08: OTIUM

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08.Otium

Salomé Boré

Tomo la camisa y despacio cubro mi cuerpo frente al espejo, me queda grande por todas partes, y es incómodo usar dos veces la misma ropa interior. Arreglo mis sostén antes de poner el ultimo botón de arriba para sentirme completamente cubierta.

Suelto una respiración pesada a medida que voy a acercándome a la puerta, con mi cuerpo tenso por completo. Bajo las escaleras y me acerco a mi bolso con rapidez al ver que no está en la sala para hacer una llamada.

—Hola pícara—Dice apenas contesta.—No he traído ni han traído nada. ¿Qué tal te va? ¿Ya llegaste a las Maldivas?

—No estoy en las Maldivas—Informo—Solo quiero saber si... ya sabes quién ha pasado por el departamento.

—¿El niño bonito? No pero cuéntame un poco de donde estás, quizás te alcance mañana. —Responde con un tono divertido.

—Estoy en Finlandia y no—Puntualizo—No puedes venir.

—Ay, ¿por qué? Queda cerca de mi país natal—Sethy es de Noruega. Hace años salió de su país no ha vuelto en tres años tengo entendido.

—Porque no. Te hablo después y si pasa por el departamento no digas dónde estoy ¿Okey? —La escucho resoplar y yo muevo mi mirada por todo el lugar para verificar que no me esté escuchando.

—Bien. Disfruta el viaje, sé que es un lugar maravilloso—Asiento pese a que no me ve—Adiós.

Sin más cuelga y yo procedo a enviarle un mensaje a papá y le digo que hablamos mañana ya que estoy cansada lo que él me responde con que está bien.

Cuando dejo mi celular una vez más en mi bolso me vuelvo hacia la cocina y veo a Sade allí. Que habla en un idioma diferente solo, mientras se mueve en la cocina.

Me quedo estática por un segundo hasta darme cuenta de que tiene unos Airpods puesto. ¿En qué momento entro?

Cuando se gira su mirada me inspecciona unos segundos y toma de un escocés que tiene a un lado mientras que por lo que entiendo finaliza la llamada. Aprieto mis puños a mis costados y mis hombros se tensan.

—¿Por qué el niño bonito iría a tu departamento? —Pregunta y creí que no escucho mi conversación.—Te dije que no te quiero cerca de él.

—No estaba hablando de Matteo—Miento—Tenia un trabajo de la universidad y quería saber si mi compañera había ido.

—No me mientas, Aprieto mis dientes y cierro los ojos intentando no mostrarme tensa. —Es la primera regla. No me desobedezcas, es la segunda.

El cuchillo que tiene en su mano capta toda mi atención más cuando recuerdo lo que hizo con la espada y la cabeza de la mujer. Si puede controlar esa espada larga podrá con ese cuchillo como si fuera una pluma.

—Espérame en el cuarto—Indica y no me atrevo a renegar.

Poco a poco mis sentidos se intensifican y mis piernas flaquean pero no puedo quedarme en donde estoy, no quiero que "me castigue" porque no sé qué tan malo podría ser eso.

Despacio me pierdo en el pasillo y recuerdo sus palabras de hace una hora, por lo que tomo una gran respiración y tomo el primer botón de la camisa negra.

Mis manos cosquillean y mi pulso se acelera, nunca imaginé que podría estar o que me atrevería a hacer esto. El recuerdo del bar llega a mi mente. Recuerdo que pensé que la estaba maltratando cuando verdaderamente ella disfrutaba de las acciones del sujeto.

SometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora