Sometida

21. TRINN

21. TRINN

Salomé Boré

Coloco mi ropa interior y lo veo sentarse en la cama mientras seca su cabello, aún sin el sostén me acerco hacia el y me pongo de rodillas ante el.

Solo lleva una toalla, y ya le dije que no iba a dejar que ganara.

—¿Que?—Inquiere sin abrir los ojos. Vi en su mirada, la forma en la que me miro es como si el lo quisiera. Me tomo el atrevimiento de quitarle la toalla y descubrir su entrepierna.—¿Que crees que haces?

—Muestrame—Aunque intento evitarlo mis mejillas se tornan calientes—¿Como te gusta?

No soy como el, el encontró mis puntos débiles por si solo y también me los demostró, pero yo no soy para nada experimentada.

—¿Quieres hacer eso?

Luce como si no me creyera, pero de verdad ahora quiero hacerlo verse de la misma manera en la que me veo yo cuando el me toca.

—¿Tu no quieres que lo haga?—El niega con simpleza y yo sonrio—Pues si quiero hacerlo.

—Con esto yo no pierdo nada—Recalca y me encojo de hombros.—Solo no lo muerdas, intenta no pegar los dientes y descúbrelo por ti misma.

Lo tomo con confiaza, puedo hacerlo. No tengo que entrarla toda en mi boca, hay una sonrisa burlona en sus labios, mientras ignora el hecho de lo que está apunto de pasar.

¿No me cree capaz de devolver el favor?

Empiezo a subir y bajar mi mano, sin apretarlo, solo para empezar con una estimulación breve que creo que funciona.

Deja de ignorarme que es lo más importante por lo que pienso en una manera de hacerlo mejor. Y un recuerdo suyo conmigo me da la idea perfecta.

Con la menor vergüenza que puedo en estos momentos escupo sobre su miembro sin saber cómo puedo estar viéndome o que esta pasando—Aunque nunca lo sé —Ahora su expresión no transmite nada más que curiosidad.

Bien. Yo puedo hacerlo.

Me inclino hacia el y detalló su sonrosada ingle antes de acariciarla con mi lengua brevemente. La sensación es rara pero no lo peor.

¿Lo estoy haciendo bien?

Vuelvo a mirarlo y veo que está vez su rostro está completamente serio y tiene la mandíbula apretada. Si no me detiene es porque no le disgusta. No lo quería pero el no dejará de disfrutarlo.

Igual que cuando el lo hizo conmigo.

Vuelvo a repetir la acción solo que esta vez repaso su cabeza de una manera circular, sin dejar de mover mis.manos.

No entremos en pánico. Podemos hacerlo.

Miro una vez más a su rostro y dejo un pequeño beso sobre la punta de su miembro antes de ponerla entre mis labios y repetir la acción de la legua cuidando no pegar mis dientes tal como el lo dijo.

Mi corazón galopa en mi pecho como si fuera a romperlo y salir en estos momentos por las cosas que pasan por mi mente pero cuando veo que el agarre de sus manos en la sabana se aprieta una sensación de seguridad me invade.

¿Esta funcionando?

Tomo una respiración entrecortada antes de intentar hacerlo un poco más profundo. No lo dejo mucho tiempo dentro de mi boca pero si me tomo el detalle de seguir moviendo mi lengua sobre la cabeza.Escucho su respiración flaquear y continuo el movimiento con las manos lo cual me empieza a agotar.

Paso mi lengua por mi labio superior y elevo mi vista, la misma sensación de agrado que sentí el día que me atreví a insinuarme a el, solo que esta vez el brillo de su mirada me da una especie de exquisitez que me emociona.