14.- Quién pudo ver la belleza.

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Toc, toc.

Cuando despertó se sintió casi asfixiado. Tenía a Larry prácticamente encima, abrazándolo con toda la fuerza que podía llegar a tener alguien dormido, Gizmo estaba del otro lado, también dormido.

Toc, toc.

Tenía que abrir la puerta. Pero no quería moverse, estaba demasiado cómodo entre sus personas... Seres favoritos.

Toc, toc.

Se apretó contra su amigo, abrazándolo y escondiendo su rostro contra la zona que conectaba su cuello y hombro. Respiró profundo.

Toc, toc.

—¡Sally! ¡Larry!— era Todd. Y sonaba apurado.

Larry se estiró después de unos momentos de fruncir el ceño.

—¡Voy!— gritó, y pudo sentir sus cuerdas vocales vibrar bajo su piel. Le gustó la sensación—. Oh, estás despierto... ¿Te sientes mejor?

—Si— respondió, obligándose a soltarlo para sentarse. Gizmo no se inmutó.

—Eso es bueno—suspiró acomodándole un mechón de pelo detrás de la oreja— Iré a abrir antes de que Todd decida tirar la puerta.

Por muy exagerado que pudiera ser, de inmediato sintió que algo faltaba cuando Larry se levantó. Debió haberle quitado la prótesis y las coletas en algún momento, aunque todo estaba demasiado nublado en su mente como para recordarlo con nitidez.

Sólo tuvo la energía de ponerse la careta antes de salir a la sala.

—Sally— habló Todd, parecía que iba a caerse dormido en cualquier momento, pero al mismo tiempo desbordaba energía frenética—. Estuve trabajando en esto mientras investigaba y creo que no debes preocuparte. O sea, si, pero escucha primero.

Mientras hablaba se puso a instalar unos aparatos raros en las pocas ventanas y en la puerta de entrada y en la de su habitación.
Según lo que entendió, hacía bastante tiempo había personas que entrenaban a palomas para cartas y ciertos objetos pequeños, como monedas, medicamentos y veneno. Esto había ocurrido en momentos de guerra, pero ha día de hoy había quienes seguían utilizando los métodos.
Lo que podía calmarlo era la noticia de que Todd había encontrado un foro de personas que mantenían está afición de comunicarse a base de palomas, y en la última entrada había un hombre que, muy ansiosamente, preguntaba si alguien había visto unas palomas cargando algo. Según contaba, eran suyas, y todavía seguían en entrenamiento, pero habían escapado por un descuido y tenía un poco de "mercancía" perdida. No quiso hablar mucho porque al parecer estaba metido en "asuntos mal vistos por ley", pero prometía que si sus manos estaban manchas, era de forma indirecta por proveer las armas, no "por apretar el gatillo".

Todd había buscado de donde era el hombre y tenía sentido que alguna de sus palomas hubieran llegado a Nockfell en algún momento.

Ni Sally ni Larry parecían muy convencidos.

—Tiene sentido, pero...

—No les digo que nos arriesguemos— aseguró Todd, comprobando haber puesto bien el pequeño aparato en la ventana—. Pero creo que deberíamos considerar que pudo haber sido un error y no dejar que la paranoia nos ciegue.

En eso tenía razón. Pero no podía simplemente encogerse de hombros con algo tan delicado.

—No sabes lo mucho que agradezco esto Todd— le aseguró después de que le explicara cómo funcionaban los seguros. Era de lo más sencillo, no permitían la entrara si no se le ponía el código correcto, y en caso de varios intentos fallidos, o de ser dañado, comenzaría a sonar una alarma bastante fuerte.

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora