05: TORMENTUM

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0.5 Tormentum

La semana pasó con rapidez, el miércoles, tras una absoluta calma en la que mi vida volvió a la normalidad, pude cerrar los ojos y dormir sin esperar a que alguien apareciera. Que el, apareciera.

Aún tengo pesadillas, que poco a poco disminuyen.

El jueves me entregaron las llaves de mi departamento y ya el viernes estaban llegando los primeros muebles. Y arregle las cosas con tía Queeny, pero papá estará hasta dentro de dos días más fuera del país.

El sábado y el domingo me estuve preparando para el nuevo paso que daré. Es la universidad y Kynie quien empezó en la facultad de medicina me ha dicho que sea la carrera que sea, la universidad es peor que todos los años que pude haber estado harta del instituto.

Nunca me harte. Me gustaba estudiar al fondo todos los diversos temas. Y el primer día estuvo bien para mí. Dieron una pequeña introducción en el primer curso.

Al llegar estoy agotado, ayer la emoción no me ha dejado dormir, también estaba aterrada por que es un gran paso.

Levanto mi falda un poco y me despojó de los tacones bajos, aún sosteniéndola camino hasta la cocina y abro el refrigerador. Hace dos días fui al súper. Todo esto de tener tu propio departamento es una pasada.

Pero echo de menos a papá y no he podido hablar con el más de lo necesario, ya que no esta en L.A, ahora está New York y esa ciudad si que es fuerte.

No me gusta. Pase una semana allá, en la vacaciones con Kynie hace un año en el departamento de su amiga y creo que esa ciudad te succiona.

Es linda. Pero es la única de Estados Unidos que no me resulta atractiva. Demasiada energía.

Tomo el yogurt, y busco un vaso para servirme, cuando estoy a punto de servirlo tocan la puerta. Suspiro y camino hasta la puerta dejando tapado el bote de yogurt.

—¿Quien es?

Nadie responde por lo que miro a través de la mirilla y me doy cuenta que no hay nadie, respiro profundo he intento no pensar en cosas malas, menos en malas personas. Con lentitud tomo el pomo de la puerta.

Al abrir no hay nadie, saco la cabeza y el pasillo esta desierto, bajo la mirada topándome con una caja que tiene un moño envuelto.

La tomo y cierro detrás de mi. Lo pongo sobre la mesa del comedor, allí abro el regalo y veo que tiene una nota. Mi corazón se acelera e intento calmarme. No pasa nada, Salomé. Una semana, ya ha pasado una semana y no ha pasado nada.

"Son los tacones que usarás para el aniversario de la empresa. Ya es hora de que dejes esos tres centímetros de lado y pises bien fuerte. Por cierto. Ya sé que tienes un colchón ortopédico, puedes imaginarte que no voy a dejarte dormir en esa cama de ensueño.

Te adora. Kynie.

Pd: el vestido llega conmigo."

sonrió relajándome, quito el cartón azul oscuro y veo los tacones. Abro los ojos sorprendida. No son de 30 centímetros como espere que lo escogiese. Tomo uno en mis manos y analizo el hermoso tacón color negro cerrado en cuero. Esta precioso.

Con una sonrisa me sirvo mi vaso de yogurt y con la caja en mi otra mano llevo los tacones a mi habitación. Es tan distinta a la que tengo en casa de mi padre, aquella va en colores rosa y púrpura. Esta la he decido de colores azules turquesa y crema de los cuales me siento satisfecha.

Al llegar a mi clóset los dejo en una estantería y salgo de la habitación. Deteniéndome frente al espejo.

Quito la horquilla que sostiene mi pelo y se desenvuelve con varios giros antes de caer sobre mis hombros. dejando el vaso de lado paso mis manos entre mis hebras.

SometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora