17. MENNESKEHETEN

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17. MENNESKEHETEN.

Salomé Boré

EH..... ¡Empezamos mal! ¡mal! ¡muy mal!

Me lleva hasta la cama y despacio me deposita sobre el borde, mis labios se mantienen entreabiertos mientras un calor preocupante para mi misión de dejar clara las cosas recorre mi piel.

—Empieza—Demanda estando muy cerca de mi, me contengo de ir a por sus labios, los escasos acercamientos que han tenido con los mios pasan por mi mente.

Es adictivo besar a este hombre.

—No creo que estés contento cuando termine, no comencemos algo que no va a llegar a su final ¿si?—Se arrodilla frente a mi y pone uno de mis piernas sobre su hombro y la otra es sujetada por su mano.

—¿Me desobedeces una vez más, Søt Synd?—Niego con el susurro de su voz aun retumbado en mi mente.

Si... ahora no creo que fue buena idea, todas las veces que lo llamaste así.

—Basta de creer—Doy inicio a mis argumentos, pero olvidé lo que iba a decirle—Que puedes decidir con quien... me relaciono.

Sus dedos recorren despacio mi pierna sobre su hombro, mis ojos se mueven con rapidez, intentando descifrar sus movimientos, pero por ahora son solo esas caricias.

—Tampoco vas a llevarme contigo cada que quieras, ahora... estoy en un grupo de baile—Confieso, su ceja se alza por un segundo pero después lleva sus labios contra mi pierna y los presiona humedecidos desplegando la sensación de agrado que siempre despierta.—Y ahora ambos tendremos, voz en esta...

Mi estomago se encoge cuando sus besos se aproximan a la cara interna de mis muslos. No debí ponerme un pantalón corto para la pijama.

—Prosigue—Se detiene a mirarme, mientras deja que su mano se encargue de profundizar en el holgado y corto pantalón de pijama.

—En este acuerdo que ambos mantenemos—Musito sintiendo como sus dedos fríos se deslizan sobre mi muslo.—También quiero

Su dedo se presiona sobre el panty que divide su tacto de la zona más sensible de todo mi cuerpo y me arqueo hacia adelante brevemente.

Serena, y con un objetivo claro, recuérdalo.

—Quiero que, ah—Cierro los ojos y dejo caer mi cabeza hacia adelante cuando empieza a mover sus pulgares causando que mi entrepierna empieza a palpitar, dejo escapar una respiración entre mis labios.—Que me prometas que vas a respetar mis decisiones y deseos.

Mis manos detrás de mi atrapan la sabanas de mi cama y me aferro a ellas para contener un gemido mientras muerdo mis labios.

Los estímulos desaparecen y saca sus manos de mi pantalón, lo miro confundida esperando a que una vez más haga que me sienta como una estupida.

—¿Es todo?—Pregunta.

—Por ahora, lo es—Asiente despacio ante mi respuesta y se pone de pie. —¿Vas a irte cierto?

—Shh—Presiona su dedo índice sobre sus labios y cierra los ojos, frunzo el ceño y aprieto los labios. —Yo te escuche ¿cierto?

Hola Diosito, somos nosotras, ¿cómo haz estado?

Esta bien, si tiene algo que decir voy a escucharlo, la situación está bajo control. Esta tranquilo.

¿Tu que sabes? Tu de el no sabes nada. Date cuenta.

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