29. RELEVAMEN
Salomé Boré
—Nunca sentí tanto miedo—Murmura Kynie, ella no llora, ni tampoco es de las que se le quiebra la voz o se muestra a flor de piel, pero ahora es todo eso. —Estuve tan preocupada por ti, monjita hermosa.
—Lo lamento—Tía Queeny solo pudo decir unas pocas palabras antes de salir llorando. —Nunca fue mi intención preocuparlas.
Ella asiente y acerca para besar mi frente vendada, llevo un día despierta, y hasta ahora he podido recibir visitas.
—Cuando Sethy nos llamó que te había encontrado realmente sentí que el alma me volvía al cuerpo—Acaricia mi mejilla suavemente.—¿Sabes que te amo?
—También te amo—Contesto.
Sigo sin entender porque o como se encontraron Sethy y Sade, pero agradezco que ella esté aquí, es justo lo que necesito ahora mismo. Que mi amiga colaborara con esta mentira me hace sentir mal pero se que ella no le importa.
—Los dejaremos entrar, ¿está bien?
Se muestra tan sensible que me hace sentir tan culpable, ella no puede ocultarlo, y lo sé. No estaría bien que lo hiciera para hacerme sentir mejor si soy la responsable de esto. Del sufrimiento de papá, de mi tía y de ella. Al igual que el de mis amigos.
Cuando sale no tarda mucho para que entre mi amiga, se acerca y abro los brazos para envolverla contra a mi. Cierro los ojos y la aprieto con toda mi fuerza.
—Carajo. Me asustaste—Murmura.—Muchísimo.
Abro los ojos y lo veo de pie, frente a la puerta cerrada, con los brazos cruzados, y la misma expresión de siempre. Mi corazón se acelera y mis ojos se llenan de lágrimas.
—Lamento hacerte venir hasta aquí—Le digo—Deberías estar bailando y disfrutando.
Al mirar sus ojos noto que hay un brillo distinto, su pelo oscuro tiene mechones platinos y azules y va recogido en un chonguito desordenado. El profundo negro de su peculiar mirada me inspecciona y ella muerde sus labios antes de alejarse.
—Y yo lamento no haber sido la que te rescatara. Mi hermanito se encargó de todo el proceso.
Sonrío antes de mirar detrás de ella, el sigue ahí, viéndome como si no estuve a punto de morir dos veces y en las que el me salvó.
—Gracias—Le digo a mi amiga—Se que no deberías pero lo cubres, gracias.
—¿Seria tu amiga si no lo hiciera?—Ella se levanta de la camilla—Les daré dos minuto a solas.
—No te vayas muy lejos.
Ella asiente y aprieta mi mano, trago el nudo que tengo en la garganta, le da una mirada a Sade y este asiente, siguiéndola con la mirada hasta que ella abandona la habitación.
—Quiero abrazarte tan fuerte que el aire no llegaría a ti.
Miro en su dirección mientras el se acerca a la camilla, lo dije porque es la verdad, no he podido dejar de pensar en lo que hizo por mi y en cuanto se lo agradezco.
—¿Quieres matarme?—Pregunta.
—Solo quiero admitir que te quiero tanto que duele—Confieso—En solo meses pudiste sembrarte en mi corazón como el tronco más viejo puede hacerlo de la tierra.
—¿Una declaración de amor mientras estás hospitalizada? Eso es nuevo —Suspiro y humedezco mis labios.—No voy a decirte los mismo, Søt Synd.
—Lo sé—Sonrío—Solo quería que lo supieras.

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Sometida
ChickLitDiría que tomo mis manos, que tal vez me dio una sonrisa, que quizás me invito a tomar un café o dar una caminata por el parque, pero estaría mintiendo y no me gusta mentir aunque por el haya tenido que empezar a hacerlo. Decir que me besó sin conoc...