24. NADIA MORELOS

57 2 0
                                    

24. NADIA MORELOS

Salomé Boré

Tomo un poco de la fruta picada estando bajo su atenta mirada, entramos y me desnude para evitar un resfriado, he estado retrasandolo pero es obvio que no se rendirá.

Pongo despacio en tenedor a un lado y respiro profundo.

—Cuando era pequeña sufrí de bullyng, en la escuela y en mi familia—Doy inicio a algo que no me gusta recordar. De solo pensarlo mis miedos me acarician—En una fiesta de un de mis primos intentaron jugarme una broma que salió mal.

Reforzó el agarre sobre la toalla que cubre mis hombros y miro directamente a la cama. El recuerdo de esa tarde me hace temblar.

》Era un fiesta de piscina y un par de ellos intentaron ver quien permanecía más bajo del agua, lo intenté y cuando ya no podía más ellos—Mis ojos se llenan de lágrimas y los cierro con fuerza, mientras ese dolor se instala en mi pecho una vez más—Ellos me mantuvieron bajo el agua contra mi voluntad.

La desesperación que me invadió en aquel entonces fue tan horrible como las veces que me encerraron en esos espacios tan pequeños y oscuros.

—Cuando mi tía se dio cuenta de lo que estaba pasando rápidamente fue en mi ayuda, me desmaye bajo el agua, en mis intentos de llegar a la superficie, pero había pasado mucho tiempo sumergida, recuerdo que al verme mis labios estaban morados y yo temblaba a más no poder.—Luego de eso me reservé de ir a las fiestas.

Intente nadar en la piscina de la casa, y Cole tuvo que ir en mi ayuda puesto que mi instinto de supervivencia no parece ser el más adecuado.

—¿Por que no fuiste al psicólogo?

—No quería preocupar a mi papá, luego de eso no tarde mucho en pedir que me transfierieran al internado.—No quiero entrar en detalles.

Duele recordarlo puesto que el rechazo de mi familia siempre ha estado pero ese día fue como si ni estuviera entre gente que llevaba mi sangre sino que eran desconocidos. Personas que yo no les interesaba para nada. Apesar de que a mi madre siempre la amaron, aunque yo soy el reflejo de ella nunca he recibido la misma aceptación.

Las lagrimas empiezan a correr por mis mejillas y en un impulso me lanzo sobre el, sus brazos no tardan en envolver mi cuerpo.

Me siento a horcadas y oculto mi rostro en su pecho, no quiero llorar pero revivir aquel momento es algo que provoca esta reacción.

—No he vivido en una fantasía como piensas—Susurro con la voz rota—Humillacion, bullyng, rechazo, aún estando en mi burbuja, vivía con ello.

—Deja de ser débil.—Murmulla—Siempre te han visto débil, lista para hacer lo que sea por encajar, y lo usan y siempre lo usarán en tu contra.

Sus palabras llegan a mis oídos. Admito haber vivido con muchísimas inseguridades toda mi vida, precisamente por mi físico.

—No eres una princesa en apuros, Søt Synd.

Estar en sus brazos me reconforta y escuchar sus palabras me desaniman aún más. No soy débil, no quiero serlo.

SometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora