La decisión era estricta cuando se trataba de esos dos queriendo hacerme par.
Arrogante, cínico y quizá el nuevo asesino en serie, uno de mis mayores delitos porque no quería, ni podía dejarle ir tan pronto aún sabiendo que besarlo era un acto ilíci...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐺𝐼𝑅𝐿 𝑀𝐸𝐸𝑇 𝐴𝑁 𝐴𝑁𝐺𝐸𝐿 : 𝟣𝟨𝟧𝟣 𝗉𝖺𝗅𝖺𝖻𝗋𝖺𝗌
Gwi-Nam siempre me pareció alguien muy impredecible, un hombre espontáneo con pocas cualidades, pero lamentablemente ese era el encanto único e inusual que me atrapó. No quiero mal entendidos con nadie que supiera mi situación actual, es un hecho que alguien como él no puede cambiar, ¿pero hacer un lío por esto? ¡Parecía de película!
—¡Estábamos pasándola muy bien! —zarandeado mis manos del enojo le alcé la voz, sin mirarle, solo siguiendo mi camino.
—Eras tú quien la pasaba de maravilla. —dijo enfadado.
Antes de cruzar la calle me aseguré de que no viniera ningún estúpido ebrio al volante, y para mi suerte pude pasar sin dificultad, lo difícil era Gwi-Nam que con ese caminar tan dominante me hacía querer cambiar de opinión y no enojarme, pero esque es imposible cuando por una simple mirada le plante un puñetazo a alguien.
—¿Por qué caminas tan rápido? Vas a hacer que me canse. —dijo con la voz seca— Debería ir a darle un buen escarmiento.
Me giré en automático. —¿De qué hablas? Ni siquiera me habló. —espete.
—Aparte de él habían varios mirándote como un pedazo de carne. ¿Cómo crees que me sentí? —claramente trataba de justificarse.
Reí. —Bien, ya lo hiciste. Me queda claro que no puedo ir a ninguna fiesta contigo. -me tranquilicé— Mándame mensaje cuando llegues a casa.
Me dí la vuelta y seguí el camino. Gwi-Nam me tomó del brazo, con delicadeza solo con la intención de detenerme.
—Es peligroso. —me detuvo— que vayas caminando hasta tu casa tu sola, ¿no te parece eso muy imprudente? —estaba molesto, pero contenía sus emociones. Lo pude notar con la quijada apretada y cuando lambio sus labios.
—Es más peligroso ir con alguien como tú. —separé su mano de mi brazo— No me subestimes, soy incluso más peligrosa que tú, un carterista o un ladrón son poca cosa comparado con lo que he hecho y soy.
Una sonrisa apareció de inmediato en sus labios al terminar de decirle aquello. —Siempre tienes una arma nueva con la que pueda usar en tu contra en un futuro. —sonrió cínico.
—Vete a la mierda. —alardeé.
Antes de alejarme lo suficiente, miré hacia atrás para enterarme que él ya se había ido. Era increíble el poco interés que tenía en mi seguridad, ¿Por qué esperaría más después de escuchar lo que dijo?
—Maldito patán, miserable, ojalá se tropiece. —maldecía y hablaba cosas sin sentido al aire.
Iba a cruzar la calle y escuché el pitar de un auto, antes de que pudiera detenerme por mi cuenta, alguien me tomó del brazo jalandome hacia él. Quedando entre sus brazos que emanaban un perfume abrazador y el frío viento desapareció por el calor del cuerpo de aquel jóven.
