𝑺𝑳𝑬𝑬𝑷𝒀Era la primera vez que rompía con Gwi-Nam, sinceramente siempre pensé en que formaríamos parte de esas parejitas que rompen y vuelven, rompen y vuelven. Un círculo vicioso de autodestrucción con un pequeño toque dulce.
Pero hoy formamos parte de algo parecido: tres días luego de romper, acepté ir a su casa. ¡La tentación pudo conmigo! Pero si hacía algo o no este día, la maldita culpa no iba detenerme.
Gwi-Nam pasó por mí a mi casa y al llegar a la suya, me entregó una rosa que era preciosa, pero después de eso no hicimos más que sentarnos en el sofá de la sala.No hubo palabra alguna o algo que yo hubiera querido hacer con el. Total decepción. Encendió su móvil y me volví espectadora de él luchando contra otras personas en un video juego de supervivencia.
—Eres bueno jugando. —elogie la gran habilidad que tenían sus dedos al moverlos de un lado a otro de la pantalla.
Sonrió.
—Yo soy bueno en todo con excepción del estudio.
Agregó aún concentrado en el maldito juego.
—Ah, mierda, tenía que haberme fijado del que estaba atrás. —perdió con la intención de hacerlo.
Colocó el móvil al lado suyo, volteó a mirarme y me abrazó cerrando el ojos. Le seguí el juego. Me sentía débil al lado suyo, como si cualquier movimiento me hiciera querer rogarle por cualquier cosa. Me hacía sentir estúpida.
Traté de apartarme, pero Gwi-Nam me sostuvo con más fuerza.
—No, no te vayas.—¿Para qué me trajiste a tu casa? —le pregunté en seco mientras me separaba de él haciendo que él abriera sus ojos y los posara sobre los míos.
—Solo quiero estár contigo. —volvió a estar cerca de mí y prosiguió— Te hecho de menos, como no tienes jodida idea. Ji-hye odio rogarte, pero vuelve conmigo. —su preciosa mirada tan expresiva me decía todo, era verdad, me extrañaba y yo a él. No parecía el Gwi-Nam que le importaba una mierda el amor y las cursilerias, hoy se miraba distinto a todas sus otras facetas.
Tomé la rosa que me había dado y se la enseñé.
—Dejemos que ella tome la decisión.
Le sonreí y tomé la rosa que me obsequió.
—No hablarás en serio. —suspiró.Empecé arrancando otro pétalo, uno por otro, agregando palabras como <<sí, no, tal vez, nunca>>Al llegar al último pétalo, la respuesta fue no y él quedó decepcionado.
—Maldita rosa de mierda, ¿Y tú que dices?
Preguntó mientras tomaba un pétalo y con sus dedos lo hacia pedazitos.
—La rosa decidió, ¿no puedes respetar la decisión? —contesté sarcástica.
Le contesté y me dió un beso en la frente.
—De acuerdo. Para matar el tiempo, ¿quieres que te enseñe a jugar tan bien como yo? —preguntó.
—Sería genial.
El día se nos fue en eso, pero jamás le entendí del todo a ese maldito video juego. Cuando dieron las siete de la noche, Gwi-Nam y yo improvisamos una receta que hacía tiempo había guardado para hacerla con él. Cosa que no le dije, sólo le propuse la idea.
—Me gusta como te ves de perfil. Tu perfil es precioso.
Sonreí.
—Me gusta tu cabello también.—¿Qué más?
Se cruzó de brazos y pensó.
—La manera que tuviste de enamorarme de las cursilerias. Me gusta tu aspecto al caminar despreocupada, también cuando estudias y dejas las cosas a medias o cuando te propones hacerlo bien.—No se te escapa ni una cosa de mí, Gwi-Nam.
—¿Y a ti? ¿Qué te gusta de mí?
—No hay nada que no me guste de ti. Me gusta todo. —respondí.
—¿Y de Su-hyeok?
Pensé.
—Creo que igual.Puso ambas manos en su pecho y fingió un dolor agonizante.
—No creí que ibas a responder. Cómo me haces daño.—Creo que me voy a casa, comienzo a tener sueño.
—No, quédate.
—Bien, voy a usar tu habitación. —me encaminé enseguida a su pieza. Él me siguió.
—Toma una camisa de mi armario, no trajiste ropa extra.
—Mi intención no era quedarme.
—Entiendo.
Me escabulli en su armario y cogi mi playera favorita suya, la que siempre usaba cuando iba a su casa y me quedaba a dormir sin que ese fuera el plan. Era azul cielo con la leyenda de Nike. Una auténtica.
La puse en la cama y le dí la espalda, él me miraba. Levanté mi camisa hasta quitarla por completo, dejando al descubierto mi espalda y mis brazos, quedando en sostén. Sentí el calor de Gwi-Nam pasados unos segundos, estaba esperándolo y él lo sabía.
Tomó su propia camisa, pero no me ayudó a ponérmela, me dió la vuelta y me besó. Sentí el deseo que tenía en sus manos al acariciar mi espalda, podía sentir como sus manos trataban de no llegar más abajo de mis caderas. Amaba cuando nos besábamos, Gwi-Nam sabía cómo volverme loca y tenerme a sus pies con solo un estúpido beso de lengua con lengua. Amaba sus besos, sus manos tocando mi piel, amaba la forma que tenía de intentar respetar mi cuerpo y cuando no lo lograba, amaba cómo me hacía sentir suya.
Amaba ser sumisa, pero también cómo lo detestaba.
No sé cómo ni en qué maldito momento, pero estaba sentada en sus fuertes muslos. Nos besábamos como una última vez en nuestras existencias, pero jamás pasó su mano por debajo de mi cintura en todo el rato que nos la pasamos así.
Un rato después, cuando pensamos que era necesario detenernos, nos acostamos en la cama. Gwi-Nam me ayudó a vestir mi pecho con su camisa que me llevaba arriba de la rodilla.
Dormí con sus brazos rodeando mi cintura y sus ronquidos que eran una preciosa melodía.
Fue sarcasmo.
Última actualización
08.07.23
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𝑪𝑨𝑵'𝑻 𝑳𝑬𝑨𝑽𝑬 𝑼 - GWINAM & SU-HYEOK ༄ 「 TERMINADA 」 AUOAD
FanfictionLa decisión era estricta cuando se trataba de esos dos queriendo hacerme par. Arrogante, cínico y quizá el nuevo asesino en serie, uno de mis mayores delitos porque no quería, ni podía dejarle ir tan pronto aún sabiendo que besarlo era un acto ilíci...