𝑪𝑨𝑵'𝑻 𝑳𝑬𝑨𝑽𝑬 𝑼 - GWINAM & SU-HYEOK ༄ 「 TERMINADA 」 AUOAD

☆ cap - 18

𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.

Después de haber comido, fui a buscar a Su-Hyeok, no me fue difícil, pues como si fuera un perro lo busqué por el aroma que había dejado.

Lo encontré y estaba dormido en una cama pequeña y delgada, estaba tapado con una sudadera encima.

Me acosté a un lado de él y lo abracé.

—Ya estás aquí.

Dijo con su voz cansada.

—Sí.

—Ahora dime, ¿Tuviste algo con Gyeong-su?

Se dió la vuelta y me miró.

—Si lo tuve o no, ¿eso a ti qué?

Le dije y lo miré de arriba a abajo.

—No sé, me lo pregunto por las mordidas, tú eres algo masoquista en esas cosas.

Dijo y sonreí.

—Solo me quitó las ganas y ya, pensé que me convertiría.

Le contesté para mirar al techo y ponerme boca arriba.

—¿Lo hace mejor que yo?

Me preguntó y yo asentí para girar mi cabeza a donde él estaba.

Entonces después de mirarnos, comencé a besarlo porque él no estaba muy seguro de si tomar o no la iniciativa.

—¿Qué vamos a hacer? No podemos quedarnos toda la vida aquí.

Dijo deteniendo el beso.

—Iremos a la montaña, necesitamos irnos hoy en la noche.

Le contesté.

Después de un rato,nos levantamos y fuimos con los demás para decirles qué hacer, ya estaba oscureciendo.

Les dije que me esperaran, pues iría a hacer unas cosas, solo quería estar sola, pues había visto morir a Gwi-Nam y no salía de mi cabeza la imagen de él sin moverse.

Salí a fumar y cuando iba a entrar de nuevo, escuché unos pasos muy cerca y me detuve.

Alguien me tomó por atrás y me tapó la boca para después ponerme bruscamente contra la pared, era quien pensaba haber visto morir, era Yoon Gwi-Nam.

—¿Tratas huir de mí?

Dijo Gwi-Nam poniendo su mano apretando mi cuello y de reojo, pude ver a una chica peliroja entrar a donde los demás chicos estaban.

—Suéltame.

Intenté forcejearme con Gwi-Nam, pero él era más fuerte que yo.

—¿Por qué no te moriste?

Le pregunté y él comenzó a retorcerse un poco.

—Mierda, hueles tan bien, pero eres de las mías.

Entonces tomó su pistola y la puso en apuntando hacia mí para proseguir.

—La verdad, esque si no eres mía no serás de nadie.

Mi corazón latía muy fuerte, pues por más que quería quitarmelo de encima no podía hacerlo. 

Antes de que apretara el gatillo de su pistola, llegó de manera milagrosa Su-Hyeok.

—¡Maldito idiota!

Lo tomó por atrás y Gwi-Nam disparó el gatillo.

Yo me cubrí y afortunadamente salí ilesa, pero no fue la misma suerte para Hari que intentaba apuntarle a Gwi-Nam con su arco, la bala le dió en su abdomen y comenzó a sangrar.