La decisión era estricta cuando se trataba de esos dos queriendo hacerme par.
Arrogante, cínico y quizá el nuevo asesino en serie, uno de mis mayores delitos porque no quería, ni podía dejarle ir tan pronto aún sabiendo que besarlo era un acto ilíci...
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Cheong-san se tardó un poco en bajar y esque venía acompañado de alguien. Su-hyeok apareció de sorpresa. Estaba aliviada cuando lo vi entrar a través de esa ventana. En cuando Lee me vió, se acercó a mí y me cogio de los hombros para mirarme de cerca.
--Ji-hye. Estaba preocupado por ti. Supiste dirigirlos bien. -dijo sonriendo.
--Alguien murió y no pude evitarlo.
-No fue tu culpa, no fue tu culpa. -intentó consolarme mientras me tenía entre sus brazos.
-Tenía miedo de no volver a verte. Estaba asustada. Temía que la última vez que pudiera verte, fuera como ellos... -le confesé mientras le abrazaba fuerte.
-Pero ya estoy aquí. -mis mejillas estaban entre sus manos- No hay de qué preocuparse.
Todos estaban mirando y escuchando la conversación, pero fue que a Su-Hyeok le dió lo mismo cuando sus labios se estamparon con los míos. Yo supe corresponder.
-La maestra está aquí. -nos recordó Woo-Jin.
La profesora sonrió. -Qué bueno que todos están bien. Eso es muy bueno. Me da mucho alivio. Sí...
Nos dimos cuenta de que teníamos una computadora con nosotros, Joon Yeong dispuso de ella e intentó investigar acerca de lo que estaba pasando en el instituto y si esto se había extendido a toda Hyosan. No pudimos enterarnos de algo relevante, uno de esos idiotas se enredó en la manguera que usamos como escalera y Gyeong-su usó el motor principal de la computadora para derribarlo.
Nos salvó la vida, pero nos dejó con muchísimas dudas.
-¿Y ahora qué? -preguntó la chica de chaleco rosa.
-Creo que podemos sentarnos. -dije cansada de la enredada situación. Tomé asiento en el suelo.
No quise escuchar la pelea entre Gyeong-su y Na-yeon. Él empezó a sangrar de la nariz, pero yo sabía que él no había sido mordido ¡Yo vi todo! Pero dejé que ellos hicieran lo suyo. Dormí un momento, me quedé dormida hasta que había pasado una hor para que la idiota de Lee se disculpara con Gyeong-su.
Cuando Na-yeon salió, los chicos le aplaudieron y Gyeong-su salió corriendo a por Na-yeon.
-¡Maldita niña mimada, me tienes harto!
Le dijo Gyeong-su.
-¿Qué hiciste Na-yeon? Me lo prometiste. -se quejó la señorita Park.
Estuvimos un rato esperando una explicación de parte de ella pero nos quedamos sin respuesta alguna. La noche nos alcanzó.
De alguna forma, la hipótesis de Na-yeon se había cumplido. Gyeong-su sangró de la nariz.
-¿Qué? -él se limpió la nariz asustado.
-No puede ser eso posible, estabas bien. -Cheong-san intentado agarrar a Gyeong-su, se acercó desconcertado.
-Cheong-san, ¿Qué voy a hacer ahora? -preguntó Gyeong-su con lágrimas en sus ojos.
