7.- La majestuosidad del artista.

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No descanso nada. Y siguió sin volver a soñar con la voz. Más bien tuvo una pesadilla muy vivida sobre su padre yéndose a vivir a una casa lejana con su madre muerta en el asiento del copiloto. En la cajuela se llevaba también a Larry y él se quedaba solo y llorando con el cadáver de Gizmo tratando de consolarlo.

Afortunadamente en esta ocasión se levantó cuando sentía que las cosas iban a ponerse un poco más turbias. La alarma aún no sonaba, y si bien 5 minutos más de sueño lo seducían, decidió levantarse y visitar a Gizmo en su cama. Lo acarició un buen rato antes de ir a darse una ducha. Siempre era gratificante hacerlo después de un mal sueño, sentía que todas las malas sensaciones se escurrían y desaparecían por la coladera, siendo arrastradas en contra de su voluntad por el agua jabonosa.

Una vez terminó se inclinó frente el espejo y se colocó el ojo de vidrio con cuidado. Para este punto ya tenía tanta experiencia que pocas veces prestaba atención a cuando lo hacía, ni siquiera necesitaba ver lo que hacía, pero en esta ocasión se dejó sorprender de nuevo en como parecía magia la acción de aparecer un nuevo ojo.
Una vez puesto, realmente se veía como sí jamás hubiera tenido una masa roja sin pupila en ese lugar, parecía que su ojo seguía ahí sin ningún tipo de lesión. Claro que el punto ciego de su lado derecho seguía ahí, y las heridas de su cara también. Eso lo decepcionaba, pero cada día era menos peor y quizá eso si lo animaba. Había la posibilidad de que algún día... No, por su puesto que la inseguridad había llegado para quedarse hasta el día que se convirtiera en huesos y la herida ya no estuviera ahí. Por otro lado sabía que su hueso tampoco estaba en la mejor condición.

Al carajo con todo. Al menos el ojo de vidrio lo ayudaba un poco.

Recordó cuando Larry le lanzó una manzana y se horrorizo cuando no la atrapó y sólo consiguió golpearlo bastante fuerte en el costado de la cara.
Se disculpó demasiadas veces y se disculpó el doble después de que le explicara que no sólo era malo atrapando, si no que también tenía un pequeño punto ciego en toda la zona derecha de la cara, desde entonces Larry solía ponerse de ese lado.

"Voy a ser tu ojo derecho, hombre" le respondió cuando notó que siempre hacía lo posible por ir de ese lado.
Al igual que ese día, sintió una sensación graciosa en el estómago.

Siendo que todavía tenía tiempo que matar, se permitió explorar un poco más su rostro. 

Era necesario hacerlo de vez en cuanto. No era que quisiera auto torturarse, pero tenía que mantener bajo vigilancia que todo fuera en orden, aunque según los médicos, una vez curado, ya no es como que haya riegos.

Aún así pasó su mano sobre la gran zona afectada. Era una sensación muy rasposa, gran parte de su piel había tenido que volver a tejerse gracias a la ayuda médica, y aún así se notaba que había sido un trabajo difícil. El color era diferente al resto de su piel, se veía descolorado en algunas zonas, y en otras cuantas tenía un tono rojizo. Más de la mitad de su nariz estaba perdida, y lo que quedaba se asemejaba a una calavera. Quizá eso podía sonar bastante cool, pero ya había superado la etapa de tratar de encontrarle algo bueno a lo que simplemente estaba jodido. El optimismo forzado no era lo suyo.

Todo parecía en orden dentro del desorden.

Se comenzó a cepillar y se hizo sus colitas antes de colocarse la prótesis. Una vez se ajusto las correas ya era Sally Face.

A veces lo asfixiaba, de forma metafórica, sentía que con el material rodeándole la cara no podía respirar, ni ver, ni sentir u oír, pero eran momentos rápidos que se obligaba a sacudir antes de cometer la tontería de desabrocharse las correas en frente de todo mundo.

Quizá el maestro tenía razón. La prótesis era más un... ¿Cuáles habían sido sus palabras? "Objeto de vanidad"... Seguía sonando estúpido, pero si se analizaba de cierta forma, no era como si fuera a ocurrirle nada si un día se levantaba y decidía no usarla.

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora