escondilos en una calle pequeña donde habían pequeñas puertas de casas, así que entramos ahí y matamos a una familia zombie que estaba ahí.
—¿En qué mierda estás pensando? Deja de seguirme.
Le dije a Gyeong-su.
—No sé, me preocupas mucho, eres mi amigo.
Me abrazó y yo también a él.
—Lo siento, no debí haberme portado de esa forma.
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