02. Petting
Salomé Boré
Me acomodó la falda de ruedo que llega por debajo de mis rodillas de color rosa, llevo una blusa da mangas hasta los codos color blanca y unos tacones color blanco de 5 centímetros, me encanta combinar el blanco con mi atuendo.
Alzo mi oscuro pelo azabache en moño y hago de el una cebolleta amplía y aplico con un poco de humectante en mis labios, he tenido que ponerme un tanto de base y corrector debajo de unas ojeras que se empezaban a formar ya que no he podido dormir.
Tuve pesadillas toda la noche y la madrugada, hasta que a las cinco decidí que ya no tendría caso intentarlo, di gracias a Dios por un día nuevo, me duche y ahora es cuando termino de cambiarme.
Aún tengo cosas que hacer, necesito distraerme y buscar mis muebles será perfecto, completar mi material de la universidad mucho mejor.
Aunque me gustaría esforzarme y trabajar papá me propuso que solo me centrara en la universidad y que algunas tardes hiciera pasantías en la empresa para que vaya tomando el hilo de como sobrellevarlo.
Papá tiene una empresa, una dinastía que se expande poco a poco por todo el mundo. Que lleva distintos ramas en el mundo de los negocios.
El sol empieza a colarse en mi ventana y decido sentarme en mi sillón que está al lado de la venta y tomar el libro que deje pendiente y no leí ayer.
Esto es solo para matar el tiempo, en lo que el reloj marca las 7:30 y el desayuno este listo y papá en la mesa. Prefiero leer en el jardín o la biblioteca de la casa, o incluso en la sala, ya sentada la mañana, cuando disfruto de un tiempo libre.
Mi celular suena y llevo mi mirada hacia allá, suspiro y pongo el marcador en la página antes de cerrar el libro y ponerlo en donde antes estaba, me pongo de pie y camino hasta el dispositivo móvil.
Una llamada de mi tía, Queeny.
No dudo en tomarla y llevar a mi oído con una sonrisa.
—Mi bella damita—Exclama.—Buenos días, niña, ¿cómo haz dormido?
—No he podido hacerlo muy bien, pero ha sido por la conmoción del cambio—Me siento pésimo al mentirle.
—Ah, pues mereces un descanso, tu prima Kynie esta en la ciudad y vino tremenda—Dice con un tono de advertencia.—Yo tendré que salir y no puedo llevarla conmigo por lo que le pedí a tu padre que se encargue y el me dejo claro que no había problema.
—No hay ninguno. Kynie siempre cae bien en el estrés. ¿Que hace por aquí?—Cuestiono.
—Vino por el fin de semana largo, llego ayer y se me presentó algo de imprevisto, ¿crees que puedas mantenerla en control?—Eso es imposible.
—Es mejor intentar a no hacerlo—Eso le saca una pequeña risa—Espero verte cuando la traigas a casa ¿será muy tarde?
—En dos horas estaremos allí. Nos vemos, hija—Responde.
—Hasta pronto
Cuando he colgado sonrío y decido ir a mi closet, un nuevo bolso acorde con mi atuendo es el bolso rosa pálido que es igual al de ayer, sin correas. Guardo todas mis cosas, pondré a cargar el móvil en lo que desayunamos papá y yo y esperamos a tía Queeny, la hermana mayor de mi madre.
Estando a bajo llego a comedor y me encuentro con mi padre siendo servido de su café.
—Buenos días, padre, buenos días Yera—Digo apenas entro en el comedor.

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Sometida
ChickLitDiría que tomo mis manos, que tal vez me dio una sonrisa, que quizás me invito a tomar un café o dar una caminata por el parque, pero estaría mintiendo y no me gusta mentir aunque por el haya tenido que empezar a hacerlo. Decir que me besó sin conoc...